Hace solo horas quedó  inaugurada oficialmente una nueva edición del Festival Habanarte, y fue precisamente la música la manifestación que asumió la responsabilidad de abrir el programa de un evento que promueve lo mejor de la cultura cubana.

La orquesta venezolana La Dimensión Latina regresó anoche a los escenarios cubanos luego de 35 años, en un espectáculo en el que compartieron escena con dos pesos pesados de la música popular bailable en la Isla: el maestro Adalberto Álvarez y su Son y el cantante Isaac Delgado junto a su orquesta.

Un concierto variado, en que el que su unieron varias de las tendencias más exitosas del género, pudieron disfrutar los asistentes a la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba.

Pero sin dudas la gran atracción de la noche fue La Dimensión Latina, una agrupación con una largo historial de 43 años de trabajo y más de 50 álbumes grabados y de varias formas es uno de los “culpables” de la popularidad que disfruta la salsa a nivel internacional.

Solo recordar que por la dimensión pasaron dos de las más reconocidos interpretes del género en todos los tiempos: el venezolano Oscar D´León, uno de sus fundadores, y el boricua Andy Montáñez, que permaneció en la orquesta por un periodo de cuatro años tras su paso por otra alineación imprescindible: El Gran Combo de Puerto Rico.

Para el concierto de la Avellaneda los venezolanos montaron un repertorio a partir de su más reciente grabación, que titulada La Dimensión latina. 43 años de pura candela, hace un recorrido por la historia del conjunto en el que incluyen varios de sus clásicos y pare de temas de autores cubanos, Se fue, de Adalberto Álvarez, y La bata de ollá, de Miguelito Valdés, Mr Babalú.

En encuentro con la prensa previo al concierto, el trompetista César Monges, director y uno de los fundadores de La Dimensión…, destacó la importancia de la música cubana para la orquesta, porque “durante todos estos años ha sido una invaluable fuente de inspiración”, dijo antes de reconocer que el 70 por ciento del repertorio es de autores cubanos.

La música cubana, señaló, es la raíz, la mata. Se siente, se lleva dentro, sus patrones están tan arraigados que no han cambiado nunca. Para nosotros, es la mejor música que hay.