Han pasado 28 años desde que el barítono cubano Ulises Aquino le entregara al tenor español Plácido Domingo una invitación de la prima ballerina assoluta Alicia Alonso para canta en Cuba. Casi tres décadas después el Rey de la ópera está en La Habana para cantar, lo que en un momento parecía sueño se hará realidad este sábado en el Gran Teatro de La Habana que lleva el nombre de la creadora de nuestro Ballet Nacional.

Domingo, de 75 años, compartió durante poco más de una hora con la prensa nacional y extranjera sus impresiones sobre esta visita a la Isla y las expectativas para la presentación de esta sábado, la que dijo le despierta una gran emoción y a la vez el sentido de la responsabilidad, “porque para mí un lugar nuevo es siempre importante”. 

El prestigioso artista explicó que siempre mantuvo la esperanza de cantar en Cuba, incluso que en una ocasión anterior se manejó la idea pero la apretada agenda de trabajo no se lo permitió.

 “Eran años de mi carrera en los que no tenía un día libre, pero mantuve la ilusión”, y recordó que Cuba ocupa un lugar especial en la historia de su familia, en especial por su madre, la cantante Pepita Embil, muy querida en la Isla por sus exitosas presentaciones en el Teatro Martí

Sobre el momento escogido para cantarles a los cubanos enfatizó que era un compromiso impostergable. “Estamos llegando a un momento en el que era indispensable venir, ya no tengo 30 ni 40 años, no sé cuánto tiempo más cantaré”.

Mi idea es que si después de pasado mañana el público está satisfecho y contento, regresaré otra vez, yo quería cantar para toda La Habana, señaló a propósito de la sede del concierto que no da cabida a todos los que quisieran escuchar al cantante que se convirtió en fenómeno de masas gracias a sus conciertos junto a los también tenores Luciano Pavarotti y José Carreras.

Como escenario se manejaron el malecón y la plaza de San Francisco de Asís, pero finalmente se decidió que fuera en el Gran Teatro Alicia Alonso, un lugar que celebró por su magnificencia y belleza en varias ocasiones a lo largo de su diálogo con los medios.

A Domingo no le faltaron las palabras de elogio para con la prima ballerina assoluta, una artista de las más importantes del mundo y que tanto ha dado a la cultura cubana y universal, apuntó.

El actual director general de la Ópera Nacional de Washington y de la Ópera de Los Ángeles se refirió también a su invitada al concierto, la soprano boricua Ana María Martínez, a quien calificó de extraordinaria, “una diva que inunda y gran colaboradora, una artista estupenda a la que van a poder admirar y gozar porque es espectacular”.  

Considerado por la crítica como “el mayor artista operístico de nuestros tiempos”, el tenor español en los últimos años ha incursionado en el repertorio concebido para la voz de barítono, en el que dice sentirse muy cómodo, interpretando roles para este particular registro en las óperas La Traviata, Nabucco, Macbeth y El trovador.

Pero para los cubanos ofrecerá un concierto especial en la que buena parte del programa son obras de autores cubanos, en especial de Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona, del que confesó ser un gran admirador.

Espero darle al público todo lo que podamos, además de algunas sorpresas, apuntó Domingo, en La Habana junto a su esposa, hijos y nietos.