Una Rosa de Francia, (título del antológico tema del maestro) o de todas las regiones del universo para Rodrigo Pratts como homenaje en un aniversario más de la desaparición física, el 15 de septiembre de 1980, de este, del cual probablemente más manuscritos originales y diversos existan en los archivos de cantantes y músicos cubanos.

Cuentan que en una época en la que no existía fotocopiadora y la imprenta musical cubana tenía sus limitaciones, Rodrigo Prats copiaba de su propia mano, canción por canción, y obra por obra, que cualquier artista le pidiese. Verdadero privilegio el cual agradecemos por todo el patrimonio de este músico y compositor cubano, un hombre verdaderamente querido por todos los que lo conocieron trataron y compartieron escenario con él.

Este importante músico debutó en 1922 en la Cuban Jazz Band que dirigía su padre y en este mismo año ingresó en la Orquesta Sinfónica de la Habana, dirigida por Gonzalo Roig. Rodrigo Pratts tuvo una ardua labor en la composición de zarzuelas y canciones.

De esta experiencia se recuerda el trabajo junto a su colega Gonzalo Roig y el director y escritor teatral Agustín Rodríguez en la escritura de zarzuelas y letras de canciones para las temporadas del arte lírico cubano del Teatro Martí.

Así nacieron obras como las zarzuelas Soledad, María Belén Chacón y Amalia Batista, considerada esta la más completa de las obras. La dirección de varias orquestas musicales le permitió abarcar profundamente la música.

Dentro de sus aportes estuvo la organización de una orquesta con calificados músicos, para interpretar danzones con arreglos suyos en el disco que se tituló Danzones para bailar, fundar la Orquesta Sinfónica del Aire, la Orquesta de Cámara del Círculo de Bellas Artes y dirigir musicalmente la radioemisora RHC Cadena Azul.

Entre las producciones discográficas de Rodrigo Prats se destaca Estampas de Cuba, con arreglos instrumentales del maestro, de danzas de Ignacio Cervantes, José White y Ernesto Lecuona y de canciones de Eduardo Sánchez de Fuentes y Gonzalo Roig para ser interpretadas por la Banda Nacional.

Ganador del Gran Premio del Primer Concurso de Canciones Cubanas, con la obra Yo sí tumbo caña, interpretado por el cuarteto las D`Aida en 1961, tras el triunfo de la Revolución, este creador cubano forma parte de la gran constelación de estrellas de la música cubana, con una vida y obra dedicada la creación y promoción del género lírico, los géneros tradicionales y a la canción cubana.

Cuentan que Rodrigo Prats siempre tenía una anécdota a mano, un consejo, una palabra de aliento y de impulso a los jóvenes intérpretes. Un hombre extremadamente exigente en su trabajo y en el de los demás cuando de música se trataba, pero siempre un hombre cuya sabiduría se hizo para siempre extensiva a la música cubana.