Todo el mundo quiere tocar en Santiago de Cuba y compartir con su público, es una ciudad con una singularidad musical, dijo el virtuoso pianista Roberto Fonseca, a pocas horas de inaugurarse la edición 33 del Festival Internacional Jazz Plaza.

El joven artista manifestó su satisfacción por la celebración de ese evento en la ciudad santiaguera, que por segunda vez es junto a La Habana sede de uno de los encuentros jazzísticos más importantes en América Latina, y reconocido en el mundo.

Fonseca resaltó las raíces sonoras de esta oriental urbe, al tiempo que significó el talento que aún queda por conocer.

El Teatro Martí, el Iris Jazz Club y la filial santiaguera de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, son las principales sedes del Jazz Plaza en esta urbe, que contará con la participación de destacados representantes del género en la Isla, entre ellos el cuarteto de saxofones, de la provincia de Pinar del Río, y el grupo Mestizaje, de Matanzas.

Del territorio indómito estarán intérpretes, músicos y agrupaciones como Zulema Iglesias, Giselle Lage, Carlos Miyares, Iván Acosta y De Cuba somos, Jazz D Bess, el quinteto Vocal con paz y Okán Jazz, mientras que de la escena foránea actuarán el chileno Iván Latapiat  y la banda The Shuffle Demons, de Canadá.

Muy esperado es el concierto que, al frente de la Orquesta Sinfónica de Oriente, ofrecerá la talentosa directora Cosette Justo Valdés en la sala Dolores, el sábado 20, en homenaje a los inicios del jazz sinfónico, y que rendirá también tributo al gran compositor, pianista y director de orquesta estadounidense Leonard Bernstein, en el centenario de su natalicio.

Desde 1980 y por iniciativa del Maestro Bobby Carcassés, tiene lugar el Festival Internacional Jazz Plaza, el encuentro de jazz con mayor envergadura en Cuba, y que ha incluido a la nación caribeña entre los países líderes en el desarrollo de ese género, que con la riqueza musical existente en la Isla, adquiere una sonoridad distintiva.

Interpretado primero por la comunidad afronorteamericana descendiente de esclavos a finales del siglo XIX y consolidado en el siglo XX, el jazz se identifica por la oportunidad de improvisación que ofrece al artista, fundamentalmente con el empleo del piano, el contrabajo, la batería y los instrumentos de viento.   

(Tomado de Sierra Maestra Digital)