Una terraza de alegría y esperanza en tiempos de COVIT-19


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En un reciente artículo sobre la COVID-19 y sus tristes afectaciones en el mundo, el prestigioso intelectual español Ignacio Ramonet, asegura «la pandemia no es sólo una crisis sanitaria, es lo que las ciencias sociales califican de “hecho social total”, en el sentido de que convulsa el conjunto de las relaciones sociales, y conmociona a la totalidad de los actores, de las instituciones y de los valores». 

Cuba, a pesar de la inteligencia y seriedad con que se ha desarrollado por las autoridades gubernamentales y sanitarias el plan de enfrentamiento a la epidemia, no está exenta de daños.

A pesar de los denodados esfuerzos de todo el sistema de salud, hasta el presente el país acumula una cifra superior a los mil 369 pacientes confirmados a la COVID-19 y, lo que es más lamentable, el número de fallecidos sobrepasa los 50.

Esta situación inédita afecta toda la vida del país, y del mundo, ciertamente; en la isla, un gran número de personas permanecen en sus casas con una interrupción casi total de sus actividades acostumbradas; esta realidad unida a la preocupación que genera la expansión de la epidemia afecta indiscutiblemente desde el punto de vista psicológico a todos los seres humanos.

Pero muchos cubanos, asociados al universo cultural se han dado a la tarea de dar su contribución al mejoramiento de los estados anímicos de sus coterráneos, con el arma invencible del arte y la literatura.

Tal es el caso de Jesús Irsula, de profesión traductor, pero también poeta, que dirige la Sección de Traducción de la Asociación de Escritores de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

Irsula decidió plantar cara al confinamiento propio y de sus vecinos y regalarles cada noche lo que él llama «una pincelada cultural con canciones y poesía» en «La Terraza de la alegría y la esperanza».

Cuando pase el tiempo y la vida vuelva a la normalidad se recordará este gesto solidario y afectivo, del que conversamos con su artífice.

Hemos conocido que desde hace más de veinte días, cada noche consecutivamente, está desplegando una labor comunitaria desde su terraza.  ¿Cómo surgió la idea?

Desde el mismo día que se instauró el homenaje al personal de la salud que se encuentra en la batalla contra el COVID-19 se me ocurrió la idea de brindarles a los vecinos una pincelada cultural con canciones y poesía.

Desde el inicio de la primera fase de la pandemia al llegar la convocatoria a quedarse en casa, como medida principal contra el contagio, acogí a la cantante Mariela Diéguez Santana con su esposo Orelvis Gutiérrez en mi casa a pasar la cuarentena voluntaria porque ellos tenían en su domicilio de Marianao problemas con el agua.

Consulté la idea con los dos y formamos un equipo de producción de la actividad. Orelvis asume la producción del pequeño espectáculo con dos bafles, un micrófono inalámbrico, una lámpara solar y un farol que nos donó una vecina.

Nosotros somos solo tres y los vecinos están en sus casas, en sus portales, por lo tanto no existe absolutamente ningún riesgo de aglomeración. 

¿A qué hora es?

Todos los días a las nueve en punto desarrollamos la actividad en el costado de la terraza de mi casa que da para la calle.

Minutos antes anunciamos la llegada del momento de los aplausos y a las nueve en punto dirigimos de alguna forma los aplausos que toda Cuba dedica al personal de la salud por su intenso batallar contra la COVID-19.

Cuando se terminan los aplausos comenzamos nuestra actividad cultural que tiene una duración de alrededor de diez minutos.

¿En qué consiste la actividad?

Combinamos la música y la poesía. Generalmente comenzamos con la poesía.

Yo declamo los poemas que son de autores cubanos y extranjeros y algunas creaciones mías inspiradas en los tiempos de la COVIT-19, pero no necesariamente sobre el tema de la pandemia.

¿De qué autores son los otros poemas?

De Mario Benedetti, Fayad Jamís, Emilio Comas, Dimarys Aguila, Yuray Tolentino Hevia, Jesus Sama Pacheco, Fernando González, el mano a mano de Karel Leyva Frank Upierre… 

¿Y la parte musical?

La parte musical siempre es en vivo y está a cargo de la joven cantante de la agencia Adolfo Guzmán, Mariela Diéguez Santana. Al principio hubo momentos en que falló el audio y Mariela siguió a capela.

¿Cuál es la dirección? ¿La ubicación facilita que los vecinos puedan disfrutar la propuesta?

Es en la calle 3ra número 2520 entre 8va y Aranguren, en el Casino Deportivo. La casa queda casi en el medio de la cuadra y tiene acceso acústico y visual a todos los portales de los vecinos cercanos, lo cual facilita que puedan escuchar y además contamos con un audio profesional.

¿Qué pasó la primera vez?

El primer día fue de mayor improvisación. Era el primer día de los aplausos y sorprendimos a los vecinos con la actividad.

Ahora al paso de los días, ¿cómo reaccionan las personas? ¿Salen muchos vecinos? ¿Qué le dicen?

Después de más de 20 días la audiencia más bien ha aumentado y los vecinos esperan el momento desde sus portales con gran ansiedad.

 Suelo barrer la cuadra en la mañana de ocho a nueve, en ese momento he interactuado con los vecinos y existe una gran aceptación por parte de ellos,   me expresan elogios hacia la idea y sobre todo hacia la cantante.

También la poesía tiene buena aceptación. Una señora mayor me entregó un regalo para Mariela: un bello nasobuco hecho por ella.

¿Había hecho alguna vez algo parecido?

Siempre he tenido una vocación por la actividad comunitaria. Fundé en el Reparto Eléctrico la Casa de la Cultura en el antiguo círculo social en los años 90, tengo un proyecto comunitario en 21 y F “Arcos de la Cultura” en el famoso hueco del edifico Arcos.

¿Cuánto de bien le hace a usted esta acción?

Me encanta esta actividad que estamos realizando y pienso que es algo distinto y necesario en estos tiempos de pandemia donde nos rodea un gran cúmulo de información necesaria y otra contaminante y no precisamente alentadora.

Hemos bautizado la Terraza como   «La Terraza de la alegría y la esperanza» este último calificativo viene de este tiempo de la pandemia. En esta terraza ya había realizado actividades para los niños de la cuadra.

Me comentaba que en Internet están todas las grabaciones…

Sí, grabamos todas las actividades con uno o dos celulares y las subimos a Internet a través de Facebook y cuando los megas nos lo han permitido hacemos tiro directo.

Cuando aparezca la vacuna, se extinga la COVIT-19 y acabe el confinamiento ¿seguirá haciendo algo parecido?

Tenemos pensado hacer una peña comunitaria en la terraza cuando termine la pandemia con un formato parecido, pero más larga, con la participación de otros cantantes y un poeta invitado.


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