“Resistencia y Libertad”, a la grandeza histórica, espiritualidad y unidad de los cubanos


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“(…) Cuando arrecian los problemas concretos de los hombres y mujeres de carne y hueso que nos rodean, forman nuestra atmósfera vital y en cierto sentido nos constituyen, podemos acudir a Martí, en primer lugar, como a una inteligencia y a una sensibilidad sin compartimentos estancos, tan interesados en la vida de los insectos como en las bodas de la luz, como en los mecanismos del ferrocarril, como en las leyes de la economía, como en los resortes de un poema, como en los sistemas de gobierno; y, sobre todo, interesado en la redención real de los hombres”, expresó el intelectual cubano Cintio Vitier en su libro “Resistencia y Libertad” (1), escrito en los años noventa del pasado siglo, durante un período de definiciones y de absoluto apoyo a la continuación del proyecto revolucionario emanado en el Moncada y desarrollado como rumbo socialista en nuestra Historia y Cultura.

Nueve capítulos conforman esta obra, a través de los cuales Vitier va conformando –como genuino estilista de la escritura en verso y en prosa–, el recordatorio, la exhortación, la fe en la victoria y la urgencia del caudal histórico martiano y fidelista ante aquellos momentos tan cruciales vividos tras la caída del campo socialista en Europa y sus ulteriores consecuencias en el Archipiélago caribeño.

Mas, ¿cómo no reeditar cada línea, cada espacio del pensamiento, al que nos convoca este inolvidable escritor, poeta, ensayista, intelectual cubano de y para todos los tiempos, en estos actuales y difíciles momentos en que la supervivencia de la Humanidad (¡toda!) peligra con el surgimiento y desarrollo de una voraz pandemia y que, en el caso de Cuba las afectaciones cada vez más criminales del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos continúan violando y dañando con mayor fuerza los derechos de su pueblo en los sectores de mayor impacto social como la salud, la alimentación y la educación?

“(…) es explicable que, muerto Martí, Cuba no viera con absoluta claridad lo que él había previsto en carta a Gonzalo de Quesada de 1889 y en su carta-testamento a Manuel Mercado: el peligro de que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con una fuerza más, sobre nuestras tierras de América”, rememora Vitier para traernos a continuación palabras del periodista José Vasconcelos –bien memorables–, al referirse a las consecuencias de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, tras la derrota del último reducto del colonialismo español en América a finales del siglo XIX y principios del XX:

“(…) El conflicto está ahora planteado totalmente en el Nuevo Mundo (…) Pugna de identidad contra sajonismo ha llegado a ser, sigue siendo, en nuestra época, pugna de instituciones, de propósitos y de ideales”.

Con anterioridad rememora la llamada Paz del Zanjón, período que constituyó definitivamente una tregua para continuar después la lucha, al igual que lo acontecido con la intervención norteamericana y la frustración de la Revolución del 30, enseñanzas tomadas por la Generación del Centenario para llevar a cabo una Revolución que fue acumulando esos hechos, esas no aceptaciones a la supuesta derrota “(…) que la fortalecieron y profundizaron hasta identificarla con el país, con el pueblo, con la historia y con la geografía misma. Estamos hechos de no aceptación, de desobediencia soberana. Si luchamos contra todos los imposibles, cómo rendirnos ahora que todo lo hemos hecho posible. De nosotros depende, sin duda.”

En dicha obra, asimismo, el connotado Ensayista trae consigo hechos trascendentales de la Historia de Cuba que en nada dejan de ameritar o de  minimizar la impronta del pueblo español cuando afirma que “ningún otro suceso conmovió tanto la sensibilidad cubana, después de la frustrada guerra de independencia y la también frustrada revolución anti-machadista, como la Guerra Civil Española, ante la cual la intelectualidad insular tomó conciencia de la opción ideológica que le correspondía frente a la amenaza fascista, mientras centenares de voluntarios anónimos, emblemáticamente representados por Pablo de la Torriente Brasu, iban a combatir y a morir por la República española (…) La España peregrina, ya solo conquistadora de espíritus libres, encontraba en Cuba , la Cuba secreta de la reminiscencia y la proyección utópica, la patria anterior al nacimiento fáctico. América era también, podía ser también, la Madre Patria de España. Esa última y desgarrada identificación es la que sentimos en España, aparta de mí este cáliz, de César Vallejo”.

En uno de sus capítulos, el también Premio Nacional de Literatura destaca el texto “Nuestra América” (1891), en el que Martí expone los resultados político-culturales de las gestas libertarias en los países hispanoamericanos; independencia política lograda mucho antes que, en Cuba, pero que dejó intactas las estructuras sociales. En el capítulo titulado Cuba: su identidad latinoamericana y caribeña, explica la convicción martiana acerca de que “Ni habrá literatura hispanoamericana, hasta que no haya Hispanoamérica”,  literatura que llenó y conmovió a los principales diarios de este continente, convirtiéndolo “en la primera figura cubana de resonancia continental, como lo indican, entre otros, el juicio de Sarmiento (cuya tesis de civilización contra barbarie refutó para siempre) y los testimonios de Rubén Darío (a quien llamó hijo porque lo era). En esa literatura iban, no sólo la renovación de la lengua, sino una captación integral de la realidad y la cultura norteamericanas de su tiempo”.

Vitier incentiva además a los lectores con escritos del Apóstol engrandecidos por la obra de la Revolución Cubana. Así recuerda el texto referido a los “Maestros ambulantes”, cimientes de nuestra Campaña de Alfabetización, como cruzada cultural no sólo del conocimiento, sino también de la independencia y soberanía de un pueblo: “(…) Este es el lenguaje que el mundo está olvidando y que nosotros no podemos olvidar, porque está en la raíz de nuestra cultura. Si lo olvidamos, nos quedaremos vacíos”.

Resistencia y Libertad, obra escrita en uno de los momentos más difíciles de nuestra Historia y que hoy, a 99 años del Natalicio de Cintio Vitier, sigue convocando no sólo al pueblo de la Mayor de las Antillas, sino también a todo el mundo, “(…) cuando hasta los caminos de salvación se revelan llenos de peligro”, constituye un recordatorio a la grandeza histórica, espiritualidad y unidad de los cubanos, “como pueblo poeta, artista, pensador que está incesantemente creándose y pensándose a sí mismo”.

Nota:

(1) Vitier, Cintio: Resistencia y Libertad. Segunda Edición. Centro de Estudios Martianos, 2012.

 


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