Clasificado dentro de los sitios históricos urbanos, el Sistema de Plazas de Holguín conmemora hoy 23 de junio el sexto aniversario de la condición de Zona de Protección al “Conjunto Histórico Sistema de Plazas de la Ciudad de Holguín”.

Holguín es la Tercera provincia más grande de Cuba, con una extensión que representa el 8,6 % de la superficie total de Cuba y proveniente de las antiguas regiones, Moa-Sagua-Mayarí, Holguín-Gibara y Banes-Antilla

La región fue tradicionalmente agropecuaria, y en la actualidad ha devenido también en una de las principales zonas industriales de la nación. En especial por la producción industrial del níquel que aporta cerca de la quinta parte de los ingresos económicos de las exportaciones del país, por lo cual ha sido nombrada la  “tierra de níquel”.

Pero, Holguín es mucho más que eso, es conjuntamente una región de altos valores culturales y en especial  urbanísticos patrimoniales y naturales,” por lo que su ciudad, Holguín, ha sido también bautizada como la “Ciudad de los Parques”, orgullo de sus habitantes.

Ante estas riquezas culturales otra vertiente se va abriendo pasos, el turismo, el cual ha alcanzado un notable desarrollo en los últimos años. En la actualidad es considerada el tercer polo turístico en importancia del país. Cuenta con muchos atractivos naturales y posee una admirable belleza en sus campos y playas. Los paisajes se abren paso en muchos lugares.

Entre los diversos encantos de la ciudad están los parques. Ellos no son tan solo lugares de paseo y de caminatas en círculos, son importantes para los intercambios orales, y sobre todo, ellos, en su conjunto de espacios y actividades, representan una cultura para sus pobladores.

Diversos investigadores consideran que el comienzo de la conformación del sistema actual surgió desde 1720, al crearse la plaza La Parroquial (parque Julio Grave de Peralta); posteriormente fue edificada la Plaza de Armas, (parque Calixto García). En 1752, surge la Plaza Nueva (parque San José o Carlos Manuel de Céspedes), a la que continuaron las plazas del Camposanto (parque Martí), del Mercado O’Donnell (La Marqueta) y Mantilla (parque Rubén Bravo), así como  la Plazuela del Ferrocarril del Norte, también enmarcadas en el periodo colonial.

En el siglo XX, fueron construidos la Plazuela del Ferrocarril del Sur; el parque González Valdés, conocido como Loma de la Cruz y célebre por su escalinata de 458 peldaño, desde donde se observa una maravillosa vista de la ciudad. También fueron construidas las plazas Finlay, (Armando Mestre), y Paquito González. El más bisoño del conjunto es el Parque de las Esculturas, abierto en el 2014.    

Entre el conjunto de sus elementos patrimoniales está la presencia de más de 800 inmuebles, de acuerdo con una minuciosa investigación realizada.

Con el tiempo el parque Calixto Garcia ha devenido corazón de la ciudad y en su entorno se encuentran instituciones educativas culturales como el Museo Provincial La Periquera, el Teatro Eddy Suñol y la Biblioteca Provincial Alex Urquiola, en las cercanías también se encuentra el hotel Saratoga, de elevados valores patrimoniales.  

En general el sistema de plazas de la provincia de Holguín está conformado por más de 100 parques de diferentes dimensiones

Para algunos el sistema de plazas está formado por  11 espacios, otro lo refieren, como el presidente de la Comisión Provincial de Monumentos y Sitios Históricos, que; este sistema se trata de un caso único en Cuba, dado por la existencia de 12 plazas y plazuelas dislocadas en un tramo de 2 kilómetros de largo, con partida en La Loma de la Cruz y final en el punto de convergencia de los ríos Marañón y Jigüe, y límites laterales compuestos por las calles Máximo Gómez y Morales Lemus.

El sistema de plazas junto a las tradiciones y costumbres como las Romerías de la Cruz Mayo, lo guateques campesinos, el son montuno, la décima (donde los instrumentos de cuerda son protagónicos), y sus bailes de salón, junto al casabe y el lechón asado, y la cestería, son inigualables representantes de la cultura holguinera y dignos atractivos para foráneos y para orgullo, como sentido de pertenencia, de sus moradores.

A todo ello también se integran su símbolo, representado por el hacha de Holguín, de color verde olivo,  que tiene impreso un sello distintivo que la hizo significativa dentro de las de su tipo. Representa una figura antropomorfa, masculina con una diadema en la parte superior y los brazos colocados sobre el pecho. La pieza mide 350 mm de longitud, 76 mm de ancho y 48 mm de mayor grosor.

También su himno del cual se seleccionó la siguiente estrofa:

“Libertad, libertad. A tu nombre 
Late el alma de gozo en el pecho 
Libertad, libertad. Por ti el hombre
Deja alegre su bien y su techo.” 

El interés local por cuidar y defender estos valores ilustra el notable esfuerzo que desde lustros atrás realizan los habitantes de este territorio junto a las autoridades locales por la restauración, remozamiento y mantenimiento, de su cultura, embellecerla y desarrollar la vida espiritual de sus vecinos, y de los visitantes,

Esa abnegación es loable, y seguir haciendo para más adelante,  por qué no,  alcanzar la condición que hace años añoran, la de Monumento Nacional.