Los hechos de Playa Girón iniciados con los bombardeos imperialistas a tres aeropuertos de nuestro país (La Habana y Santiago de Cuba) y los hechos inolvidables subsiguientes con la declaración por parte de nuestro Comandante en Jefe del carácter socialista de la Revolución y, horas después, los acaecidos en las arenas de ese lugar, además de la impronta de Fidel y su participación directa y valiente junto a los combatientes-milicianos, quedaron una vez más expuestos --como continuará ocurriendo otro más de medio siglo y muchos más--, por otro luchador revolucionario. En esta oportunidad, Juan Carlos Rodríguez, director de la Editorial San Luis y autor, entre otros, del libro Girón, donde mediante un sinnúmero de anécdotas, informaciones periodísticas, testimonios...realizó un recuento sobre su participación --con tan sólo 17 años de edad--, y la de un numeroso grupo de compañeros milicianos en dicha gesta.
La conferencia, convocada por el Grupo Interdisciplinario José Martí y su visión sobre Estados Unidos a la luz del siglo XXI, del Centro de Estudios Martianos (CEM), aportó además la presencia de la reproducción del mapa (Playa Girón y Playa Larga--Ciénaga de Zapata), que portaban los mercenarios financiados y preparados por el imperialismo yanqui durante su fracasado intento de ocupar la Isla.
. Interrogado por este Sitio Web acerca de un hecho importante relatado en dicho título, Juan Carlos Rodríguez rememoró:
"Este libro concluye con el capítulo Girón, cuarenta años después (epílogo), donde él exactamente explica esto durante el evento de igual nombre Girón, cuarenta años después, iniciado el tres de marzo del 2001 y que sesionó durante una semana. En aquel evento participaron además ex militares, académicos, investigadores y especialistas norteamericanos. En aquella oportunidad, Fidel les expresó:
"Estoy absolutamente seguro, y lo digo con toda franqueza, de que fue una gran suerte de que esa invasión fracasara; fue una gran suerte para nosotros e incluso, también, para los Estados Unidos, porque Vietnam se había producido en Cuba, y no en Vietnam (...) Se habría desarrollado una resistencia en la que cientos de miles de hombres y de mujeres armados y millones de ciudadanos se hubieran enfrentado a las tropas norteamericanas, porque detrás de las tropas venían el empecinamiento, la cuestión del honor. No era en aquellos momentos cuestiones del socialismo-comunismo las que determinaban la actitud del pueblo, era el odio al sanguinario régimen de Batista, las miles de personas asesinadas, las inmoralidades, el saqueo y la admiración hacia un grupo de jóvenes --algunos no reconocidos apenas, yo había sido un poco más conocido porque había sido dirigente en la universidad--, y la admiración de un pueblo porque habían logrado el imposible de haber derrocado aquel régimen bien armado, de ochenta mil hombres, entre soldados, marineros y policías y a las leyes que había hecho la Revolución, sobre todo la dignificación del ciudadano. Cuando el ciudadano común y corriente se convirtió en poder, el poder se identificaba con las armas, y ellos tuvieron las armas en su poder".
. ALGO PARA RECORDAR…
En abril 1960, Lester Mallory, entonces sub secretario de Estado para el Hemisferio Occidental, proponía en un informe secreto:
“[…] El único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo interno a la Revolución es a través del desencanto y el desaliento, basado en la insatisfacción y las dificultades económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno…”
Es así como el mandatario Dwight Eisenhower inicia las primeras medidas de presión económica contra Cuba y el tres de enero de 1961, días antes de dejar su puesto al electo presidente John Fitzgerald Kennedy, rompe las relaciones diplomáticas.
Seguidamente, Kennedy asume el plan aprobado de la fracasada invasión mercenaria contra Cuba y ante la derrota sufrida, crea el Grupo Especial Ampliado del Consejo de Seguridad, para diseñar acciones con el propósito de destruir a la Revolución cubana. Entre ellas la Operación Mangosta, el 18 de enero 1962, en la cual se plasma, entre sus 32 tareas, la guerra económica contra el pueblo cubano. En ella se plantea textualmente:
“La acción política será apoyada por una guerra económica que induzca al régimen comunista a fracasar en su esfuerzo por satisfacer las necesidades del país, las operaciones psicológicas acrecentarán el resentimiento de la población contra el régimen…”
Para legalizar dicho Programa secreto, JFK, aprueba el seis de febrero de 1962, el “Decreto N0 3447, 27 Resolución Federal N0 IO85, Embargo sobre el comercio con Cuba”. En él se expone:
“El actual Gobierno de Cuba es incompatible con los principios y objetivos del Sistema Interamericano…”
“Considerando: Que los Estados Unidos, de acuerdo con sus obligaciones necesarias para promover la seguridad nacional y hemisférica mediante el aislamiento del actual Gobierno de Cuba, y, por lo tanto, reducir la deriva de su alineamiento con las potencias comunistas”:
“Por cuanto: Yo, John F. Kennedy, Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica”, […] Proclamo el embargo sobre el comercio entre los Estados Unidos y Cuba” […]
La esperanza de que el pueblo cubano no apoyara a la Revolución y se lanzara a las calles, culpando al sistema socialista de sus penurias, a partir de las campañas de guerra psicológica estructuradas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) –como se propuso inicialmente durante la Operación Mangostano dieron resultados y, transcurridas más de sesenta décadas, cubanas y cubanos estamos conscientes de la verdadera y única responsabilidad de cada una de las Administraciones norteamericanas con vistas a tales propósitos, a lo cual se suma el bloqueo comercial y financiero, impidiendo todas las transacciones bancarias desde y hacia Cuba, a fin de eliminar la compra de alimentos, materias primas, maquinarias, equipos médicos y medicinas, piezas de repuesto, ni efectuar los pagos que adeuda y menos aún cobrar las ventas que realiza. .
Documentos desclasificados de la CIA, permiten conocer sus consideraciones al respecto, como el que expresa:
“El principal objetivo de los Programas Encubiertos contra Castro, es completar el aislamiento económico, político y psicológico de Cuba respecto a América Latina y el mundo libre...Estas medidas han sido en buena parte responsables de las actuales dificultades económicas de Castro, pero pudieran adoptarse nuevas y eficaces medidas de guerra económica”.
Producto de esta abominable situación es que el mundo vota año tras año a favor de Cuba en la sede de las Naciones Unidos, como denuncia no contra un “embargo” bilateral como han tratado de exponer las administraciones de Estados Unidos, sino contra una política absurda e inconsecuente, vandálica y criminal, contra todos los gobiernos y países que pretendan o aspiren hacer negocios con la Isla, ya sean estadounidenses, miembros de la Unión Europea, de Asia, África, o de América Latina.
Es así cómo y ante tal intromisión extraterritorial deshumanizante, en las arenas de Girón quedó histórica y eternamente aplastada la osadía imperial.
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