Teatro del Estro de Montecallado espera repetir el éxito de Lagarto Pisabonito


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Grupo Teatro del Estro de Montecallado, de Bejucal,

El grupo Teatro del Estro de Montecallado, de Bejucal, perteneciente al Consejo Provincial de las Artes Plásticas en la provincia de Mayabeque, espera repetir, en este verano, el éxito que tuvo en el 2014 el espectáculo Lagarto Pisabonito. Entonces hicimos más de ciento cincuenta funciones, dijo a Cubarte su director José Miguel Díaz Pérez (Jochy).

Escrita por Eugenio Hernández Espinosa (La Habana, 1936), la obra en versión de Teatro del Estro se constituye en un divertimento delirante, donde lo menos necesario es el argumento. El personaje de Lagarto –bebedor, desenfadado, mujeriego, humorista y en buen cubano, un jodedor-,  relata episodios de su azarosa vida, llena de amoríos, riñas y ardides.

Al constituirse la agrupación Teatro del Estro (2002), del antiguo proyecto teatral Tablas (perteneciente a la Unión de Escritores y Artistas de Cuba), uno de sus primeros estrenos fue precisamente Lagarto Pisabonito. Desde entonces, la obra no ha dejado de reponerse y con justicia ha merecido los más rotundos aplausos del público. Su puesta en escena número cien se realizó en la sede de la UNEAC provincial, ubicada en el municipio de Bejucal.

La versión creada por Teatro del Estro, evoca los orígenes del teatro griego: un actor (José Apodaca) y un coro, llenan la escena. Entre ellos discurren los hechos, se convierten en protagonistas, antagonistas, testigos y confesores de cuanto acontece. El humor, la ironía y los juegos intertextuales, tanto como la cultura campesina y popular, confieren a la obra indudables ecos de cubanía, recordándonos a Samuel Feijoó,  Carballido Rey, Onelio Jorge Cardoso, Félix Pita Rodríguez o Dora Alonso.

La profusión de la música, el uso de la décima y el punto, los refranes, trabalenguas, adivinanzas y chistes del acervo tradicional cubano, en permanente interacción de los actores con el público, crean una atmósfera de profunda comunicación. Aquí las entradas y salidas al plano teatral, convierten a la obra en un juego de todos y para todos, ha dicho de la puesta, el escritor y crítico Omar F. Mauri.

El  trabajo de los actores, su versatilidad en el canto y la ejecución de instrumentos musicales, son imprescindibles para cada función –que nunca es ni será igual. No en vano el Lagarto Pisabonito de Teatro del Estro, ha merecido 22 premios en diversos festivales y encuentros teatrales: banda sonora y música (Aida Zertucha), actuación (José Apodaca) y puesta en escena y dirección (José Miguel Díaz Pérez, Jochy).

Pero el mayor de todos, afirma Mauri, ha sido la extraordinaria acogida del público, especialmente en las poblaciones alejadas y culturalmente desfavorecidas, donde la agrupación compromete su vocación de trabajo comunitario, con repertorios como este y otros dedicados a niños y jóvenes.


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