Pepe Rillo, Chequera y Facundo en el Mella


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De variado, dinámico y divertido calificó el actor y guionista Baudilio Espinosa el espectáculo Para vivir del cuento hace falta neurona que se presentará desde hoy miércoles y hasta el próximo viernes en el capitalino teatro Mella.

El mismo será protagonizado por el propio Espinosa —conocido también por su personaje El profesor Pepe Rillo— y los actores, Mario Sardiñas (Chequera)y Andy Vázquez (Facundo).

En exclusiva para Cubarte el también conductor del programa televisivo El selecto club de la neurona intranquila comentó que quienes asistan al Mella verán facetas de ellos que por lo habitual no explotan como actores en la pequeña pantalla.

«Haremos stand up comic, juegos de participación, monólogos… y al final confluiremos en un sketch ya despojados de los personajes que habitualmente hacemos en la televisión».

Esteban Averoff es el director general de este  espectáculo, que tuvo su estreno en el Teatro Heredia de Santiago de Cuba.

Previo a la presentación del Mella, vía electrónica Baudilio Espinosa ofreció detalles del espectáculo, donde a manera de gancho funden en su título los nombres de los dos programas televisivos en que se presentan cada semana los actores

—¿Cómo se «llevan» Pepe Rillo, Facundo y Chequera y cómo surge la idea de unirse en las tablas?

—Entre nosotros hay mucha química. Para empezar los tres pertenecemos al Centro Promotor del Humor y hemos coincidido en muchísimos espectáculos ya sean teatrales, de cabaret, televisión o presentaciones en centros de trabajo.

«Andy (Facundo) y yo trabajamos muchísimo tiempo en el grupo Onondivepa, y a nuestra salida de este nos quedamos en una especie de dúo informal por algún tiempo. Además a los tres nos unen estrechos lazos de amistad y colaboración en ideas, guiones y hasta sueños.

«El espectáculo se gestó primero entre algunos actores de Vivir del cuento, pero ante la imposibilidad de uno de ellos de presentarse en el Heredia por asuntos de trabajo, acuden a mí. Entonces reorganizamos las ideas y textos hasta darle la forma que tiene actualmente».

—Últimamente se te ve más en la pantalla chica, ¿cuánto demanda la televisión y el teatro?

—El teatro exige mucho tiempo y dedicación extrema. Es muy gratificante porque recibes la retroalimentación de tu público con una inmediatez absoluta, pero entro en conflicto con la preparación, el estudio y la investigación que exige (el programa televisivo) La neurona intranquila, por eso estoy bastante limitado para hacer ambas cosas con frecuencia. Más, y esto te lo digo en primicias, cuando ahora vamos a comenzar a hacer dos programas habituales; el dedicado a los adultos y el que tiene como destinatario un público adolescente.

«En la tele también recibes retroalimentación, no con tanta inmediatez, pero tiene la indiscutible ventaja de llegar a muchas personas cada vez.

«En ambos medios tienes que hacer uso de inteligencia y entrega. En uno soy más yo mismo; como conductor, y en el otro puedo jugar a cambiar de piel como actor.

—El profesor Pepe Rillo cuándo lo creas y cómo lo trabajaste, ¿qué exige de ti este personaje?

—Cuando llego a Jura decir la verdad (programa televisivo de gran popularidad) lo hago como  guionista y lo primero que descubro es que dramatúrgicamente necesito un personaje que pueda dar las explicaciones para hacer avanzar y entender las tramas.

«El elenco estaba plagado de personajes que llevaban un tremendo peso en lo cómico pero faltaba balance porque prácticamente el único “pasador” era el juez.

«Después de meditar largo rato en ello pensé en una especie de ente ducho en muchas cosas a la vez, ridículo en su concepción y en su conflicto con su entorno y de ahí salió el Profesor Pepe Rillo, especialista en asuntos indeterminados, un poco loco, un poco tacaño y desesperado por ser útil a los demás y tener amigos pero muy limitado en su comunicación social; un hombre “estudiao” en un solar lleno de personajes estrafalarios  y con poca preparación. Luego recordé un personaje que yo tenía en La Leña del humor (grupo del cual es fundador) que se llamaba Pleistoceno González y los mezclé un poco, reorganicé y se lo presenté al equipo.  

«Más tarde el televidente tuvo la última palabra. El personaje, tan raro, me llevó a interpretarlo en un cierto tono de farsa que me exigió estudio y preparación para no desentonar con los demás».

—¿La Neurona intranquila que ha sido para ti?

—Una absoluta sorpresa. Nunca me imaginé que alcanzara los índices de gusto y audiencia que está logrando. Siempre trabajamos en estrecha relación con las propuestas de nuestros televidentes; hay programas con secciones conformadas sobre la base de colaboraciones que nos envían. Incluso hemos tenido momentos de enviar encuestas por correo a nuestros televidentes para saber qué prefieren y qué no desean ver ya en el programa, y en consecuencia hemos cambiado parcial y hasta totalmente muchas cosas dentro del espacio.

—¿En el 2015 qué proyectos te atrapan?

—Tengo muchos: teatrales, de televisión y de literatura algunos en colaboración con mi esposa, Yoanka Navarro, actriz y guionista también. Por supuesto que en estos proyectos están involucrados mis hermanos humoristas del Centro Promotor del Humor.

«El más inmediato La neurona… con sus dos espacios, un show para teatro y una revista de pasatiempos en colaboración con el colectivo de guionistas del programa.

«Ah, y claro; el espectáculo Para vivir del cuento hay que tener neuronas. Este que Cubarte tan gentilmente nos ayuda a promocionar y que más allá del Mella y el Heredia pensamos llevar a múltiples espacios teatrales de todo el país.


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