Desde hace muchos, muchos años el cuerpo humano ha sido representado gráficamente. Prehistóricos son los primeros desnudos de que se tienen noticias y, a medio camino entre lo científico y lo artístico, se encuentran los estudios anatómicos de Leonardo da Vinci.

Una vez asumida conscientemente como objeto del arte, nuestra corporeidad ha recibido diferentes tratamientos visuales en concordancia con la época, las manifestaciones artísticas, los estilos predominantes en ellas y también el desarrollo de tecnologías que han permitido, sobre todo en la fotografía, apreciar la belleza que puede existir, incluso, a nivel celular.

El pasado año, el joven pintor José (Pepe) Antonio Hernández Martínez (Cárdenas, 1981) presentó en el Centro Cultural Cinematográfico Fresa y Chocolate su exposición Tierranueva, con obras en las que vísceras humanas sugerían paisajes y flores, entre otras delicadas composiciones.

Con conceptos más vinculados al ansia humana de trascender que a lo omnipresente de la belleza; pero con la misma intención de lograr un entorno paisajístico con lo más interno de nuestra anatomía, Denisse Muiños (Nani) exhibe en la Galería Joaquín Blez de la Fototeca de Cuba, parte de la serie que le sirvió de tesis de graduación en el Instituto Superior de Arte.

Mundos in-trascendentes es el título de la muestra curada por la especialista Claudia Arcos, en la que, en cerca de una decena de fotografías digitales de mediano formato, en blanco y negro e impresas sobre lienzo, son reinterpretados fragmentos reales de nuestros órganos y fluidos; previamente manipulados y dispuestos de acuerdo con la intención de la artista de crear una nueva realidad que, no obstante, se les relaciona.

Así aparecen las piezas Y convertimos la lluvia en roca (riñón humano rebanado), Cañón de verdad (tráquea humana), La huella del andar (hígado humano dañado), Una montaña de fe (sangre humana coagulada) o Idea monumental (cerebro humano troceado)…

Ocultas en la parte posterior de las obras, mangueras de las empleadas para los sueros en el ámbito médico mantienen un lento goteo de agua, en referencia al vital elemento líquido existente en el planeta.

En el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV), muy cerca de donde ahora expone, Denisse Muiños presentó junto a su entonces condiscípula Niurka Moreno la exposición La pasividad cambiante del sol, en el contexto del 8vo Festival de las Artes de la Universidad de las Artes (ISA), en 2017.

La exposición, abierta hasta el próximo martes en la Fototeca de Cuba, se inscribe dentro de la práctica de nuestras galerías de arte de traer ante el público los más interesantes trabajos de diploma de los egresados del ISA.