Mercy la de Palante, radiante en la eternidad


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“Mi nombre es Mercy, bueno Mercedes Azcano, soy cubana y nací como Fito Paéz en el 63. Puedo describirme como una gordita, irónica y sarcástica. Amo los animales, la naturaleza y el arte. Me gusta la lectura un montón. Soy fan al chocolate y las películas en blanco y negro. En mi blog podrás leer humor de camino, ese que nos ayuda a andar por la vida y nace al reírnos del absurdo diario”. Así se presentó al inaugurar su Blog Humor de camino, en mayo del 2009.

Allí compartió que era periodista, aunque le hubiera gustado ser “reportera-veterinaria-fotógrafa-repostera-cantante de ópera-catadora de chocolates” y que escribía cuentos cortos porque era vaga para hacer novelas y que sus grandes alegrías eran, sus amigas y amigos, su jicotea, Carla y Eduardo, su hermano.

Descendiente de vascos, nació en la capital de todos los cubanos, el 13 de septiembre de 1963. Su trayectoria profesional la comenzó al graduarse en 1986. Fue la querida directora de Palante durante más de 12 años. Antes había sido la Subdirectora, “cargo que se ganó por sus méritos como redactora humorística”- apuntan en la web de la publicación satírica. “Anteriormente laboraba en una alta responsabilidad en la Unión de Periodistas de Cuba (y bastante trabajo nos costó lograr que nos la cedieran). Pero lo suyo es el humorismo. Sus colaboraciones han aparecido no sólo en Palante, sino también en Dedeté, Punto.cu, Mujeres, etc”.

En uno de escritos,  “No me lo manoseen por favor…”, además de compartir sus avidez por la obra de José Martí, hizo una lista de lo que detestaba:  “que me manoseen mis libros, que me hablen acabada de levantar, que pellizquen el pan,  que mis conocidos me griten en la calle,  que me pregunten cuánto gano de salario,  que me llamen por teléfono cuando escribo,  que me golpeen en el hombro cuando me hablan,  que me sirvan la comida fría, que me revuelvan mis gavetas (que yo tengo mi propio reguero),  que critiquen mis empellitas, y que me atosiguen con los beneficios de la dieta, que discrimen a las personas por sexo, color, religión, edad o nacionalidad,  que me apuren para pensar, que esperen algo de mí, que me impongan que agenda, que sueñen con que sirva de guía por mi amada Habana”.

Los títulos de sus cuentos humorísticos, dan cuenta de la variedad de tema abordados y de la jocosidad que la acompañaba: “De bienestar animal y Mazzantini el torero”, “Del reto viral al rollo virtual”, “Traiga sus huevos y recoja su cochina”, “El potaje de Cimafunk y las tarjetas magnéticas”, “Socorro me han cambiado al marido”, “Perdiendo la virginidad”, “El caracol africano, el comienzo del curso y los nombretes”, “Asuntos legales”, “Se permuta la chiva por la vaca”,“Como en las películas”, “Quiquiriquí el gallo está aquí”,“Discurso de agradecimientos”, “Colchones con relleno”, “El contagio de los plagios”…

De los grandes valores que armaron su personalidad podrían hacer otra gran lista sus compañeros de Palante.

El caricaturista Ismael Lema (Lema), que estuvo muy cerca de ella en los últimos tiempos, me comentaba acerca de sus cualidades como ser humano y como máxima dirigente de esta institución a la que entregó toda su salud y experiencia como comunicadora. Entre lo más significativo de Mercy (así la llamaban, no “Directora”), destaca Lema su manera coloquial, amable, directa al hablar. Muy alejada de formalismos, “el trabajo había que hacerlo con alegría”, “a todos nos trataba con cariño, independientemente de que era muy exigente con el trabajo, criticaba lo errores, revisaba los dibujos con rigor, los textos, la claridad del mensaje…” “Sabía, sabía apreciar los dibujos, tenía una intuición, pasó por la fílmica de las FAR”. “Muy dispuesta a trasmitir sus conocimientos y sus experiencias como periodista y como directora”.

Lema también me compartió la preocupación de Mercy para que el mensaje de las viñetas y de los escritos siempre dejara un saldo positivo. Seleccionaba las más optimistas, motivaba a que agobiaran o trasmitiera pesadumbre en los lectores, el pueblo. Igual era muy vigilante con algún sesgo de discriminación por cualquier distinción, defendía el respeto de la dignidad humana. Desde hace mucho, promovió el vínculo del colectivo con la comunidad, llevar el humor más allá de las páginas impresas. Mediante actividades en las escuelas, talleres en los museos de La Habana Vieja, participando en las Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de La Habana, realizando murales colectivos…

El también caricaturista Jorge Sánchez (Jorge) me confesó en un chat: “A Mercy la recordaré siempre como una mujer muy capaz e inteligente. Con un particular sentido del humor y una paciencia sin límites, a prueba de todo, desde nuestras `majaderías de humoristas´, hasta sobrellevar sus padecimientos de salud y aún así, trabajar incansablemente. Era esa mezcla de persona humilde, dulce, inteligente y capaz. Muy organizada para su trabajo y tremendamente cariñosa y justa en sus decisiones. Sin duda alguna, la pérdida para Palante y el humor gráfico cubano, es irreparable”.

Para Jorge, Mercy, como lo fue Miriam (fallecida en septiembre pasado), fue como un “hada Madrina”.

“Cuando me inicié en este mundo del humor gráfico, hubo puertas que me las cerraron, me contó. “Sin embargo, una simple llamada a Miriam, y ya estaban abriendo las puertas de Palante para mí. Mercy me recibió con los brazos abiertos y a pesar de que yo no soy de la plantilla, me han dado siempre el mismo tratamiento que a los de allí. Participo en todos los consejos editoriales y en las actividades que se convocan. Ella misma se devanó en disculpas, por no poderme llevar al homenaje por los 60 años de la publicación.

Mercy se comprometió con el cometido fundacional del más antiguo de los periódicos satíricos que se editan en Cuba y en toda Latinoamérica, “cultivar las mejores expresiones del humor general, el costumbrismo y la sátira política”. Ni aun en las condiciones más difíciles, ni en las etapas más restrictivas por la pandemia del Covid, “nunca dejó de salir, ni se atrasósu entrega al Poligráfico”. Tomó las medidas organizativas para proteger a los trabajadores, pero sin mellar la calidad o el cumplimento de las entregas. “Pese a su salud nunca dejaba de trabajar”, me recalcó Lema. 

En mi caso, la vi con frecuencia en los certámenes convocados por el Museo del Humor, de San Antonio de Los Baños. Irradiaba su gracia y su alegría de vivir. Siempre humilde y cordial en el trato. La última vez fue domingo 11 de abril, frente al MINCULT. Era la primera jornada de la XXII de la Bienal Internacional de Humorismo Gráfico, auspiciada por el Círculo de Humoristas e Historietistas de la Unión de Periodistas de Cuba y el Museo del Humor. Y como la cita rendía homenajes a Palante en su aniversario 60, decidí interrogarla. Solícita me respondió, allí mismo en la calle.

Después de comentarme sobre la exposición “Palante con la Risa”, a inaugurase horas después en la Galería Belkis Ayón, de 23 y C, me comentó sobre su haber como Directora. “Llevo de directora desde el 2008, es decir son 12 años. Soy la primera directora mujer de la publicación, pero aprendiendo de la experiencia de directores como Blanquito, Nuez, Rosendo como el primer director de Palante que fue Gabriel Bracho Montiel, un venezolano.

Respecto a la significación de dirigir la institución expresó: “Es un orgullo realmente, es un periódico que es patrimonio de la cultura nacional y que tiene un legado tan grande, tan entrañable para sus directores.  Por el que han desfilado no solo firma de caricaturistas, sino también de la literatura; el Indio Naborí colaboraba con Dímelo Cantando. En fin, una pléyade de personas. Son 60 años acompañando al pueblo en las diferentes tareas y también denunciando. Es un orgullo tremendo. Es un reto”.

La vimos por las redes el pasado 15 de octubre, bien alegre junto a sus compañeros, en el acto por la celebración de los 60 años de Palante. Encuentro presidido por el Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del PCC, el Héroe de la República, Coordinador Nacional de los CDR y caricaturista Gerardo Hernández Nordelo y Ricardo Ronquilo Bello, Presidente de la UPEC.

Aquel día, Ronquillo compartió en un post: “Palante, más que una publicación una institución cultural, como la define su directora Mercedes Azcano, cumplió sus 60 años. Una fiesta para el humor en Revolución. Del volcán que esta última significaba no solo brotó el rotativo, sino un nuevo tipo del género que, sin abandonar la espontaneidad y la gracia típicas, se condimentaba con el placer del respeto a los seres humanos y la justicia en su más disfrutable acepción. Lo refrescante y lo hilarante en mezcla con la hondura y la sugerencia inteligente, cosechados bajo la sabrosura del costumbrismo. Las Criollititas de Wilson, ¡Ay, vecino!, El mejor amigo...y otras singulares creaciones colándose en la familiaridad jocosa del cubano”.

¿Quién iba imaginar que 5 días después…?

Jorge me compartió su sentir: “Anoche mientras recibía cientos de felicitaciones por mis premios en el Salón José Luis Posada, llamé a Lema, otro de los premiados para felicitarlo. La noticia cayó en mi cabeza como un mazazo: estaba haciendo las gestiones porque Mercedes Azcano había fallecido. Aún no me lo creo. No creo que haya dejado de ver para siempre aquellos ojazos azules preciosos y amables, que hace casi cuatro años me dieran la bienvenida en Palante, publicación que dirigía hacía más de once años.

“La noticia nos sorprendió a todos”- escribió Gerardo en su muro de Facebook. “Hace apenas cuatro días celebramos junto a ella el 60 aniversario de su querido Palante, al que dedicó los últimos 11 años de su vida. Hoy la despedimos con dolor, pero sin tristeza, como ella hubiera querido. Descanse en paz Mercedes Azcano Torres, Mercy. Nuestras condolencias a la gran familia del humor cubano”.

De luto está el humor gráfico de Cuba, pero la Directora de Palante, Mercy para sus queridos, sigue refulgente, en la eternidad.


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