Estamos aquí para hacer música, historia y amigos, con este espíritu llegaron el miércoles 13 de mayo a La Habana los 160 miembros de la Orquesta Sinfónica de Minnesota, -entre músicos, Junta Directiva y staff- sonrientes, ávidos y entusiastas. Después de varios intentos muchos no creían que de verdad habían tocado tierra cubana.

Luego de la foto reglamentaria frente al avión, el recorrido por La Habana Vieja, el coctel de bienvenida en el Hotel Nacional y las primeras impresiones, los músicos se llegaron este jueves a la Escuela Nacional de Música y la Universidad de las Artes para intercambiar y compartir con los cientos de estudiantes cubanos que agrupados por instrumentos, no perdieron una palabra de las recomendaciones de estos experimentados intérpretes, que a su vez se asombraron de la calidad y el talento de la nueva generación de músicos de la Isla.

De visita en Cuba para participar en el Cubadisco 2015, la Orquesta de Minnesota se convierte en la primera gran agrupación norteamericana en cruzar el estrecho de la Florida luego de que, en diciembre de 2014, Washington y La Habana decidieran dejar atrás más de 50 años de incomunicación. “Y estamos orgullosos de eso”, aseguró el director musical Osmo Vänska en un encuentro con la prensa en el Hotel Meliá Cohiba.

“La entonces Sinfónica de Minneapolis viajó a La Habana en 1929. En ese entonces no quedó un asiento vacío en el auditorio. Luego, al volver un año después repitieron con mismo éxito su espectáculo, esta vez con programa de Beethoven. Por eso estamos muy emocionados de volver después de 85 años y hacerlo con su pieza Eroica, vibrante, poderosa, como espero que sean nuestros lazos en lo adelante”, aseguró.

Este viernes 15 será la primera cita con el conjunto estadounidense, a las 8.30 pm en el Teatro Nacional, donde interpretarán, de Beethoven, la Obertura Egmont, Sinfonía No. 3, Eroica y Fantasía Coral, acompañados por el Maestro Frank Fernández, y los Coros Nacional de Cuba y de Cámara Vocal Leo.

El sábado 16 tocará el turno a su versión del Danzón de Alejandro García Caturla, las Danzas Sinfónicas del musical West Side Story, de Leonard Bernstein; y la Suite de Romeo y Julieta de Serguéi Prokofiev, con lo que dirán adiós, o hasta luego quizá, no sin antes descargar al estilo jam session en el Habana Café del Cohiba.
 

“Si algo nos une es la música. Venimos a estrechar nuestra amistad y a tocar a las personas con nuestro arte”, insistió Vänska.