En los años setenta, en Italia, la escuela y un nuevo teatro convergieron. Un grupo de amigos, con experiencias diversas de vida, se unieron para crear un proyecto cultural que pusiera al niño en el centro. Se trataba de un movimiento revolucionario del cual, como suele suceder a veces, los medios no han hablado lo suficiente. Un teatro sin recursos financieros daría lugar a una investigación artística rica y audaz. Surgió así, en 1976, La Barraca en el panorama teatral y cultural del país.

Cuentan los fundadores que eligieron el nombre pensando en las condiciones de precariedad en que nacía la experiencia, seleccionaron el término “barraca”, sinónimo de algo frágil, sin asideros ni oropeles, algo que podía durar muy poco tiempo, quién sabe…

La labor desarrollada desde la humildad del “no sé todas las respuestas pero quiero aprender de mi público”, desde la sabiduría de la búsqueda, de la prueba y el error y, sobre todo, el colocar al niño y sus necesidades y derechos en el centro del espacio de trabajo han dado los maravillosos frutos que La Barraca-Testoni Ragazzi ha cosechado durante estas cuatro décadas.

En el presente, dicha institución no solo fue la primera en experimentar y, luego, desarrollar espectáculos teatrales para niños entre los nueve meses de vida y los tres años, sino que fundó y lidera la red europea Small Size (Talla Pequeña) así como la Asociación Internacional Small Size a la cual pertenecen cincuenta y siete países de los cinco continentes, ambos proyectos insertos en Assitej Internacional.

La Barraca-Testoni Ragazzi desarrolla anualmente el Festival Internacional Visiones de Teatros…Visiones de Futuros… evento al que fue invitado el Centro Cubano de la Assitej en la edición de 2017, ocasión en la cual se dedicaba su sección Open Windows a Cuba y al teatro que se realiza para los niños y jóvenes.

En dicha oportunidad pude ver varios espectáculos de La Barraca destinados a niños entre 1 y 3 años y producciones de otras agrupaciones, tanto italianas como de otros países,  y tuve el privilegio, junto a los colegas cubanos del grupo teatral Los Pintores, de Villa Clara, de sostener interesantes encuentros con Roberto Frabetti, líder de la compañía anfitriona, quien nos mostró varios videos tomados durante las funciones de diversas obras que recogían la actitud de los infantes, por más pequeños que fueran, ante el espectáculo teatral: un comportamiento de absoluta atención a la escena;  así como sesiones de talleres con artistas y también con personal docente a cargo de estas edades que los artistas de La Barraca realizan sistemáticamente.

Desde aquel momento deseé que mis colegas en Cuba pudieran conocer de primera mano la experiencia y en estos días de mayo ello ha sido posible: La Barraca ha realizado su primera visita a Cuba con dos espectáculos paradigmáticos de su repertorio Viaje de una nube y Los colores del agua, ambos con quince años de existencia en las carteleras del grupo. Tuvieron dos funciones públicas en el Teatro Aldaba, del Museo de Arte Colonial, en la Plaza de la Catedral el sábado 12 y el domingo 13, a teatro lleno pese a la lluvia, y durante la semana, en las jornadas matutinas, realizaron siete funciones en cuatro círculos infantiles de igual cantidad de municipios de la capital, mientras en la tarde sesionó, de martes a viernes, el Taller “Mirar”, en el cual se experimentó la particular importancia que cobra la mirada en el teatro con los espectadores de los primeros años de vida y se trabajó con los diferentes tipos de mirada que se emplean en la escena para conseguir la atención y la comunicación con el público. A través de las jornadas de taller pudimos apreciar fragmentos de espectáculos de otras agrupaciones destinados a los más jóvenes espectadores, así como sesiones de entrenamiento con personal del sector de la educación. También disfrutamos algunos videos que testimonian la actitud atenta de este público tan peculiar y sus reacciones de gozo ante espectáculos diversos preparados especialmente para ellos.

Las jornadas de intercambio con La Barraca incluyeron colegas de la capital como Espacio Teatral Aldaba, Cristeli Teatro, Teatro-Museo El Arca y Teatro Océano junto a los colegas de otros siete territorios, pues estuvieron representados los grupos Guiñol de Cienfuegos y Cañabrava, de la misma provincia; el Guiñol de Holguín, el de Guantánamo, el Teatro Polichinela, de Ciego de Ávila; Drippy, de Santa Clara; Titirivida, de Pinar del Río; y el Teatro Andante, de Bayamo. Fueron días hermosos de confraternidad y alegría en los cuales intercambiamos experiencias, preguntas, algunas respuestas y preparamos planes hermosos para un futuro inmediato.

No es posible concluir sin agradecer desde estas páginas la colaboración de todos los colegas del Espacio Teatral Aldaba, quienes fueron los principales anfitriones de esta vez. Junto al Grupo Cristeli —en este caso, Elio y Saray— y al incansable Normando Delabat, de Teatro Océano se ocuparon de toda la producción en Cuba de los espectáculos, así como de dejar registradas las sesiones del Taller y las funciones en los círculos infantiles, y de realizar todas las coordinaciones necesarias con la Dirección de Programas Culturales de la Oficina del Historiador de la Ciudad para disponer de los locales y las condiciones necesarias para cada actividad.

Del mismo modo es preciso agradecer la colaboración del Consejo Nacional de las Artes Escénicas, factor determinante en la logística general de la visita y del Ministerio de Educación, desde el nivel central hasta los municipios involucrados en la capital. Sus Metodólogas de la primera Infancia y las educadoras y auxiliares de nuestros círculos infantiles hicieron de esta gira una verdadera fiesta.

Con el apoyo y la solidaridad de todos, La Barraca y el Centro Cubano de la Assitej han puesto en marcha un proyecto de colaboración e intercambio que ha de brindarnos a todos frutos muy jugosos.