ÚLTIMO JUEVES: Emprendedores y empleados. ¿Cuáles relaciones laborales?


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"Igual que la vez anterior, que también hicimos vía Whatsapp, hemos colocado aquí textos y mensajes de voz de los cinco panelistas, respondiendo a las preguntas que les hemos hecho. Estas preguntas tienen su centro en la cuestión de las relaciones laborales. Quisiéramos hacer una discusión sobre esta problemática, que no es la del lugar del sector privado en la economía y el desarrollo cubanos, ni tampoco el asunto tan discutido de la política económica y de la vinculación con el sector estatal, sino cómo se desarrollan las relaciones laborales en el microcosmos del centro de trabajo privado y qué factores externos inciden en su contingencia, en su desarrollo, en su vida diaria".

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(Realizado vía Whatsapp el 25 de junio de 2020)            

Panelistas:

Caridad L. Limonta. Dueña de Producciones PROCLE.

Ileana González Arteaga. Ex empleada de una paladar.

José Luis Martin. Sociólogo del trabajo. Centro de Estudios Demográficos, UH.

Oscar Rafael Brito. Dueño del Salón de Belleza Habana Estilo.

Ramón Manuel López Alarcón. Chef de cocina.

 

Rafael Hernández: Bienvenidos a Último Jueves a distancia, dedicado hoy a “Emprendedores y empleados, ¿cuáles relaciones laborales?”. Estamos muy contentos de volver a poder hacer, a pesar de las dificultades provocadas por la pandemia, nuestro Último Jueves el día que toca, y a la hora habitual. Muchísimas gracias por estar aquí, por participar activamente, empezando por los panelistas. Ellos son: Caridad Limonta, dueña de un taller de confecciones muy conocido, que incluso en este período más reciente ha estado intensamente dedicado a producir nasobucos, para contribuir a enfrentar la pandemia. Tenemos también con nosotros a Oscar Brito, que es el dueño del salón de belleza Habana Estilo. En tercer lugar, está Ileana González Arteaga, que ha sido empleada de una paladar y estará hablando desde esa experiencia. El cuarto es el chef Ramón Manuel López Alarcón, que ha tenido una experiencia durante muchos años, a pesar de ser una persona bastante joven, en el trabajo como chef en distintos restaurantes. Y finalmente, José Luis Martin, sociólogo del trabajo, investigador en el Centro de Estudios Demográficos, que nos ha acompañado en momentos anteriores aquí en estos espacios.

Igual que la vez anterior, que también hicimos vía Whatsapp, hemos colocado aquí textos y mensajes de voz de los cinco panelistas, respondiendo a las preguntas que les hemos hecho. Estas preguntas tienen su centro en la cuestión de las relaciones laborales. Quisiéramos hacer una discusión sobre esta problemática, que no es la del lugar del sector privado en la economía y el desarrollo cubanos, ni tampoco el asunto tan discutido de la política económica y de la vinculación con el sector estatal, sino cómo se desarrollan las relaciones laborales en el microcosmos del centro de trabajo privado y qué factores externos inciden en su contingencia, en su desarrollo, en su vida diaria. Queremos saber cuáles son los problemas que caracterizan a estas relaciones laborales, cuáles son los factores externos; por ejemplo, cómo el mercado de trabajo es un factor que contribuye de una manera fundamental a delinear esas relaciones laborales; y, naturalmente, cómo las instituciones estatales, las organizaciones inciden también en la índole de estas relaciones, en la forma en que se desarrollan. Y también queremos preguntarle a los panelistas qué hacer para mejorar esas relaciones, para contribuir a su mejor desarrollo, para fomentar un tipo de relaciones donde emprendedores y empleados se beneficien y donde ambos estén protegidos y puedan desarrollar una labor justa, equitativa y corresponda con el trabajo de cada cual. A todo eso le queremos dedicar nuestro panel en el día de hoy.

Empecemos por la primera pregunta: ¿cómo son hoy las relaciones entre los emprendedores y sus empleados?

Caridad L. Limonta: Es oportuno presentar mi negocio familiar, con más de doce años de trabajo: se llama Producciones PROCLE y se dedica a las confecciones textiles y en particular al servicio de arreglos y transformaciones de ropa. Radica en un inmueble rentado a la Empresa de Servicios del municipio Centro Habana. Actualmente somos cinco trabajadores y las relaciones laborales que caracterizan a nuestro equipo han sido siempre muy empáticas y equilibradas, y se ha logrado un ambiente fraternal, sin perder el respeto y la autoridad cuando ha resultado necesario.

En mi caso, le doy gran participación al equipo en los compromisos, cumplimientos y retos del negocio. De modo que, con la absoluta transparencia en el proceso de gestión, se vean todos involucrados con un alto sentido de pertenencia, donde no solo estamos por ganar sino porque nos sentimos bien y con gusto servimos a nuestros clientes.

De forma general, la apreciación que tengo de otros emprendimientos es que logran un clima laboral donde prima la lealtad, fidelidad y buena voluntad por hacer que el negocio fluya bien. Sienten gran compromiso y sentido de pertenencia. Determinante en ello son las condiciones laborales y salariales.

Dos aspectos determinantes que, desde mi apreciación, están presentes en esas relaciones son: 1) los empleadores involucran a los empleados en todo el proceso; desde la adquisición de materiales y para qué cliente, con qué calidad y en qué fecha, y la rentabilidad del mismo será distribuida de manera que el negocio gane, el empleado quede satisfecho y el empleador igualmente gana; 2) se presentan situaciones y dificultades cotidianas o eventuales pero siempre el empleador está a la orden, listo para escuchar a su empleado, colaborar de la manera más sensata y justa. Auténtica solidaridad.

Ileana González Arteaga: Según mi experiencia, en muchos casos las relaciones entre empleados y empleadores van más allá de lo laboral. Estas relaciones a menudo se establecen a partir de lazos consanguíneos (negocios de origen familiar) o de amigos que recomiendan al futuro empleado. Esta característica responde a la inexistencia de un mercado formal de trabajo, que ofrezca una vía para asegurar un tipo de relación laboral favorable con el futuro jefe.

En el caso de los emprendedores, la ausencia de este mercado formal, así como la manera en que llegan muchos de los posibles empleados a su negocio, les permite disponer de un medio de control efectivo sobre esa fuerza de trabajo, lo que representa un nexo y un compromiso moral con el contratado.

Que estas relaciones, por lo general, sean buenas, depende mucho también de los empleadores y empleados, y de sus intereses y sentido de pertenencia, en particular los de los empleados, porque aunque el negocio no es suyo, sí se benefician, según cómo se comporte la venta y el prestigio que tenga el negocio mismo, al incidir sobre sus ingresos personales.

Por lo tanto, el vínculo entre emprendedores y empleados debe estar marcado por su condición de profesionales con intereses comunes.

Oscar Rafael Brito: Las relaciones laborales se materializan mediante un contrato, cuyas prestaciones fundamentales son, por parte del empleado, la venta de su fuerza de trabajo y por parte del empleador, el pago pactado por la misma. Por lo que tenemos, como sector, la posibilidad de lograr un adecuado equilibrio entre estas prestaciones, incidiendo positivamente en la relación de las partes. Además, la facultad del emprendedor de establecer las formas de pago y sistema de trabajo, pudiendo darle un tratamiento diferente al empleado eficiente del negligente, contribuye también a que dichas relaciones sean sanas. En cuanto a la debida comunicación entre las partes, depende mucho de la capacidad de liderazgo del emprendedor, así como de las características del empleado contratado, pero considero que, por lo general, es buena y efectiva, basada en el respeto mutuo e intereses comunes, que son satisfacer al cliente y lograr con buenas prácticas maximizar ganancias. Muchos empleados tienen un alto sentido de pertenencia con el negocio, logran desarrollarse en el plano personal y profesional, además de mejorar sustancialmente su poder adquisitivo. El primer impacto del desarrollo de nuestra Responsabilidad Social Empresarial es para con nuestros empleados, sus inconformidades, inquietudes y problemas en su ámbito personal, son también de nuestra atención, ser empático es la mejor manera de lograr compromisos sinceros que beneficien a las partes. Rara vez los errores cometidos por los empleados en el negocio son responsabilidad exclusiva de los mismos, casi siempre hay algo que se pudo hacer de nuestra parte; mejorar sistemas de trabajo, capacitarlos, darles tiempo de adaptación o simplemente saber de sus cualidades y limitaciones para asignarles responsabilidades y, en última instancia, terminar una relación laboral que no es efectiva, depende de nosotros. Entendiendo esto con cabalidad, permite alcanzar un clima correcto, mejorando y diversificando las herramientas de comunicación. Los negocios donde no se logra una adecuada relación laboral, simplemente fracasan en el tiempo, pues tanto empleados como empleador dependen mutuamente y en igual importancia.

Ramón Manuel López Alarcón: en mi experiencia personal, he tenido la suerte de trabajar en lugares donde los dueños han sido buenas personas, aunque no por esto menos exigentes, y las relaciones han sido excelentes. En los años que llevo ejerciendo la profesión he escuchado vivencias de muchos compañeros de trabajo y no todos han tenido la misma suerte. Claro, esto depende mucho del tipo de persona, tanto empleados como empleadores, por lo que no puedo generalizar que en todos los negocios sean buenas las relaciones entre los mismos. A mi entender, para que exista un clima favorable al entendimiento, debe existir profesionalidad en los centros de trabajo, los trabajadores deben ser capaces de hacer bien lo que les toca, saber acatar órdenes y cumplirlas a cabalidad, ya que por eso se les paga, que es el interés básico de los empleados, aparte de su realización profesional. Para que exista un buen entendimiento debe haber una línea a seguir y todos deben ir en el mismo sentido. Para esto los jefes (emprendedores) deben tener bien claro lo que quieren y saber guiar a sus empleados. Debe ser interés de ambos que el trabajo esté bien realizado, para que eso se refleje en sus servicios, sea cual sea y por ende los clientes estén satisfechos y con ganas de volver. A los empleados les interesa que luego de hacer lo que se les exige, su trabajo sea remunerado monetariamente y se les reconozca el mérito de hacerlo bien. Creo que así ninguna de las dos partes queda insatisfecha.

José Luis Martin: No tenemos una buena investigación sobre los sistemas de relaciones sociales de trabajo (SRST) en el espacio privado; de todas formas hay dos grandes grupos en él: los que subsisten y los que medran. Entre los primeros está la mayoría de los empleados e incluso algunos propietarios –generalmente autoempleados–; dentro de los segundos está la mayoría de los propietarios y una parte no despreciable de empleados en actividades de alojamiento, restauración, construcción y transporte. El éxito económico define la salud de las relaciones en lo aparente, hasta ahora, porque ambos actores están todavía definiendo y/o consolidando sus identidades. Todavía los empleados no tienen conciencia de que lo serán para siempre por lo persistentemente excepcional de esas actividades en Cuba. Su extensión en el tiempo debe variar este cuadro.

Hoy empleadores y empleados son aliados, al margen de abusos, acosos, inseguridades, etc., allí donde las haya. Los une la lucha por demostrar que sus ingresos son legítimos y que ganan más porque trabajan más. La pretensión de evitar la concentración de la propiedad y de la riqueza opera como un igualamiento hacia abajo, como un límite. Sería interesante ver qué pasaría si se promoviera lo contrario: la elevación de los ingresos con participación colectiva y prácticas de responsabilidad social, como pretendiendo homogeneidad, pero hacia arriba.

Rafael Hernández: ¿Cómo influye el mercado de trabajo en el funcionamiento de los emprendimientos?

Caridad L. Limonta: Asumo que alrededor de 80%, tanto de empleados como empleadores, procede del sector estatal, o de eventuales movimientos de otros emprendimientos, pero igual les antecedían trabajos institucionales. Este grupo incluye los jóvenes recién graduados que no cumplen el servicio social y determinan ser muy buenos emprendedores por cuenta propia.

Una tendencia no menos importante es un 15% de personas de la tercera edad que, al jubilarse, se convierten en empleados o empleadores, por la incidencia de la alta esperanza de vida y los bajos ingresos a través de las chequeras de jubilación.

El restante 5% pueden ser personas que no tenían vínculo laboral y se acogen a la modalidad de trabajo independiente.

En mi caso, por las características de manufactura, muchas de las empleadas que he tenido han sido jubiladas que saben coser, por tradición, y otras desvinculadas del sector estatal por quedar disponibles o en búsqueda de mejor salario.

La mayoría, por no ser absoluta, de los emprendedores están calificados; tanto empleados como empleadores tienen como mínimo, nivel medio superior, debido al impacto de la política educacional del país. Esto tiene gran incidencia en el engranaje y funcionamiento del negocio, pues no hay grandes barreras entre empleador y empleados y el objetivo es común: triunfar.

En mi consideración, los negocios de emprendimiento relacionados con la tecnología de la informatización tienen equipos altamente calificados y con fuerza juvenil.

 En el sector no estatal igualmente hay fluctuación de la fuerza de trabajo. En mi experiencia, muchas de mis empleadas han logrado hacer sus propios negocios y pasar a empleadoras. Ello tiene un efecto multiplicador, pues se convierten en aliadas y nos encadenamos cuando, por fortuna, debemos asumir algún compromiso y la capacidad instalada y productiva es insuficiente. Entonces todos ganamos.

Igualmente, la inestabilidad de logística material del país incide en el sistema emprendedor; solo que se buscan opciones, alternativas de reformulación de estrategias, es más resiliente y dinámica la reacción y acción para resolver problemas y proponer nuevas soluciones a clientes, proveedores y trabajadores. Los empleados también participan del banco de soluciones. Todo lo cual influye a favor de la estabilidad de los emprendimientos.

Ileana González Arteaga: Los emprendedores, al igual que muchos de los demás trabajadores, provienen del sector estatal. Una minoría de ellos quedó excedente en su ocupación anterior; otros abandonaron su puesto de trabajo para incorporarse al sector no estatal; y una tercera parte se ha movido de un negocio privado a otro. Además, muchas de las personas empleadas en este sector no tenían vínculo laboral anterior, y encontraron en esta vía un modo de satisfacer y mejorar sus ingresos personales y los de su familia, independencia y realización personal, así como la búsqueda de nuevas oportunidades.

En los últimos años, aproximadamente la mitad de los estudiantes universitarios y los regulares de los institutos técnicos están inmersos en alguna de las actividades del trabajo por cuenta propia (TCP), por la cual reciben ingresos monetarios, con contrato o sin él. Esta situación determina que la fuerza laboral sea inestable, pues muchos entran a trabajar en determinados lugares para tener una fuente extra de ingresos, lo que no permite consolidar relaciones laborales estables en muchos de los casos.

Oscar Rafael Brito: El mercado de trabajo es deficiente, al igual que para el resto de los sectores de nuestra economía. En nuestro negocio, hemos logrado una adecuada retención laboral; no obstante, la mayoría de nuestras bajas son por salida definitiva del país. Encontrar personal calificado, formal y preparado en cualquier especialidad es bastante difícil, por lo que, en muchas ocasiones, hay que prepararlos para que den un servicio eficiente. La poca cultura de prestación de servicios, el éxodo de trabajadores con oficio hacia otros países, el excesivo paternalismo estatal y la ausencia de negocios privados por más de medio siglo, nos han dejado con un mercado laboral muy deprimido. La mayoría de nuestros empleados son graduados de las escuelas de oficios especializados en el país y no tuvieron vínculos previos con el sector estatal, por lo que es más viable formarlos para que presten un servicio eficiente, es más fácil aprender que desaprender para después aprender. Otros empleados provienen de negocios privados similares, en busca de mejoras salariales y de condiciones de trabajo. También hemos contratado a cubanos repatriados y extranjeros residentes permanentes en el país y, por supuesto, aunque en menor medida y en actividades complementarias al negocio, trabajadores del sector estatal. No obstante, muchas buenas personas desean trabajar en el sector privado, por las razones que conocemos, de ahí que si alguien logra establecerse en el mercado y ser competitivo, no le deben faltar personas para contratar. En mi caso, fui primero emprendedor con 18 años, después al licenciarme en Derecho fui por siete años cuadro del Estado y el Gobierno y hace más de nueve volví a ser emprendedor junto a mi esposa.

Ramón Manuel López Alarcón: En estos momentos, todos quieren trabajar en el sector privado. Yo mismo empecé trabajando para el Estado, donde ejercí por tres años y me formé como cocinero. Luego continué trabajando como cuentapropista y realmente no hay comparación. Pienso que así pasa con la mayoría de los trabajadores de mi generación. Ahora eso no pasa, los graduados tienen la oportunidad de empezar sus carreras en los negocios particulares ya que hay bastante, en mis tiempos eran bien pocos. Me parece que todos lo hacen por elección propia y no porque hayan sido desempleados del sector estatal. Esto, a su vez, favorece al sector privado, ya que tienen más opciones de crear mejores equipos de trabajo, mejores personas, más preparadas. Claro está, el personal mejor calificado sale del sector estatal, debido a que el sector privado tiene menos años de existencia. También proviene del sector estatal la mayoría de los emprendedores porque, en estos casos, la experiencia es clave para lograr que funcionen sus negocios y el tiempo trabajado es clave para generar ingresos que se necesitan para migrar al sector privado. Para mí, esto como mejor se puede ver es con los clientes, nos damos cuenta de que ellos prefieren acudir a lugares particulares ya que se sienten más satisfechos en todos los aspectos, calidad, atención, limpieza, etc. No quiero decir que no existan lugares estatales así, pero son bien pocos.

José Luis Martin: El mercado de trabajo casi existe solo para el sector no estatal de la economía. Hasta ahora, mueve algo menos de la tercera parte de la población ocupada en la economía (unos 4,5 MM) y no hay registro ni estudio de lo que hace con los no ocupados, que son algo más de 1,5 MM con edad laboral, de los cuales la mitad, descansadamente, pudiera incorporarse al trabajo. En fin, parece que el mercado de trabajo opera en dos planos, uno visible y otro no. En fin, es un mercado laboral con la mejor situación deseable para cualquier otro (no es responsable del empleo, que sigue a cargo mayoritariamente de la planificación, tiene un enorme y magnífico ejército de reserva y compite muy ventajosamente en sus ofertas, incluso en las más precarias, para los más precarios, que solo reciben del Estado y de la planificación protección asistencial)… Solo tiene que mantener una relación ventajosa con los ingresos medios, con eso vence. Pero la pregunta alude a los orígenes de los llamados emprendedores. ¿De dónde vienen? ¿De dónde van a venir? De la formación y la economía socialista o, mejor dicho, estatal. Se formaron en nuestro sistema de educación, fueron o debieron ser empresarios, tienen la calificación y, sobre todo, algo que no se menciona del pueblo cubano y su riqueza subjetiva: una experiencia de vida del carajo (pido perdón, pero no hay otra forma sincera de decirlo). Estamos hablando de gente que le sabe un mundo a la vida (los de arriba) y de gente que ha hecho de todo lo humano y lo divino en esta vida (los de abajo). Observación importante: no se excluyen, se puede ser zurdo y de Matanzas. En cuanto a los empleados es otra cosa; pero igual he visto actores famosos de la TV y el cine como anfitriones o como camareros incluso, en un restaurante. Claro que puede haber sido el espacio para alguien sin empleo y puede haber pasado, porque ha pasado de todo; pero no ha sido el caso de haberse convertido en un refugio. Tal vez lo sea para algunos que, incluso sin abandonar su vínculo estatal, se defienden en el espacio privado. Pero pensar que es una opción de empleo para los desplazados del sector estatal es solo una verdad teórica que apenas tiene referentes reales fuera de la subsistencia.

Falta aún para que estas formas de propiedad sean un espacio de confrontación social. Lo serán; pero eso depende del desarrollo de las relaciones socialistas de producción, de cuánto se impongan en el plano de la productividad y del bienestar personal de los que se desempeñen dentro de ellas.

Para terminar, pienso que el cubano es comunista culturalmente, como mismo se adscribe a la religiosidad popular. La injusticia no va, el discrimen no va, aunque haya cientos de anécdotas que lo nieguen. Yo sé y todo el mundo sabe que pasa de todo; pero Cuba siempre es otra cosa. Por ahí no va el problema, aunque, como dijo el que más supo: “el amor auxiliado de la vigilancia, es la mejor forma de justicia y gobierno entre los hombres”. El tema de la inspección y la regulación siguen siendo una necesidad pendiente de una buena respuesta.

Rafael Hernández: ¿Cuáles son los principales problemas que surgen en las relaciones laborales?

Caridad L. Limonta: Referente a las relaciones laborales considero que, si bien está todo dispuesto en la legislación vigente, no es un aspecto monitoreado, objetivo de control regular.

En mi caso, sí tenemos contratos de trabajo, actualizados cada año. Las empleadas pagan trimestralmente su seguridad social y cuando se enferman reciben al menos 70% del salario devengado en los últimos seis meses. Igualmente reciben protección por accidente de trabajo trayecto, o por fallecimiento de un familiar allegado. Aplicamos un período de prueba de uno a dos meses, suficiente para evaluar la habilidad y calidad humana y del trabajo; esto lo dejamos claro en la primera entrevista.

Tenemos códigos y normas de conducta, relaciones interpersonales y atención al cliente que marcan la diferencia y establecen un referente del negocio. En este sentido, somos celosos y exigentes. El cliente viene y necesita ser atendido y comprendido, ello forma parte del carácter del emprendedor y es el clima que generalmente se percibe en los emprendimientos.

Cuando hay algún conflicto o indisciplina se canaliza de manera compartimentada con el involucrado, tratando siempre de que no se dañe la continuidad del trabajo y las relaciones del equipo. No hemos tenido conflictos laborales, pero considero que estos, aunque estén regulados, se deben asumir y resolver en actitud negociadora entre empleador y empleados.

Se paga por resultados del trabajo y servicios con igual condiciones de trabajo y exigencias de calidad. Se penaliza la mala calidad o las pérdidas. Tomamos vacaciones dos veces al año, a partir del 20 de julio y del 20 de diciembre, y estos períodos de vacaciones se premian con un plus monetario.

Nos ocupamos de la salud y de la atención estomatológica. Periódicamente, nos reunimos –incluyendo a clientes fidelizados– con una psicoterapeuta, en aras de dotar al colectivo de herramientas para convivencia, tolerancia, trabajo en equipo, riesgos, conflictos, salud mental. Ello ayuda a canalizar situaciones que en el marco del diario laboral no percibimos y van en detrimento del equipo.

Actualmente, con la crisis de la pandemia Covid-19, hemos aplicado la opción de trabajo en domicilio, llevamos a sus casas los trabajos y se recogen coordinadamente. Esto propicia un consecuente nivel de ingresos.

Ileana González Arteaga: Los principales problemas en las relaciones laborales del sector privado son:

  1. Conflictos profesionales entre empleadores y empleados. En ocasiones, el dueño contrata una persona por su experiencia laboral y luego no quiere respetar sus sugerencias.
  2. Largas horas de trabajo sin remuneración.
  3. No derecho a vacaciones ni al disfrute de estas con sueldo.
  4. Uso del cobro del 10% del servicio como salario, en lugar de considerarlo parte de la propina del trabajador.
  5. No existencia de un contrato o reglamento que defina tareas y obligaciones de cada puesto de trabajo.
  6. No existe de un mecanismo de reclamación por la suspensión del trabajador sin previo aviso y sin pago de alguna indemnización, por ninguna de las partes. Por lo general, son muy pocos los empleados que se atreven a resolver los conflictos cara a cara con el dueño del negocio. La mayoría mantiene una posición cautelosa y de baja negociación de conflictos con él.

En mi experiencia, las relaciones laborales entre los empleados han sido muy buenas, salvo excepciones, no ha habido conflictos laborales; más bien fluyen en un ambiente de camaradería, incluso con los recién llegados.

Oscar Rafael Brito: La disciplina y la debida calidad del servicio prestado son los principales problemas que encontramos en lo concerniente a los empleados. Por nuestra parte, hemos cometido errores de dirección, como poca clarificación de las tareas y responsabilidades, enojo ante deficiencias encontradas que no siempre son competencia del empleado, críticas públicas cuando en ocasiones es mejor realizarlas de manera privada, entre otros; por lo que uno de nuestros objetivos fundamentales siempre ha sido incrementar la capacidad de liderazgo, entendiéndolo como un camino largo e imprescindible para el correcto funcionamiento del negocio. Una las cuestiones más difíciles e importantes que tratar en los emprendimientos es la adecuada relación laboral, por lo cual todas las cuestiones o conflictos son atendidos por mí directamente, tratando de generar un clima de confianza para que fluya la comunicación. Contamos con un Reglamento de Servicio –que se explica antes del comienzo de la relación laboral y forma parte, como anexo, del contrato– en el cual se detalla nuestra visión, misión, objetivos y valores, así como responsabilidades comunes y específicas en cada área de trabajo. En el contrato incluimos causales de terminación, por ejemplo: causar daños físicos o estéticos al cliente. Nuestra jornada laboral es de dos días de 8:40 am a 8: 00 pm y se descansa otros dos días, por lo que se cumplen las 44 horas semanales, y se goza de los demás derechos laborales. Está pactado en el contrato que se puede terminar unilateralmente la relación laboral y, aunque se establece un término de quince días para que sea efectivo, rara vez se cumple por cualquiera de las partes, lo cual causa graves perjuicios. Esto es el reflejo de la carencia de seguridad jurídica del emprendimiento.

Ramón Manuel López Alarcón: Uno de los principales problemas que surgen en las relaciones laborales surge, por ejemplo, cuando un dueño contrata a un trabajador calificado para que todo marche como debe ser y luego quiera que las cosas se hagan como él quiere sin tener ningún conocimiento de la tarea. Entre empleados puede suceder por la rivalidad para ser los mejores o por no importarles nada y que esto se vea reflejado en el trabajo de sus compañeros. Normalmente, esto se resuelve primero entre ellos mismos, hasta informar a los jefes, en caso de no haber algún entendimiento, para que a ese nivel se le dé una solución. En algunos lugares existen reglamentos de trabajo para cada puesto, pero, por lo general, uno no lo firma en un contrato, a no ser en la oficina de trabajo donde todo es muy general. En la entrevista de trabajo, antes de la contratación, sí debe quedar claro las obligaciones del puesto, cuanto será el salario, los horarios de trabajo, pero no he visto que esto quede en ningún contrato. La oficina de trabajo establece un salario mínimo o promedio que ya tiene predestinado. En estos casos, los trabajadores que realicen un mismo trabajo deberían cobrar lo mismo, pero esto puede variar con el nivel de exigencia, responsabilidad o carga laboral. En el sector privado existen salarios fijos, pero también se trabaja por porcientos de ventas y no por horas, para motivar al trabajador a trabajar más y mejor. En algunos lugares, las horas trabajadas se tienen en cuenta para calcular las vacaciones. El descanso varía; puede ser en días alternos, dos por dos, un día a la semana, los fines de semana, la mañana o la noche según las necesidades de cada centro de trabajo. Respecto a la seguridad de salud en el trabajo, mensualmente se le paga a la ONAT, a elección del trabajador, la seguridad social. Hasta ahora, cuando he estado enfermo, los que se han preocupado son los dueños y compañeros de trabajo. Esto no sucede en todos lados. Nunca me he presentado a la ONAT por estos temas, ni siquiera sé cómo funciona. Todos los lugares tienen normas referidas a las relaciones laborales, las lógicas. Yo no he tenido que acudir a ninguna vía legal para atender ninguna reclamación de mi parte, ya que no he sido despedido de ningún lugar. Los despidos que he presenciado han sido justificados por incumplimiento de los reglamentos de trabajo. En caso de que sea por disminución de plantilla o similar, sí se indemniza al trabajador según la apreciación del dueño.

José Luis Martin: Insisto en que viene faltando una buena investigación de las relaciones de trabajo y el sistema que forman en el espacio privado. Me es difícil, porque tampoco tengo tantas vivencias, hablar de oídas y por impresiones externas e incompletas. Dada su heterogeneidad, tengo la impresión de que hay de todo y depende de la calidad mutua de empleadores y empleados. Eso es en cuanto a las relaciones de trabajo cotidianas. Quiero decir que, hasta donde sé, hay contrato y no, hay compromiso y no; hay consideraciones y no, al tiempo que se oye de todo en el anecdotario popular: acosos, discriminaciones, tratos abusivos y otras lindezas. Igualmente sé de tratamientos considerados y respetuosos. Insisto en que eso depende de la calidad humana de los involucrados y de sus historias y trayectorias laborales precedentes. Ahora, lo verdaderamente importante es que el espacio privado es un espacio esencialmente desregulado. El control estatal ha estado más pendiente de evitar el surgimiento de una clase capitalista que pueda convertirse potencialmente en un actor político –que se traduce en evitar el enriquecimiento– que en las prácticas despóticas que acompañan la forma (que es contenido) de las relaciones capitalistas de producción. No hay un mecanismo de reclamación, no hay seguros de despido, hay vacaciones de una semana al año que pueden o no cumplirse, la maternidad desemplea; en fin, este es un espacio solvente en términos relativos y precario en términos absolutos en cuanto a seguridad. Debe considerarse, adicionalmente, que muchos trabajadores de esos emprendimientos lo hacen “por la izquierda”, o sea sin estar declarados en ninguna parte, lo que los hace aún más vulnerables.

Rafael Hernández: ¿En qué medida las relaciones de los emprendimientos con otras entidades e instancias afectan las relaciones laborales entre empleadores y empleados?

Caridad L. Limonta: Con respecto a las relaciones institucionales, considero que, en gran medida, estas dependen del carácter del emprendedor, capacidad de perseverancia, preparación, motivación e interés y seguridad de que el sector no estatal es parte del nuevo modelo económico.

En su mayoría, las instituciones contratan nuestros productos o servicios. Pero no formamos parte del sistema logístico en cuanto al aseguramiento de las materias primas; es decir de las instituciones receptoras y las proveedoras.

Obviamente, este inconsistente aseguramiento influye tanto en el negocio, como en el empleador y sus empleados. De ahí la flexibilidad en hacer lo que se pueda con lo que se dispone, aunque potencialmente se pueda asumir más.

Considero que justamente es el Ministerio del Trabajo y Seguridad Social (MTSS), con su sistema de aprobación e inspección y control, el que mayor vínculo tiene con los trabajadores por cuenta propia. Aún falta establecer alianzas y vínculos con los organismos y sectores afines con el gran número de categorías del sector no estatal. De alguna manera, de cara al futuro interactuando podemos contribuir mucho al mejoramiento de la economía. De hecho, en este duro período de crisis, grandes soluciones han sido aportes de emprendedores socialmente responsables.

Estamos vinculados al Sindicato de Industria y hemos participado en eventos de carácter nacional e internacional con presentación de ponencias, pero, insisto, aún es insuficiente.

Tenemos contratos de consignación, compra-venta, encadenamiento productivo con la Cooperativa Model y otros clientes; esto nos satisface. Sin embargo, debo destacar que entre emprendedores hemos establecido redes de colaboración y alianzas que denotan de cuántas fortalezas disponemos, que aún no están utilizadas y miradas como parte de la cadena de valores. Son alianzas y servicios que van desde el asesoramiento contable y empresarial, hasta diseño, informática, producción, promoción, etc.

Desafortunadamente aún se perciben reservas en instituciones estatales en contratar nuestros servicios, amén de que, por Decreto y Resoluciones, está autorizado. Confío en que en el período pospandemia se abrirán nuevos horizontes para algunos emprendimientos.

Si bien existen ilegalidades que deben ser enfrentadas, son muchos los que en su comunidad aportan y brindan servicios que dignifican al emprendimiento de nuestra Patria, algo aprobado por Decreto y que merece ser también reconocido por instituciones locales y sindicales. Existen muchos emprendimientos reconocidos en su territorio que podríamos nombrar, pero aún es insuficiente. Considero que los negocios responsables, de alcance social, donde muchos clientes arriban por la calidad del servicio, presencia, ambiente laboral, etc., dignifican al barrio y esto indudablemente tiene una repercusión indiscutible a favor del emprendimiento en nuestra sociedad.

Ileana González Arteaga: Las instituciones estatales de los ministerios de Trabajo, Salud Pública, etc., nunca han interactuado con los trabajadores de los centros privados, sino con el dueño o su representante. Los trabajadores sindicalizados no cuentan con el sindicato para nada, solo abonan la cuota y resuelven sus problemas ellos mismos con sus empleadores

En cuanto a la ayuda a la comunidad, muchos negocios generan puestos de trabajo en la zona donde están enclavados, lo que les permite interactuar con las personas del área, relacionarse con sus familias y vecinos, y mejorar no solo su situación económica, sino también la del barrio.

Oscar Rafael Brito: La idea de que tanto el emprendedor como sus trabajadores contratados sean atendidos por las mismas estructuras del MTSS y la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) es totalmente contraproducente y enrarece su desempeño en la protección al empleado y hace nula la protección a la figura del empleador. No tengo ningún referente sobre la CTC, el gobierno local, ni de otro Organismo de la Administración Central del Estado (OACE) con sus estructuras empresariales, que tengan incidencia en las relaciones laborales, aunque conozco que, últimamente, ha existido una mayor colaboración y acercamiento entre gobiernos locales y algunos emprendimientos, pero no es una práctica generalizada. Penosamente, las políticas públicas sobre el emprendimiento y las relaciones de estos con el sector estatal, así como el divorcio de lo legislado con las prácticas y realidades de los emprendimientos, no propician una contribución efectiva y sana en las relaciones laborales. Los diferentes emprendimientos relacionados con el sector estatal afín, entendiéndolo como competencia, inciden en sus prácticas, pues cuando son competentes y atienden bien a su personal, los empleados estatales pueden migrar hacia su organización o viceversa. También se comparten las buenas prácticas en cuanto a las jornadas laborales, sistemas de pagos y protección laboral. En la comunidad, nuestros trabajadores colaboran ampliamente con nuestra Responsabilidad Social Empresarial, muchas veces regalamos servicios a personas de la tercera edad o de menos recursos, y ayudamos de diversas maneras a muchos vecinos necesitados. En cuanto al entorno, contribuimos al embellecimiento de las áreas exteriores y comunes, dígase jardines, higienización y limpieza, pintura del edificio, entre otros.

Ramón Manuel López Alarcón: Yo creo que las instituciones estatales, lejos de apoyar, lo que hacen es entorpecer el trabajo privado. Casi nunca vienen con ánimos de ayudar desinteresadamente. De todas formas, esto no está a la vista de los empleados, los que más lo deben vivir son los empleadores (emprendedores). Las organizaciones de masas en el sector privado existen, como en todos lados, pero me parece que no cuentan. Hasta ahora todo se resuelve entre los mismos empleados, emprendedores u otros negocios dentro del mismo sector, siempre pensando en avanzar y resolver sin detenernos a esperar que otros nos ayuden; quizás porque ya estamos acostumbrados a hacerlo solos, o por desconocimiento del apoyo que nos pueden dar estas instituciones en la actualidad. Esta es una de las cosas que me motivó a participar en este panel: exponer mis vivencias y nutrirme de información valiosa para seguir en este sector. Pienso que los emprendedores ayudan mucho a la comunidad, ya que generan nuevos puestos de trabajo y prestan un servicio que, por lo general, no existe allí y la comunidad lo agradece.

José Luis Martin: Aunque los discursos y las declaraciones vayan por otro lado –lo cual es evidencia de que se sabe qué es lo correcto–, la relación del sistema institucional vigente en el país con el espacio privado carece de una plataforma definida y transparente de colaboración y complementariedad. En la práctica, se han logrado no pocos éxitos, sobre todo en las actividades constructivas. Conozco de evidentes avances en términos de calidad, prontitud y probidad en cuanto al uso de los recursos. Esos casos debieran servir de referente para el establecimiento de esa plataforma de colaboración de la que hablo; sin embargo en la conducta real de muchos de esos cuadros hay evidencia de acciones incongruentes, a veces sospechosas y, en general distantes y descomprometidas.

La inspección estatal es correcta y conveniente en cuanto a higiene y protección al trabajo (no así en cuanto a las relaciones de trabajo, que parecen fuera del campo de análisis, lo cual es lógico, pues no es demasiado diferente para el sector estatal). También conocemos la posición de la CTC de acoger en su seno a los trabajadores por cuenta propia, pero sin distinción entre ellos –da lo mismo ser empleado que empleador–, en los sindicatos de cada rama de actividad y sin una plataforma de colaboración definida de modo particular para ellos, como otros trabajadores del sector. Eso explica la muy baja incorporación de los trabajadores privados a los sindicatos.

A mi juicio sigue predominando la incomunicación, la creencia, por unos, de que es un mal necesario y tal vez temporal; y por otros, de que todo es reversible e inseguro y de que podríamos volver a la “Ofensiva Revolucionaria” de finales de los 60. O sea, dos absurdos basados en los prejuicios.

Esto pasa porque no hay plataformas claras y transparentemente reglamentadas de alianzas público-privadas; pasa porque, si bien la solidaridad orgánica en Cuba está muy bien estructurada y la solidaridad a escala personal o familiar es un valor de cubanidad, por otro lado la solidaridad organizacional está lamentablemente muy inestructurada, a veces tiene barreras regulatorias o de prácticas descomprometidas con la comunidad y las personas. Hay ejemplos excelentes de solidaridad desde los emprendimientos privados; también hay prácticas ejemplares de ciertas organizaciones estatales; pero dependen de las personas, su formación y sus valores, y de cierta voluntad de algunos de demostrar que las cosas pueden funcionar de modo diferente. Los fundamentos de la llamada Economía Social y Solidaria dan un marco de referencia atendible que debiera ser valorizado por unos y otros. Es posible y necesario.

Rafael Hernández: ¿Qué políticas, regulaciones y prácticas podrían contribuir al clima de relaciones laborales, en beneficio de empleadores y empleados?

Caridad L Limonta: Entre las políticas, regulaciones y prácticas que puedo sugerir para un mejor porvenir de empleados y empleadores, está la estrategia de suministro que, si bien ya está aprobada la importación de algunos renglones, el proceso de contratación debe ser dinámico y ágil de modo que sea una solución tangible y objetiva.

Otra práctica necesaria es la comunicación y retroalimentación por medio de realización de encuentros sectoriales donde los emprendedores muestren sus productos y servicios. Pudieran ser miniferias del sector emprendedor donde las instituciones estatales conocerían directamente cuantas soluciones y servicios pueden recibir. En estos encuentros participarían empleados y empleadores. Y también encuentros locales de emprendedores que pueden ayudar al desarrollo territorial y potenciar el emprendimiento que en ocasiones sale de su comunidad por la falta de apoyo y conocimiento en su contexto y radio de acción.

Ileana González Arteaga: La firma de un contrato escrito donde queden definidos los deberes, obligaciones y derechos de los empleadores y empleados, que defina las funciones que deben cumplir estos últimos, horarios de trabajo, descanso, vacaciones remuneradas, según su puesto de trabajo, compensación económica en caso de despido injustificado por parte del empleador; y asimismo, en caso de que el empleador sea el afectado, y que pueda recibir una compensación.

Con este fin, se debería crear un sindicato único para los trabajadores no estatales, que los organice según las actividades económicas que desempeñan, pues la CTC ha intentado incluirlos en el modelo sindical vigente en el ámbito estatal, pero lo ha hecho mecánicamente, sin adecuarlos a estos nuevos espacios sociales y productivos que tiene ahora el país. De esta manera, la sindicalización no ha tenido mucha aceptación en este nuevo sector, ya que los intereses y los actores son totalmente diferentes al del sector estatal. Debe tomarse en cuenta, además, que el modelo sindical que rige en la empresa estatal socialista recoge una relación donde esta representa al Estado, que a su vez representa a los trabajadores.

Así mismo sería conveniente crear asociaciones o sindicatos que reúnan solo a los emprendedores. No debe incluirse dentro de la misma organización sindical a empleados y empleadores, porque la amalgama de intereses es totalmente opuesta y contradictoria, lo que imposibilita una representación real de parte del sindicato.

El sindicato debe tomar posición como representante de los trabajadores, que le permita actuar de manera efectiva sobre aquellas regulaciones y conceptos que rigen esta relación, con el fin de transformar los procesos de conflicto a que se enfrenta el sistema de relaciones laborales actuales.

Oscar Rafael Brito: Sin lugar a dudas, la legalización de las tantas veces mencionadas pymes y la promulgación de una Ley de Empresas contribuirían de manera significativa a mejorar y transparentar las relaciones laborales en el sector privado. Dotar de seguridad jurídica a todos los emprendimientos, adecuar lo referente a los tributos, viabilizar el comercio y mercado, generaría, como consecuencia lógica, un incremento notable de los negocios y, por ende, aumentarían los empleos, beneficiando también a los empleados pues sus competencias serían más demandadas, por lo que deberían lograr mejores salarios y condiciones laborales. En algunos países, existe una estructura de gobierno independiente (como un OACE), subordinada al gobierno central, que atiende, protege y coordina lo relacionado con las pymes y el emprendimiento privado, por lo que sería muy acertado crear algo parecido en nuestro país. Es práctica en nuestro gobierno, que las propuestas de las políticas públicas se elaboren por los rectores del ramo (por ejemplo, la Política Nacional del Agua fue redactada por el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, como OACE rector), después se concilia y finalmente se aprueba por el Gobierno, lo que considero una práctica correcta y que logra que se refleje las verdaderas necesidades y posibles soluciones del sector, cuestión que se debería realizar también en lo referente al emprendimiento y las posibles pymes. Las universidades, los grupos de investigación, las OACE afines y otros, son de gran ayuda, pero quienes más conocen, sienten y padecen sobre el emprendimiento, sin lugar a dudas, son los emprendedores, sus colaboradores y empleados; pienso que la propia dinámica y composición de este panel así lo demuestra.

Ramón Manuel López Alarcón: Primero hay que tener bien claros los deberes de cada quien, de ser posible por escrito, para no dejar margen a la memoria o lógica de nadie. Los empleados deben conocer bien los puntos por los cuales se va a regir para hacer bien su trabajo y por los cuales se les va a exigir. Los empleadores, por su parte, deben tener disponible todo lo básico que sus empleados puedan necesitar para cumplir lo que se les exige, para luego lograr los resultados que quieren y necesitan. Debe haber un lugar donde los empleados y empleadores respondan legalmente ante el incumplimiento de cualquier punto del contrato a la hora de solicitar una baja o causar un despido. A veces los empleadores toman decisiones en las cuales los empleados, que no pueden darse el lujo de perder su empleo, quedan desprotegidos. Como también, a menudo, los empleadores se ven afectados cuando un trabajador decide no ir más a trabajar sin previo aviso y muchas veces dejando a medias su turno de trabajo. Que en todos los trabajos las vacaciones sean un derecho y sean pagadas, teniendo en cuenta un porciento de sus ingresos mensuales guardados para este fin. En caso de compensación por despido o petición de baja con tiempo y sin causarle daño al negocio, creo que también se puede descontar de la mensualidad un porciento. Creo que sería una garantía para los dos lados que estos trámites se hagan bien.

José Luis Martin: Ya hablé de las alianzas público-privadas y de la Economía Social y Solidaria. Debiera ser parte de las estrategias de desarrollo local, la incorporación del espacio privado, junto con los restantes espacios económico-laborales, con roles definidos y acordados. El respeto a los contratos, el arbitraje formalizado e imparcial, las licitaciones transparentes y auditables; en fin, las cuentas claras contribuirán a un emplazamiento ético absolutamente imprescindible para la recuperación económica.

Los emprendimientos mixtos entre cooperativas de todo tipo, las empresas y entidades de propiedad social y los colectivos del espacio privado deben ser una carta ganadora en manos de las administraciones territoriales e incluso las organizaciones superiores de dirección empresarial (OCDE) para dar soluciones a problemas concretos de la producción y los servicios.

La promoción, en todos los espacios, de las mejores experiencias y prácticas de las relaciones socialistas de trabajo debiera ser una línea estratégica de la Revolución ¡empezando por los espacios estatales! Pero sin quedarse allí. El socialismo porta y alimenta una cultura del trabajo diferente: de muy alta productividad y esencialmente solidaria y emancipadora. La formación y promoción de esa cultura es la solución en perspectiva. Es desesperante comprobar a cada paso aquella advertencia de Saint Exupéry de que “lo esencial es invisible a los ojos”.

Rafael Hernández: Hasta aquí las respuestas de los panelistas. Cedo la palabra a los participantes para que hagan sus preguntas y comentarios.

William Bello (Profesor universitario. Asesor de negocios y de responsabilidad social empresarial): Considero que las relaciones laborales entre empleados y empleadores, al menos en el sector privado, pasa por el hecho de que existe mayor solicitud que demanda de empleo real, porque se hace muy interesante trabajar en el sector privado que, a todas luces, paga salarios mejores que el estatal y eso, de alguna manera, le da fuerza a los empleados sobre los empleadores. Martin decía algo interesante también, hablaba de que el sindicato tiene en el mismo grupo a empleados y empleadores, por tanto, es muy difícil que conflictos de intereses se pueden dirimir si los dos están en el mismo “lado”. Yo creo que eso no puede funcionar de esa manera. Debería haber un gremio para los propietarios de negocios, para velar por sus intereses y un sindicato que acoja a los trabajadores contratados.

También muchas veces ese salario mejor hace que las personas estén dispuestas a pasar por alto ciertas cuestiones que, en otras circunstancias, no aceptarían. Por eso vemos que a veces algunos empresarios trabajan sin tener una política clara de remuneración ante los despidos, o exigen un poco más allá de lo que a mi juicio deberían; sin embargo, las personas continúan en ese empleo, solo porque reciben mejores salarios. Por otra parte , moverse en el mercado laboral por cuenta propia resulta complicado pues no todos los trabajos pagan lo mismo y se hace complicado encontrar un segundo empleo con las prestaciones que uno cree que son las más ventajosas.

Eric Caraballoso (Periodista. OnCuba News). ¿Qué garantías sociales y de protección social ofrece hoy el Estado a los empleados en negocios privados en Cuba? ¿A partir de qué bases legales podría o debería mediar el propio Estado en las relaciones entre empleados y empleadores del sector privado? ¿Qué perspectivas ven los panelistas, a corto o mediano plazos, en cuanto a que se consolide un marco legal que establezca unas relaciones coherentes y ordenadas entre empleadores y empleados, y ofrezca las necesarias garantías a ambas partes en su relación?

Daybel Pañellas (Psicóloga y profesora universitaria. Universidad de La Habana): Aunque no hay un estudio nacional publicado, sí ha habido investigaciones de campo que arrojan resultados sobre la heterogeneidad y contradicciones de estas relaciones laborales. Primeramente, aunque es legítimo el título del panel, creo importante no limitar el término de emprendimiento y la relación empleador-empleado al sector privado. Si bien ambos adquieren características particulares, son también parte de relaciones sistémicas de la que un resultado es también la importación de estilos de relación entre los miembros y hacia el trabajo.

Por otra parte, si bien el marco jurídico es una condicionante, un protector de las relaciones empleador-empleado, estas también están atravesadas por cuestiones culturales, estructurales, ideológicas, subjetivas y ejemplo de ello son las desigualdades de género, etarias, de color de la piel, que se expresan intra e intergrupalmente; las motivaciones para ejercer en el sector, las características que se perciben y se exigen para ejercer los roles, el tipo de liderazgo que se ejerce, las razones de movilidad intra e intergrupal.

El sector privado resulta atractivo en lo concerniente a autonomía y economía, creatividad, creatividad social y autonomía; sin embargo, no en lo concerniente a responsabilidad, falta de tiempo, estrés e inestabilidad. Tampoco es necesariamente la opción más visualizada por un grupo de profesionales, que al no poder ejercer su profesión, no encuentran satisfacción dentro del sector.

Por otra parte, la CTC como organización connota significados muchas veces cuestionados y repelidos, en especial por jóvenes generaciones, por el papel difuso que ha desempeñado, sobre todo defendiendo a la institución y no a los trabajadores. Sin embargo, queda muy clara la demanda de asociatividad, formalizada como necesaria para los miembros del sector, que representa apoyo, inclusión, visibilización y empoderamiento.

El acompañamiento y capacitación de empleadores y empleados es también un tema importante, tanto para el fortalecimiento del negocio, del ejercicio del rol, como para su capacidad de diálogo con distintos públicos, incluidos los funcionarios y los medios de comunicación que están desempeñando una función importante en la reproducción o la transformación de estereotipos hacia ese sector. Además, el nivel de instrucción es una variable que ofrece importantes matices a los resultados de nuestra investigación.

Las políticas de empleo tienen también que incluir seguridad social, y este tema se ha hecho visible muy recientemente, especialmente en esta pandemia, atendiendo a vulnerabilidades que no se colocan solo en los empleados, sino también en muchos empleadores, pues, como se ha dicho mucho desde el principio, hay una amplia heterogeneidad en el sector.

Jackie Cannon: Desde Inglaterra, quiero preguntar a los panelistas si perciben –no sé si existen datos– una diferencia en la actitud del empresario o emprendedor cubano que ha viajado, que ha vivido en otro país, y la del que no lo ha hecho.

Adriana Sigüenza (Ingeniera industrial. Proyecto Cubaemprende): Tengo una pregunta para los panelistas, y también quiero felicitarlos por sus tan buenas y profesionales intervenciones. Según su percepción, ¿cuáles son los elementos claves del éxito en una relación empleador-empleado en el contexto de los negocios privados en Cuba?

Maricel Ponvert Iser (Fundadora de D´Marie. Centro Holístico de Bienestar): Al inicio de abrir mi negocio, tuve muchos problemas con el tema laboral. Nosotros somos masajistas reikistas, y eso funciona de una forma en que el servicio es muy dirigido, muy personalizado, y eso trae sus problemas. Pero yo los resolví inmediatamente. Monté un taller de masajes y otro de reiki, o sea, damos cursos, y de ahí salen nuestros trabajadores. Hoy por hoy, todos los que tengo son tomados de esos cursos y desde la primera clase tengo la posibilidad de irlos conociendo e ir midiendo si es factible que se queden como empleados o se queden en la bolsa, o simplemente decidir que no sería posible que trabajara en un negocio de este tipo.

William Bello: Hay una pregunta muy interesante a la que alude Martin y es de dónde vienen los emprendedores, y yo coincido con él: los emprendedores somos nosotros, venimos del mismo lugar todos, y con la misma formación. Eso me resulta muy interesante porque cuando comencé a trabajar sobre responsabilidad social empresarial y la certificación que queríamos dar sobre ese tema, yo me preguntaba por qué a los emprendedores cubanos les interesaba ser socialmente responsables, y en algún momento trabajé la hipótesis de que disminuía los riesgos. La realidad para ellos era que aumentaban las vulnerabilidades, pero al final tomaban el riesgo de hacer responsabilidad social empresarial por la propia convicción que tenían, porque, como decía Martin, es parte del ideario e idiosincrasia de los cubanos ser solidarios. Y es lo que nos diferencia quizás de emprendedores de otras latitudes, venimos de una profunda formación socialista, solidaria y humana, y de alguna manera, son las mismas personas, como también decía Martin, que están trabajando en el sector estatal, que son parte de la sociedad cubana, las que ahora son emprendedores. Son las mismas personas con los mismos valores, ahora trabajando desde una nueva realidad, y eso, en la mayoría de los casos, han tratado de llevarlo a sus negocios. No digo que sea absoluto, que todos los emprendedores trabajen la responsabilidad social o quieran llevar un negocio socialmente responsable, sino que, a diferencia de otros escenarios, ese proceso en Cuba se ha dado con mayor celeridad. Por tanto, si buscamos legislaciones que acompañen esos procesos, vamos a tener un escenario laboral en el sector privado mucho más ventajoso para los empleados y para los empleadores.

Ricardo Herrero (Cuba Study Group): Tengo unas cuantas preguntas. Quisiera saber cuáles son las avenidas más comunes en Cuba para que los empresarios anuncien ofertas de trabajo, e identifiquen y recluten talento. ¿Es principalmente de boca en boca, o usan sitios web u otras plataformas de redes profesionales como LinkedIn? Y también, ¿cómo es el proceso de creación de los importes salariales, quién establece los salarios de los trabajadores, y basados en qué parámetros?

Rafael Hernández: Tienen la palabra nuevamente los panelistas para comentar o responder a los que han intervenido. También pueden añadir algún asunto que se les haya quedado en el tintero. 

Caridad L. Limonta: Estoy muy de acuerdo con los comentarios de la psicóloga y profesora Daybel Pañellas. Coincido grandemente con su enfoque. Es cierto que hay una diversidad y una composición en el sector no estatal que amerita una valoración. Sobre la pregunta de Eric Caraballoso, yo soy de la opinión que si bien existen algunas regulaciones, bases legales que respaldan tanto al empleador como al empleado, considero que debe haber un manual, un documento que sea la herramienta de la que nos agarremos todos para saber los derechos y deberes de cada cual. Eso hoy no lo tenemos.

Sobre el comentario que hacía Jackie Cannon relacionado con las experiencias que pueden adquirir los emprendedores, el empleador y el empleado también, que salen de la Isla y regresan, es indiscutible que eso les da una visión diferente, sobre todo cuando tienen la posibilidad de constatar con otros negocios fuera del país, ir a evaluar y a hacer mentorías en otros negocios. Pero ojo, es preciso contextualizar esas experiencias, porque de nada vale venir con todo lo visto en el mundo y después llegar acá a nuestro contexto y no ser mucho más creativos, más resilientes y más dispuestos a buscar soluciones.

 

Ileana González Arteaga: Respondiendo también a Eric, estoy de acuerdo con Caridad –a mi entender, ella tiene más experiencia que yo porque continúa trabajando en este sector– en que no existe ninguna protección para el trabajador ni para el empresario. A raíz de toda esta situación de la Covid-19 y los problemas laborales y económicos que ha traído, yo he visto que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) emitió una serie de medidas, pero que amparaban solamente a los trabajadores del sector estatal; no contemplan, no regulan, no establecen nada en relación con los trabajadores no estatales y con los autoempleados. Entonces, ambos tipos de empleados están en riesgo de perder sus ingresos porque no tienen ninguna protección a no ser que tengan sus ahorros, lo que sea que tengan reservado en su casa o el banco, o a la asistencia social. Y sin embargo, los trabajadores estatales sí tuvieron en un primer momento un salario de 100% y luego el 60%.

Caridad L. Limonta: Hoy no existe ninguna bolsa empleadora para el sector no estatal, ni un canal debidamente establecido por el gobierno donde podamos ir y presentar como emprendedores o trabajadores independientes, nuestras demandas y necesidades, y que las personas en edad laboral y que reúnan las experiencias y requisitos para desempeñarse en un puesto de trabajo, puedan aplicar para trabajar en él. Por otro lado, las categorías autorizadas por el MTSS para ejercer el trabajo por cuenta propia son casi todas de carácter obrero y de algunos servicios. Por ejemplo, un diseñador no puede aplicar para trabajar en un negocio de diseño, o un abogado como asesor jurídico en cualquier negocio. Entonces, aquí pesa mucho esta condición de “personas naturales con autorizo para ejercer el trabajo por cuenta propia”, en que tenemos negocios que no están nominalmente reconocidos institucionalmente, o sea, no somos empresas.

Sobre cómo se establecen los salarios, en mi caso, aunque yo pago por resultados, siempre busco un referente de cuál es la media que gana una costurera de una cooperativa que gana un buen salario, la de la industria estatal que gana menos, la del atelier del Estado, etc., y establezco un nivel de salario, de manera que gane con mi negocio, pero que la trabajadora se sienta satisfecha y complacida. En eso nos basamos generalmente, establecemos ciertas comparaciones, pero no es porque ninguna regulación legal me imponga que debo pagar tal salario mínimo o tal salario máximo

Ramón Manuel López Alarcón: Estoy totalmente de acuerdo con el profesor William Bello, con sus posiciones, ya que se asemejan, con un poco más de argumentos, a lo que expuse en mis respuestas, y en su segunda intervención incluso me sirvió para aprender bastante.  

Respondiendo a la pregunta de Jackie Cannon, sí se percibe diferencia entre los empleados que viajan y los que no, ya que ellos tienen la oportunidad de palpar en persona los sistemas de gestión que se usan en otros países, que, por supuesto, están mucho más pulidos que los nuestros, porque llevan muchos años trabajando en el sector privado. He podido ver en trabajos donde he estado gente que ha hecho negocios y han venido de afuera y otras que han tratado de hacerlo con los conocimientos de aquí.

Quiero felicitar a Maricel Ponvert por esa solución que le dio a la falta de personal calificado que tenía y, además, creo que se puede aplicar a muchos de los emprendimientos pues resuelve uno de los grandes problemas que tenemos hoy en día.

A Ricardo Herrero le comento que para buscar empleos o empleado usamos cualquier forma, de boca en boca, muchas veces los mismos empleados conocen personas que nos pueden recomendar. Ahora se está usando la vía de las redes sociales, o páginas web de clasificados, como Revolico o Bache cubano. Los salarios los fija la ONAT y, después, en dependencia del negocio, se incentiva al trabajador.

José Luis Martin: Voy a responder las preguntas que hicieron los participantes. Gracias a todos, creo que han hecho intervenciones muy interesantes en algunos los casos, pero todas son muy sabias, muy atinadas.

Eric preguntaba por las garantías del Estado, eso ya ha sido respondido por otros panelistas, y yo mismo ya dije en mi intervención que estamos hablando de un segmento básicamente desregulado, precario en ese sentido. La falta de seguridad es la precariedad de este espacio privado. Ese es su problema, su ventaja es que ingresa mucho más. Pienso que, a mediano plazo, a medida que se vayan estimulando mejor los distintos espacios económicos, y que el mercado logre, por mil maneras que sería largo enumerar, el lugar que le corresponde, y el vínculo que necesita con la planificación, entonces estará mucho mejor ordenada esta realidad. Lo estoy distinguiendo, Eric, a mediano plazo.

Daybel hizo una intervención medular, excelente, sobre todas las peculiaridades de este espacio, la heterogeneidad, que es una de sus características esenciales.

Jackie hablaba del que ha estado afuera, y cómo influye eso. La cultura del trabajo influye siempre. Como un inglés que venga a trabajar a Cuba, cuando regresa a Inglaterra se mete con la gente, se mete en la vida de los demás, es confianzudo, hace veinte cosas que se hacen en Cuba y son normales, pero en Inglaterra y en otros países no. ¿Dónde está la diferencia? En Cuba yo he visto extranjeros trabajando, muy profesionales, pero muy contenidos también, mucho menos familiares que los cubanos. Los cubanos establecen un raport diferente con los clientes. Por la parte negativa, está la facilidad que tienen los cubanos para justificar las disfunciones de las cosas; esto salió mal y lo explican como si fuera lo más normal del mundo. Y eso también es cultura del trabajo.

Adriana preguntaba por los elementos de éxito entre empleados y empleadores; da lo mismo en esto el sector privado que el estatal: somos “primos”, porque tú eres ingeniera industrial y yo soy sociólogo del trabajo. En cualquier espacio, organizar adecuadamente, en justas correspondencias, el sistema de relaciones sociales de trabajo, lo que da es efectividad, claridad, que coincidan las demandas de los contenidos con las competencias de la gente, que los sistemas de estimulación y de sanción tengan que ver con las motivaciones de los distintos grupos, que haya un nivel de participación, que no es solo dar opiniones, es también emular, dirigir, innovar. Que existan esas cosas y que se correspondan con las potencialidades de la gente, es fundamental para mejorar las relaciones entre la gente y para que las cosas salgan mejor. Cuando las cosas salen bien, las relaciones son buenas también.

William hacía un comentario muy acertado, que coincide con lo que ya dije. Mientras más regulación y más justa sea esa regulación, mejor va a funcionar la cosa. Y se está trabajando, lo puedo asegurar, en que el empleador pueda trabajar sin ilegalidad, y que también a unos y a otros se les premie el compromiso con la sociedad, en que la política impositiva y todas las regulaciones traten mejor al que mejor lo haga.

Finalmente, Ric Herrero preguntó por las vías para acceder al empleo. Sé que en las redes sociales se solicita trabajo a veces, pero generalmente lo que funciona son las redes personales y familiares. Sobre los montos salariales, los informes que tengo son que, partiendo de una referencia de lo que paga el Estado, se multiplica por 6, por 7, por 8, y eso es básicamente lo que se paga en el espacio privado.

Ileana González Arteaga: Me quiero referir al tema de la afiliación. Pienso que un hombre o una mujer que tenga un restaurante o un negocio de más de cincuenta trabajadores, ya no es un simple empleador, es un empresario. Entonces habría que elaborar normativas más específicas para este tipo de figura que está emergiendo en el mercado privado de nuestro país. El sindicato está y deberá estar para defender los intereses laborales, y esas asociaciones de empresarios a las cuales yo hago referencia deben existir también para defender los intereses de esos empresarios, porque ambas figuras tienen motivaciones diferentes. Negarlo no tiene ningún sentido. Sin dudas, los trabajadores se afiliarían mucho más a un sindicato si este cambiara su estructura y estilo de trabajo.

Rafael Hernández: Son casi las seis de la tarde, que es la hora habitual en que se terminan los Último Jueves. Hemos contado con una nutrida participación, que no se mide tanto en cantidad como en calidad, siete intervenciones, de Cuba y de fuera de Cuba. Les agradecemos muchísimo por haberse mantenido atentos a este panel y haber hecho preguntas inteligentes y comentarios agudos. Por supuesto que le damos las gracias a los panelistas por el mucho trabajo que han tenido, por haber contestado de una manera tan elaborada y matizada, y puntiaguda diría yo, las preguntas, que eran complejas, y por haber contribuido a entender, a penetrar la naturaleza, la índole particular y relativamente rara de las relaciones laborales del sector privado cubano.

Solamente nos queda invitarlos a que se mantengan conectados, pues todas las intervenciones las vamos a difundir posteriormente en formato de texto y podcast, en Catalejo, el blog de Temas, y en las redes sociales.

Muchísimas gracias a todos por habernos acompañado y por haber contribuido de manera tan especial y tan rica a producir un análisis sobre esta problemática. Tengan una feliz tarde. 


1 comentarios

Elaine Martìnez
2 de Julio de 2020 a las 19:22

Muy interesante el tema de Ùltimo Jueves.....coincido con muchos de los criterios expuestos y he podido constatar otros q responden a las particularidades propias del emprendimiento de un territorio en el centro del paìs: competitividad, estàndares de calidad, vìnculos solidarios y retos q aùn persisten. Por medio de mi investigaciòn de doctorado me estoy acercando a las formas de interacciòn social q se manifiestan con el desarrollo de los emprendimientos en Trinidad, Sancti Spiritus.

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