Una Jornada dedicada al talento artístico latinoamericano y caribeño


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Entre los días seis y diez de abril, y con el objetivo estimular y difundir lo más reciente de la creación musical sinfónica, de cámara y coral del continente, la Casa de las Américas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), en esta capital, fueron sedes de la Sexta Edición del Premio de Composición y del  IV Taller Latinoamericano de Composición e Interpretación.

Durante cinco días de evento  —organizado  de forma conjunta con la Asociación de Músicos de la UNEAC—, se desarrolló un intenso programa de conferencias, clases magistrales y muestra y debate de obras. Al respecto, cerca de una veintena de obras procedentes de nueve países de América Latina y el Caribe fueron valoradas por un jurado conformado por el costarricense Eddie Mora, el dominicano Darwing Aquino, el salvadoreño Germán Cáceres y los cubanos Edesio Alejandro y Beatriz Corona.

Asimismo, el programa de conciertos incluyó la presencia del Cuarteto José White, de México; el grupo de música de cámara contemporánea Alea 21, de Puerto Rico; y por la parte cubana, el violinista Evelio Tieles, el Cuarteto de Cuerdas Amadeo Roldán, la Orquesta de cámara Música Eterna, el dúo Con-Trastes, el Ensemble Percuba y el Ensemble Interctivo de La Habana.

También y, entre las actividades efectuadas pudieran citarse: la conferencia  Compositor en primer plano, a cargo de los compositores el dominicano Darwing Aquino y el cubano Edesio Alejandro Rodríguez; las presentaciones de obras premiadas en las ediciones de 2009 y 2013, las cuales integran la Colección Premio de Composición, del Fondo Editorial Casa de las Américas: Bestiario, cuarteto de cuerdas, de Fabián H. Roa (Colombia) y Chavin, para flauta, clarinete, percusión, hatun charango, piano, violín y violonchelo, de Federico Tarazona (Perú). Además del concierto Convoco a amar a los poetas solos, con la participación de Álea 21 y obras de Aldo Rojas Vásquez (Perú), Jorge Berroa (Cuba), Carlos Fariñas (Cuba), Rafael Aponte Ledée (Puerto Rico), William Ortiz (Puerto Rico), John Rivera Picó (Puerto Rico), Francis Schwart (Estados Unidos) y Manuel Ceide (Puerto Rico).

“Todo creador tiene la necesidad de imponerse con su talento y trabajo”

Con cuarenta y siete años en un constante devenir artístico como profesor, compositor, asesor y crítico de música, el prestigioso artista Juan Manuel Piñera Infante (Juan Piñera), conversa con el periódico digital Cubarte sobre sus impresiones relacionadas con el Taller Latinoamericano de Composición e Interpretación y el desarrollo y perspectivas del movimiento musical contemporáneo cubano en la formación de los jóvenes valores de la Isla.

”En cada una de mis intervenciones siempre he destacado la excepcional presencia de valores artísticos excepcionales de este país, no obstante ser un pequeño archipiélago si lo observamos geográficamente. Es increíble la gran cantidad de talentos que posee este país en todas las esferas de la vida y, en especial, de la cultura. A esto hay que resaltar que el pueblo cubano siempre ha sido un pueblo con una enorme musicalidad. En mi caso como profesor siempre tengo presente una interrogante: ¿Cuál es el deber mayor de un alumno (como yo) seguidor del maestro de nuestro José Martí: Rafael María de Mendive? Ante todo, descubrir todo talento posible, desarrollarlo y que sea mejor que uno. Algo tan sencillo como esto.

“Recordemos que Mendive formó una generación de pensadores, cuyo principal paradigma fue Martí, además de dejar que otros pensaran a su manera, contrapuntearan con el joven Martí incluso en lo relacionado con su pensamiento independentista. Y esto es fundamental para el desarrollo social.

“Siempre he seguido y seguiré el pensamiento de ese gran Pedagogo, además de considerar la entrega profesional de una persona quien de una manera u otra tenga talento para formar y fortalecer personalidades. Nuestros jóvenes son nuestra prolongación. Respeto al creador que realiza con muchísima entrega su obra, pues es capaz de enseñar a la sociedad, pero a la vez creo y considero mucho al maestro anónimo, quien desde un aulita —tan anónima como él- también—, está formando ciudadanos útiles a una sociedad. Y cuando un ciudadano llega a convertirse en una persona con brillo —pudiera ser un científico, un deportista, un matemático—, cuando esto se descubre es realmente maravilloso para un creador. Creo tanto o más en ese maestro, a veces anónimo, como en el artista”.

¿Cómo llegó la música a usted?

“Ante todo soy un apasionado de la Cultura cubana. Tengo el privilegio de proceder de una familia de artistas aunque esto no me hace ser mejor que nadie, pues debo decirte que me costó mucho trabajo estudiar música. Y es que se requiere de mucho sacrificio para mantener una continuidad década tras década e insertarse a la vez en un sistema de enseñanza. Tuve que luchar duramente porque esto no fue nada fácil para mí. ¿Qué pasó entonces? Triunfó mi persistencia y laboriosidad, como afirmara un buen amigo mío. Esto es muy cierto. Mi divisa fundamental es el trabajo. Creo mucho en él, pues es lo que realmente te forma, al igual te va dignificando a través de ese corto trecho que es la vida.

“Simplemente me considero un trabajador, quien si laborase en un surco estaría en él de sol a sol. Como te decía tuve el privilegio de vivir en un entorno familiar de creadores, y al mismo tiempo tener la dicha de vivir en una sociedad —aunque en ocasiones contradictoria—, favorecedora de sus talentos. Y ser talentoso en Cuba germina de una forma u otra. Toda persona talentosa tiene que tener el deber de defenderlo, de no amilanarse, de no claudicar ante las dificultades. Tiene que luchar e imponerse, no sólo con el talento sino también con el trabajo”.

¿Algún proyecto inmediato?

“Continuar enseñando música a mis alumnos. Es mi mayor premio, a la vez que sacar tiempo de donde no exista. Hoy, por ejemplo, me acosté a las dos de la mañana y me levanté a las cinco de la mañana. No he dormido apenas. Ya tempranísimo hasta el amanecer, he estado trabajando en una ópera. Para escribirla, debo y tengo que tener tiempo con antelación. La próxima semana estreno piezas para tríos (clarinete, viola y piano) con vista al Festival de Música de Cámara, además de otros pequeños tríos para violín, violoncelo y piano. Igualmente, para fin de año tengo el estreno de un triple concierto para percusión, violín, piano y orquesta. También tengo una propuesta para la Televisión cubana, y otra para una película…En suma, tengo trabajo, trabajo y más trabajo. Si no lo tuviese, lo inventaba.

“Por otra parte, nuestro Instituto Superior de Arte (ISA) ha graduado muchos compositores, mas tener un título no te acredita como tal. Hay muchas personas que no tienen titulo alguno y son muchísimo más talentosos que otras que tienen cientos de títulos, maestrías o doctorados. Te estoy hablando de cualquier sistema social, pues esto ocurre en el capitalismo, en el socialismo o en cualquier otro que se quiera inventar. Soy, en lo fundamental, compositor. Y con esta profesión hallé mi centro espiritual. Hallarlo es importantísimo para cualquier creador o artista, pues no está en ninguna otra parte del mundo. Está y estará siempre en algún lugar insospechado.

“Asimismo, Cuba es un país con un pueblo de increíble musicalidad. En el caso que nos interesa, este Taller que se está celebrando en dos instituciones tan prestigiosas como son la Casa de las Américas y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), tenemos el gusto de contar con la presencia de jóvenes estudiantes del nivel medio de la Escuela Nacional de Música, algunos de La Habana y otros de otras provincias como Villa Clara, Holguín, Camaguey, Guantánamo…

“Te traigo una anécdota: hace pocos días atrás nos reunimos un grupo de compositores con la perspectiva de crear un disco —yo era el más viejo de ese grupo—, y uno de ellos, que reside fuera de Cuba me preguntó: Pero, Piñera, ¿cómo puedes crear, componer en este país con lo difícil que está la situación aquí?. Le contesté, entonces: Es que yo soy simplemente compositor. No soy otra cosa, a la vez que me gusta, tanto o más, ser profesor, ser maestro de Música. Y esto es lo más importante, pues prefiero tener el espíritu lleno”.

Maestro, ¿qué es para usted…

…la música?

El espíritu

…los alumnos, estudiantes, la docencia?

Los hijos de mi casa

…el talento?

El trabajo

…Cuba?

Todos nosotros

…la Cultura cubana?

El espíritu de todos nosotros

…el epitafio que redactaría para usted?

Nací y continúo viviendo y trabajando en Cuba con mucho espíritu y amor.

 

 


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