Un genuino exponente de Lo Cubano: Faustino Oramas Osorio, El Guayabero.


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“ (…) Si le pedimos, pues, al cubano medio, al cubano "de la calle", que nos diga lo que entiende por Choteo, nos dará una versión simplista, pero que se acerca bastante a ser una definición porque implica lógicamente todo lo que de hecho hallamos contenido en las manifestaciones más típicas del fenómeno. El Choteo --nos dirá-- consiste en "no tomar nada en serio". Podemos apurar todavía un poco más la averiguación, y nos aclarará que el Choteoconsiste en "tirarlo todo a relajo" (…) El Choteador, que todo lo echa a broma, que a nada le concede, al parecer, importancia, es una suerte de profesional de esa actitud, y ya veremos quetampoco a él le importa mucho que los objetos o situaciones de que se mofa sean en verdad risibles.

“El Choteo es, pues, una actitud erigida en hábito, y esta habitualidad es su característica más importante”. (1)

A estos principios socio-psicológicos de Lo Cubano, estudiados por Jorge Mañach una de las plumas más meritorias de nuestro país durante la etapa de la República neocolonial, podemos incluir –muy acertadamente—a Faustino Oramas Osorio (El Guayabero), o como también se le conoce El Juglar mayor de Cuba.Cantante, tresero y compositor El Guayabero, se incluye entre los más sobresalientes intérpretes de la Música Popular cubana de todos los tiempos.

Trovador popular, alcanzó la fama “por su habilidad y gracia para hilvanar complejos relatos cantados en los que hacen gala el humor y la picardía” (2). Desde 1938 adoptó el mote de “El Guayabero”, creando un grupo de piezas basadas en el humor criollo de la cotidianeidad. Música a la cual dedicó su talento profesional, con gran arraigo popular en la Mayor de las Antillas.

Escritores y artistas que le conocieron afirman que su sentencia más común fue: Santa palabra.

Así las cosas y como argumentamos al principio de este escrito el Choteo constituye, sin lugar a dudas, algo familiar y festivo en nuestras vidas –como bien diríamos en las buenas y en las malas--, y en lo esencial algo que consideramos típicamente cubano que mueve a la risa, a la sonrisa, a la burla. En suma, una razón más que suficiente para que, al igual que Mañach, lo continuemos investigando, estudiando, y compartiendo también todo lo positivo que nos brinda en nuestras conciencias, en nuestra psicología social. Algo que transmitió para el disfrute de todos, durante décadas, un genuino exponente de Lo Cubano: Faustino OramasOsorio (El Guayabero).

Sus canciones más conocidas son, entre otras: Compositor confundido. Oye el consejo. Mañana me voy. Marieta. El tumbaíto. En Guayabero-entrada. Pagando y pirando. Los abuelos se rebelan. El Guayabero. Mi Son retozón. Tema en Guayabero. Tema En Guayabero-Final. ¡Cómo vengo este año! Tumbaíto. Siempre en la cola. Tengo para todas. Cuidado con el perro. El palito de la alcancía. ¡Candela! ¡Oye el Consejo! Por culpa de las mujeres. Imprudentes peatones  .Mi son retozón. Las mujeres de Bayamo. Mañana me voy pa’Sibanicú. Ya voló. Dale suave. Ritmo suave. ¡Cuidao con el perro!   .¡Cómo baila Marieta! Félix Solano no quiere trabaja. La yuca de Casimiro

Premios y condecoraciones: Premio Nacional del Humo. Orden “Félix Varela” por la Cultura cubana  .Medalla “Raúl Gómez García”. Réplica del Hacha de Holguín

Breve reseña biográfica y criterios sobre El Guayabero (Datos tomados del musicólogo Félix Contreras)

Inició su carrera artística en el septeto La Tropical dirigido por Benigno Mesa. Posteriormente formó su propio grupo integrado por Santana Oramas Osorio, cantante y maracas, y Carmito Oramas Batista, bongó; más tarde se incorporó Misael Pino. Cultivó el Son montuno tradicional. Su ritmo es sencillo, a base de tres, claves, maracas y su canto picaresco, lleno de doble sentido que, según él, lo pone el que escucha. Realizó giras por México, donde coincidió con el Festival Cervantino, y en España actuó con el roquero Santiago Auserón, cantante y líder de la banda Radio Futura, y en el café-concierto El Sol.

Afable siempre, El Guayabero gustaba vestir de traje blanco y un sombrero, también de ese color, que él mismo confeccionaba. Al igual que su cuerpo magro de carnes, así era de perfilado su rostro. De nariz y labios muy finos, se caracterizaba además por tener ojos penetrantes y un tartamudeo empedernido.

Para el cantautor-trovador Pablo Milanés:

“El Guayaberoes un genio popular cuyas características muy especiales dentro de la música popular cubana, no pueden clasificarse en una tendencia determinada. Creo que, desgraciadamente, no hay otro como él [...] El Guayabero imprime una ternura especial como pocos, en tanto cultor de la picaresca. Él proyecta como nadie la Cubanía de su verso y lo hace con bastante maestría.”

Para el tresero Pancho Amat:

El Guayabero es un juglar popular que canta las anécdotas y sucesos de su entorno y de su tiempo, matizado por el gracejo cubano. Afianza su música en la tradición sonera, la llena de vida. Desde el punto de vista musical, puedo hablar del tresero. Él es un tresero popular de tumbaos, que utiliza un diseño melódico rítmico muy reiterado, en cuya célula más elemental radica el sabor cubano. Lo he estudiado con detenimiento, porque a veces se producen cierres en la orquesta que me permiten arrancar con un tumbao que gusta a todo el mundo, le quito o le pongo algo más, pero me inspiro en Faustino Oramas. Sus tumbaos son complejos; para cada número tiene uno distinto, y cuando los tocas levantan la música. Cabe en su pequeño grupo, pero también en formato de orquesta. En cuanto a la rima, ha sido muy explotada en la música campesina y él la utiliza con acierto, incluso en aquella rima que no completa, pero que insinúa y usted le pone el doble sentido. Su mérito consiste en haber hallado su raíz, y en su virtuosismo al expresarla. Creo que todo tresero, debe conocer sus tumbaos.”.

 

Notas:

(1) Mañach, Jorge (1898-1961). Indagación del Choteo.Calibán, revista cubana de pensamiento e historia. Marzo, 2011.

(2) Contreras, Félix. La música cubana. Una cuestión personal, La Habana, Ediciones UNION, 1999.

 


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