Hace tres años, en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra, se erigió este monumento a José Martí, obra de Lorgio Vaca, reconocido muralista del hermano país. La extrema derecha boliviana, émula del fascismo en su odio a la cultura y a la dignidad humana, ha dejado sucia huella de su rencor sobre la imagen del Maestro y sobre tres de sus Versos sencillos.
Tal acción expresa la verdadera naturaleza de quienes han impulsado el golpe de estado contra el presidente constitucional Evo Morales. Atentar contra el homenaje a Martí del pueblo boliviano solo es acción posible por quienes están movidos por las más bajas pasiones y por un enorme grado de abestiamiento, como diría nuestro Martí.
Los cubanos todos, los hermanos latinoamericanos, las personas decentes de cualquier lugar del mundo verán estremecidos e indignados estas imágenes contra un hombre que sostuvo su vida en la entrega amorosa al mejoramiento humano, que echó suerte con los pobres de la tierra y que proclamó la igualdad plena de todas las personas, el respeto a todas las culturas y que entregó su sangre a esa verdadera libertad.
Rechazamos ese vandalismo que en modo alguno puede manchar al hombre sincero, que entregaba la rosa blanca al amigo sincero y al cruel que le arrancaba el corazón, que murió sin patria, pero sin amo. Esa manchas solo indican la enorme ignominia de sus autores.
José Martí, como dijo la poetisa chilena Gabriela Mistral, fue el hombre "más puro de la raza".
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