Volvemos al lugar donde nos acomodamos la primera vez, nadie ocupó nuestros asientos. Cada vez que se oye la voz de la anunciadora se arma revuelo entre las personas aquí reunidas. Servimos otra ronda de ron y saturamos los vasos con hielo; quedan al menos otras cinco horas de espera.
…tú sabes que pasar una noche en un aeropuerto es muy estresante y si además hay un frío de esos que ponen al mono triste que ni chifla ni sopla es más duro aún… esta bueno el ron este…; termino en la marina y entro a trabajar en el Centro Nacional de la Música que dirigía Julio Bidopia y es entonces cuando se inicia mi carrera como compositor exitoso en los festivales musicales de Cuba y de la antigua Europa Socialista; aquellos festivales los coordinaban y dirigían Rafael Somavilla o Valdés Arnau dos profesionales de prestigio en la música, amigos de mi papá y con los que también había estudiado; pero con sus características y sus enfoques sobre la vida y la música distintos a los míos; al primer festival que va un tema que hago es al de Sopott que era un evento de mucho prestigio, y lo cantó Beatriz Márquez, se llama Perdóname este adiós, la canción ya la habíamos presentado fuera de concurso en el Festival del Creador musical de ese año, fue en 1975; con ese tema Cuba gana por primera vez un premio en orquestación… me entero en la calle porque una persona me felicita, yo estaba ajeno a la noticia… dos meses después me envían la Festival de Dresde donde vuelvo a ganar premio en Orquestación y Argelia Fragoso gana el premio en interpretación; dos premios en tres meses; al año siguiente voy al Festival Orfeo de Oro con Farah María que gana el gran premio… llevé a ese festival un arreglo complicado pues era para gran orquesta y coro y además de eso iba Irakere, te imaginas todo el escenario lleno de músicos; el tema se llama Concierto en tres temas y está escrita por Chucho Valdés, Juan Almeida y yo; entonces alguna gente decía si quieres ganar un premio en esos festivales dale la tarea a Rembert… eso me convirtió en el “músico cubano del socialismo”; pero los premios fueron también en otros festivales del mundo, hasta el último premio que fue nuevamente en Sopott donde fui el único ganador de dos premios en la misma categoría de orquestación; esos festivales se acabaron junto con el campo socialista y yo seguí mi camino en la música, ganando otros premios y discos de oro y platino en la misma Europa, eso me dio la medida de lo centrado que estaba en mi trabajo como músico y como orquestador… el último que gané en Cuba, fue en un Guzmán también con Beatriz como cantante, pero para ese entonces ya estaba designado como director de la orquesta del Gran Teatro de La Habana lo que me enfrentó a empeños mayores, como escribir y dirigir música para el Ballet Nacional de Cuba… y los premios siguieron persiguiéndome… no es falsa vanidad… escribir música para ballet es muy complicado, exige grandes recursos creativos y una cultura, sobre todo una cultura porque el ballet combina muchas disciplinas… de los ballet que he escrito vivo orgulloso de Muñecos que tiene coreografía de Alberto Méndez y que además de haber sido premiado en Tokio en 1978, está en el repertorio de grandes compañías del mundo… gracias al ballet volví a ver a mi madre casi veinte años después cuando fuimos a Washington…; hay otros ballet a los que escribí música pero ninguno ha sido tan exitoso como Muñecos… y estaba trabajando con la orquesta del Gran Teatro y el ballet cuando Manuel Octavio Gómez me pide que escriba la música del filme Patakin primero y para El señor presidente después, lo que me devolvió al cine nuevamente; si porque yo debuté con diez y seis años cuando Sara Gómez me pidió la música para su documental y habían pasado veinte y cinco años… escribir música para el cine tiene sus encantos y sus complejidades, aunque es una música por encargo no limita la creatividad pero tiene exigencias y códigos y aquí regresa a mi vida el haber trabajado con Felipe Dulzaides que dominaba el repertorio de los temas clásicos del cine norteamericano; en esa memoria musical y el buen gusto que me había formado encontré los primeros recursos… después vino la zaga de Vampiros en La Habana donde me divertí muchísimo… tu sabes que yo he salido en todas las películas en las que he trabajado, siempre como músico, incluso hasta hay una caricatura mía en Vampiros, y es curioso pero menos para la pintura en lo demás me defiendo… en esos mismos años dirigí importantes orquestas del mundo como la del Lincoln Center o la del teatro Bolshoi, fueron algunas de las más importantes… estaba logrando el sueño que me propuse cuando comencé a estudiar música: orquestar, componer y dirigir; y así un buen día llegue a París con Mayra Caridad Valdés para hacer algo que siempre me ha gustado también aunque no ha sido mi fuerte y ser pianista acompañante y repertorista, que son dos tareas tan difíciles como las anteriores para las que tenía la preparación de la escuela del maestro Dulzaides… “Les Trois Maillez”, alguna vez has escuchado ese nombre… ¿no?... es una sala de París de las más importantes… allí comenzó mi carrera parisina en la música y la segunda mitad de mi vida personal y profesional, te hablo del 1989 cuando cumplía cuarenta años y veinte y cinco de haber tocado por vez primera como profesional… te sirvo otro trago, aquí queda otro vaso con hielo… esa sala me contrató como director musical para sus espectáculos y sus artistas, por lo que debía establecerme en París a trabajar y a vivir sin dejar mi puesto como titular de la Orquesta del Gran Teatro y te puedo decir que conté con toda la comprensión posible de las autoridades cubanas que me permitieron asumir esas funciones sin contratiempos ni suspicacias… y así estuve trabajando hasta que sucedió el accidente que me tuvo la borde de la muerte… y con el accidente vinieron algunas acciones poco profesionales y hasta dolorosas que me dañaron más que las operaciones que tuve que enfrentar; sin dar una explicación me cesaron como director de la Orquesta del Gran Teatro sin respetar la ley, pues yo estaba mal de salud y con todas las garantías de que estaba representando la cultura cubana en aquel lugar… y así pasó con muchas cosas… yo estaba en una gran disyuntiva si regresaba a recuperarme en Cuba perdía los derechos judiciales… hay una alegría que llevo dentro y que mi familia sintió siempre el apoyo de la gente cuando ocurrió el accidente y durante todo el proceso que vivimos… a esas personas que fueron muchas, nunca he podido agradecerles de otra manera que no sea haciendo más y mejor música… tú sabes que yo soy francés y no fue porque yo lo pedí… un buen día el gobierno francés me hizo francés por su libre decisión y yo se lo agradezco porque en mi persona reconocen a la cultura de mi país… la mitad de mi vida profesional ha sido aquí en Europa, en París, fundamentalmente, y me ha ido bien, honestamente he escrito la música que he querido… he ganado premios importantes en el mundo discográfico con discos de oro y platino y he producido discos de cantantes que han alcanzado la fama más allá de Francia y desde allí he expandido mi trabajo a otros lugares, he seguido haciendo música para cine francés… en eso soy afortunado, muy afortunado… hasta que una importante productora de show y musicales llamada Índigo Productions me pidió hacer una obra basada en la música cubana y que contara su historia, o una historia a través de la música… así nació Soy de Cuba y mi regreso por temporadas más largas a mi casa de La Habana Vieja… y es curioso porque nuca me fui del país; había gente que me veía en la calle, gente buena y gente mala, y me preguntaba cosas increíblemente absurdas, conclusión que no te ven y te asumen como emigrado… en esas temporadas vi que todo había cambiado y que era un desconocido para muchos músicos y para una parte del público, tanto yo como mi obra profesional; así que necesitaba reinsertarme nuevamente… que es más difícil que comenzar una carrera… no creo haberlo logrado y realmente estoy concentrado en este espectáculo donde todo es cubano de verdad… si porque he visto de todo en el mundo referido a Cuba pero son unos desastres en todos los sentidos… desde hace cinco años estamos presentándonos a lleno total en muchas ciudades y parece que lo hemos hecho bien pues la gente no se aburre… te decía que quiero reinsertarme en la vida musical cubana y alguna cosa he logrado, pues entre ensayos y presentaciones estoy escribiendo y produciendo la música para una película cubana que dirige Santana, el de los video clip… así me lo presentaron… y me hado mucha alegría pues me ha permitido recrear música cubana de los primeros cincuenta años del siglo pasado… y además salgo en una escena… en la próxima que haga seguro me dan un papel más importante que el de músico… estoy conversando con algunas discográficas cubanas para hacer un disco con mi música… hace casi treinta años que no hago un disco en Cuba con mi música, he hecho discos con mi música para cantantes de otros países, en el estudio de la calle San Miguel, el que tiene goteras pero un sonido que envidiarían algunos de los mejores estudios del mundo… hablo de magia sonora… espero que eso rinda sus frutos… también estamos intentado poner el show en La Habana, sería un gran sueño… pero hasta el presente se ha quedado en la voluntad nuestra y de los productores… al mundo del disco llegué también por Felipe, con el debuté arreglando y produciendo… he llevado al disco música de Amadeo Roldán cuando rescate su ópera Manita en el suelo, que se había perdido, produje discos para muchos cantantes en los años ochenta, pero estoy fuera de ese mundo en mi país y realmente me interesa que conozcan mi música otros compatriotas… hacer discos es una caja de sorpresas, puede ser que lo hagas con mucho amor y no resulte o que resulte y se convierta en un suceso, como me ocurrió con los discos de Danny Brillant que alcanzaron ventas astronómicas, sobre todo Havana que llegó a ser Disco de Platino… Danny me agradece haber conocido La Habana y los estudios de la calle San Miguel… pero sobre todo la música que escribí para él y su orquesta… también está la música que compuse para figuras como Brigitte Bardot… París ha sido una buena experiencia, al menos en mi caso, pero creo que lo es también para otros compatriotas que andan por allá, no importa que triunfen o no… la experiencia y la vivencia cultural y humana enriquecen a todo artista… me acaba de entrar un mensaje de Nicolás nuestro productor con noticias de la siguiente ciudad… esta cosa de la tecnología es increíble y tiene unas posibilidades enormes… pero también sus riesgos… yo me he vuelto un devoto de la tecnología y de sus beneficios… lo ha cambiado todo, la forma de ver y hacer la música, sus dinámicas… cuando comencé mi carrera profesional necesitaba, además del piano, grandes cantidades de papel para trabajar… ahora se trata de tener la computadora y los programas adecuados y a componer… que cualquiera con dominio de la tecnología puede intentar hacer música, es posible y probable, pero hay principios, herramientas como la armonía y la forma que si no las dominas no haces nada trascendente… puede ocurrir una excepción pero no es la media… eso hace que coexista buena música y mala música y que por momentos la mala se imponga en el gusto de la gente… siempre ha habido buena y mala música, lo que ahora hay otros resortes que hacen que se deforme el gusto de la gente y es muy fácil deformar, formar lleva tiempo, energía esfuerzos… me parece que estamos en un período de transición en la industria de la música, mira el disco, antes había que esperar a que saliera de la fábrica, llegara a la tienda o a la victrola… ahora no… la informática hace que ese proceso se simplifique… se graba en la mañana y en la tarde ya está listo para difundir y vender… pero muchas veces esa música, o seudo música es la que se impone… pero hay quienes trabajan y elaboran su música y corren la misma suerte de imponerse en el gusto… la informática también ha cambiado la cadena de difusión, pues todo se difunde indiscriminadamente, el criterio de selección es anárquico totalmente y eso se refleja en el gusto de las personas, yo espero que en algún momento el orden regrese y con el figuras necesarias a la música como los repertorista y los orquestadores… esa anarquía hace que lo efímero se imponga sobre lo que muchas veces tiene valores, pero te reitero pienso que estamos en una etapa de tránsito… por cierto que debo revisar antes de regresar a La Habana los temas que escribí para la película de Santana… componer tiene su magia uno no sabe exactamente cuál es la fórmula para lograr el éxito, aunque no me quejo de los que he tenido… estoy escribiendo música cubana de verdad, un mambo, un danzón y un par de boleros, más otras cosas que me pidió… es una música muy noble y que bien hecha no pasa de moda… yo no soy un compositor en el sentido exacto de la palabra, conceptualmente hago canciones cuando me las encargan, no siempre estoy de ánimo o tengo la inspiración cuando me piden un trabajo así… a veces las musas se toman su tiempo, hay momentos en que han sido semanas… otras veces van a una velocidad que me sorprendo… también se trata de tener presente a quién se escribe, cuáles son sus posibilidades vocales y un sinnúmero de cosas que se deben tener en cuenta… he visto cantantes con excelentes voces y un repertorio pésimo y eso es fatal para su carrera; por esa razón eso mismo sentí cuando comencé a escribir este espectáculo que has visto, quería hacer una postal de mi país sin caer en actitudes chovinistas, quería hacer música cubana agradable a la gente y alejándome de los patrones que alguna vez han impuesto y tampoco quería que sonara a música de museo… quería un sonido de Cuba y que cubriera algo más que el son y la rumba; la música cubana es más que eso… creo que lo he logrado… es mi postal de Cuba sin caer en cliché de negros, miserias y otras carencias… somos un pueblo que tiene historias comunes al resto del mundo y queríamos enseñar otra postal… cada ciudad y cada país vende su imagen y su postal… yo soy cubano en todo momento… no importa que algunas personas no entiendan que una postal tiene un gran valor humano… me gustaría definirme como un artesano de los sonidos, alguien a quien le quedan por escribir cuartetos, alguna que otra sinfonía, dirigir nuevamente ballet y por qué no escribir algunas canciones… mi vanidad me permite aceptar que algunos premios se me escapen, pero no me permite asumir otra identidad que no sea la cubana… mi orgullo de cubano está por encima de los premios que me pueden faltar o que crea merecer… de que para algunas personas en mi país no existo o simplemente ignoran mi trabajo… Rembert Egües vive orgulloso de poder decir que la música ha sido siempre mi fuente de alimentación y que me ha permitido algunos placeres, entre ellos tener una familia hermosa que siempre me apoya… la confianza de los que son mis amigos y por encima de todo de ser cubano… yo soy de Cuba desde que me levanto hasta que mi día termina y así actúo en cada lugar… están llamando para nuestro vuelo… las preguntas cuando termine la función de mañana con lo que quede de este roncito… tienes mi palabra…
Mañana volverá a caer el telón.
París/La Habana, Junio de 2015
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