Con respecto a los hechos que se produjeron en días pasados es una gran pena, dan cierto desconsuelo por muchísimas cosas. 

Primero porque lo han hecho en medio de una pandemia mundial que nos tiene a todos preocupados, sufriendo por algún familiar, algún amigo y han escogido ese momento y otra porque no nos conocen. 

Este pueblo quiere la paz y lo ha demostrado, quiere seguir disfrutando de sus hijos, de sus nietos, de los parques llenos de niños, de La Colmenita, de todo lo que hemos sabido hacer y construir, de las carreras universitarias que estudiamos, de los teatros, del disfrute de la vida cotidiana. 

Este pueblo es amante de la paz, el cubano es alegre, quién no lo sabe, reidor, le gusta hacer chistes, a veces hasta seburla de sus propios problemas, pero eso no hay que confundirlo con la falta de firmeza y  valentía. 

El cubano ha sabido a través de la vida llegar justo a tiempo cada vez que la historia lo ha convocado y en este momento no va a ser distinto, no nos conocen, han tratado de aprovechar el peor momento, estamos sufriendo, inmersos en una lucha a brazo partido por salvar la mayor cantidad de vidas, en las que estamos involucrados todos. 

Y decía, el cubano es alegre, pero no se confíen que también sabe dónde está la verdad, lo que hay que defender y qué es lo que quiere. Diálogo, perfecto,bienvenido, el diálogo sea bienvenido siempre que sea dentro del respeto y de las leyes que rigen la sociedad moderna, sin salvajismo, pero eso de incitar a la violencia, a voltear los carros, romper vidrieras, a delinquir, saquear, utilizar las sombras de la noche y asesinar... eso, es otra cosa. 

Nosotros podemos dialogar con el respeto y la debida decencia y educación. Pero así tenemos que remitirnos a lo que nos enseñó Maceo, de esa forma de incitación al crimen y a la  violencia, así no nos entendemos.