Nuevamente el espacio Memorias de la Guerra, del Centro Cultural Dulce María Loynaz, vuelve a mostrar su gran expectativa cuando, en este octubre, el historiador René González Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, trajo a debate el tema Mayor General Julio Sanguily: ¿corrupto?
Julio Sanguily, uno de los principales héroes de la Guerra de los Diez Años y que nuestra historia recoge como el protagonista de uno de sus acontecimientos más trascendentales: el conocido Rescate de Sanguily por la caballería del Mayor Ignacio Agramonte y Loynaz.
“Este no es un ciclo para revisar la Historia. Si no realizamos análisis históricos profundos, minuciosos, argumentados, no podremos darles respuesta a muchos acontecimientos que han tenido lugar y que los hemos venido interpretando a partir de fuentes ya revisadas y que la historia y la historiografía la superan en el tiempo y en las posibilidades, en especial actualmente con el acceso a mayores volúmenes de información, el surgimiento de Internet, las bibliotecas virtuales…El tema de si Sanguily fue espía de España–como algunos le llaman--, y si fue corrupto o no, se viene tratando por una generación de importantes historiadores cubanos y quienes
nos hemos dado a la tarea de tratar de buscar e investigar todo lo que enaltece y lo que embellece a nuestra Historia. En relación con este tema en específico si no investigamos y dilucidamos una serie de problemas no podríamos hablar del período de la tregua fecunda o reposo turbulento, o de multiplicación del bandidismo en los campos de Cuba entre 1879 y 1895”.
Así inició su diálogo el historiador González Barrios con el numeroso público asistente a dicho Centro para añadir que “profundizamos en los estudios de nuestras guerras de independencia y, en específico en este tema en la figura de Sanguily, en la preparación de la Guerra Necesaria y del levantamiento del 24 de Febrero de 1895 al frente del cual estuvo nuestro Héroe Nacional José Martí, al igual que su organizador revolucionario en la región occidental el patriota Juan Gualberto Gómez.
Acotó que, de acuerdo a investigaciones documentales algunos hechos están siendo esclarecidos como es el que tiene que ver al respecto con la negativa de Martí de entregar al Lugarteniente General Antonio Maceo algunas cantidades de dinero para el financiamiento de su expedición en Costa Rica con vista a la segunda contienda libertaria. Postura martiana que, tras enjundiosas investigaciones, fue producto de los actos deshonestos provocados por Sanguily.
“En todo esto se aprecia el minucioso trabajo de Martí recaudando centavo a centavo con el apoyo de los emigrados, todo el dinero posible para la organización de la segunda revolución independentista, hasta percatarse entonces de la dilapidación de tales finanzas y del chantaje llevado a cabo por alguien muy cercano a él”.
Igualmente, durante la tregua fecunda o de multiplicación del bandidismo en los campos de Cuba, ¿eran bandidos todos los señalados como tales?
Ante dicha interrogante González Barrios valoró que “los hombres en la historia no son ni buenos ni malos, tienen muchos matices, y los historiadores están en la obligación de investigar todos los procesos históricos para así poder otorgar elementos verídicos a los especialistas.
“Un historiador de la provincia occidental de Matanzas de apellido Polanco (quizás), fue el primero que trabajó este tema sobre la figura de Julio Sanguily. Polanco expuso que aquel recibía dinero del Gobierno de España por su contribución como espía, mas fue una tesis que se determinó no trascendiese por cuestiones éticas, por no levantar polémicas y a la vez, por el reconocimiento a la valentía de aquel militar mambí.
“Otras investigaciones fueron realizadas por Ramón de Armas, del Centro de Estudios Martianos, al conocer a través de los Archivos documentales de España la existencia de informaciones sobre la colaboración de Sanguily con las autoridades de la Colonia. A su vez, el historiador Rodríguez Sosa, biógrafo de Betances y de Eduardo Agramonte, halló otros elementos que constataban su personalidad real”.
El conferencista subrayó la labor de dos colegas cubanos: Raúl Rodríguez La O y Jorge Petinaud “quienes investigaron la figura de Manuel García, el llamado Rey de los Campos de Cuba –personaje y tema que expondremos para otro encuentro de Memorias de la Guerra--, y demostraron que aquel no era un bandido, sino un revolucionario, considerado hasta por los propios españoles como un peligroso independentista y una de las piezas claves del levantamiento del 24 de Febrero”.
Afirmó a continuación que uno de los privilegios más grandes que ha tenido como historiador ha sido el haber conocido a Miguel Ángel Duque de Estrada, “al ser un descendiente de mambises y, por consiguiente, un mambí del siglo XX. Tiene la savia mambisa muy dentro. Su abuelo fue el hombre que trajo a Juan Gualberto Gómez, dentro de un tabaco, el documento con la orden de alzamiento enviada por Martí. Duque de Estrada ha investigado, además, sobre la figura de Sanguily, al igual que el historiador Rolando Rodríguez –quien estuvo en los Archivos españoles y en el Congreso de los Estados Unidos--; al mismo tiempo y referidos a igual personaje, poseemos los discursos de Juan Gualberto donde explica sobre los hechos acaecidos el 24 de Febrero”.
Finalmente, González Barrios anunció que la institución que preside publicará próximamente un título sobre Polémicas en la Historia de Cuba.
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