Una fiesta de la visualidad puede ser disfrutada en la Plaza de San Francisco de Asís, desde que numerosas versiones escultóricas de Xico irrumpieran en ese entorno del corazón de La Habana.

Travesía de Xico por América Latina, como se nombra la muestra, consiste en dieciséis esculturas que representan al perro Xico, intervenidas por igual cantidad de artistas de la plástica cubana y mexicana; deviene regalo por los 496 años de la fundación de la villa de San Cristóbal de La Habana.

En la apertura de la exposición, el embajador de México en Cuba, Excmo Sr. Juan José Bremer, destacó que con esta se reverencia la unión latinoamericana, un vínculo que radica en lo más importante: el espíritu y las artes.

“El hecho de que un perrito mexicano, dijo, adquiera mil formas en nuestra región, y siga siendo un perrito mexicano, pero ya latinoamericano, es muy simbólico. Y este evento entrañable en La Habana se suma a una etapa de floración de las relaciones entre México y Cuba, donde todas las avenidas posibles de esa relación están muy bien ocupadas”.

“Xico nos enseña una verdad fundamental: esta maravillosa región de América Latina y el Caribe, que asume múltiples formas, es en esencia una sola y una misma. Ella se caracteriza, respecto a otras regiones del mundo, en tener identidad propia, una identidad muy fuerte. Xico nos recuerda que somos familia”, añadió Breme.

En tanto, la artista mexicana Cristina Pineda agradeció las voluntades que hicieron posible la presencia de Xico en la capital cubana, en especial al Historiador de la Ciudad, el Dr. Eusebio Leal Spengler. 

“Esperamos que a través de Xico, este personaje que viene de la palabra México, inspirado en la mitología mesoamericana, construya recuerdos con ustedes y con sus familias”.

La exposición, donada íntegramente a Cuba, ha sido organizada por la marca mexicana de diseño Pineda-Covalín, fundada en 1995, que tiene entre sus propósitos jerarquizar los mitos y leyendas de América Latina y, en particular, la rica historia del pueblo mexicano.

Con una altura de 1.80 metros de altura, cada ejemplar de Xico lleva la impronta de los artistas participantes y fue diseñado y confeccionado en tierras mexicanas. Así, cada uno de los creadores se ha apropiado del icono para discursar y mostrar sus modos de hacer.

Xico está inspirado en el perro Xoloitzcuintle de la mitología prehispánica, que guiaba el alma de su amo a superar los obstáculos y así alcanzar el destino final. Este personaje muestra las raíces de la cultura latinoamericana y con el devenir del tiempo se ha convertido en símbolo de identidad del pueblo mexicano.