La obra visual  Baseball Player, del artista de la plástica Arturo Montoto será el cartel que acompañará la edición 38 del Festival Internacional Jazz Plaza ,del 22 al 29 de enero del 2023, en La Habana y Santiago de Cuba.

En Baseball Player- nombre de la obra-, el artista muestra un dibujo de libre creación en el que plasma su visión sobre el vínculo que ha calificado como indisoluble, entre la música y el baseball, compartiendo elementos que se asemejan a otros conocidos y pelotas de baseball en una relación singular en la que uno impulsa al otro y viceversa.

Ambas aficiones caracterizan al cubano y es una de las motivaciones para la obra con la que el conocido artista agasaja a la prestigiosa cita musical.

La pieza, concebida especialmente para el Festival, ha sido fuente de inspiración para renovar la imagen del evento en el que confluyen diferentes músicos del mundo, generando una nueva identidad, que va desde la tipología utilizada hasta la gama de colores empleados para carteles, programas y otros soportes informativos.

Otra novedad para la próxima edición del Jazz Plaza es el tema musical que lo identificará: Madre Oshun, creación de Roberto Fonseca, director artístico del Festival.

El tema recrea la visión del prolífico instrumentista, donde recorre los diferentes caminos del Jazz cubano, vinculados con las sonoridades de matrices africanas y se sustenta por el virtuosismo de los músicos que en él se involucraron en el proyecto. Además, como el popular género, incluye diversas energías y sonoridades de la diversidad creativa de los artistas que participaron, quienes le imprimen sus peculiaridades en la interpretación vocal y la ejecución instrumental como: César López, Germán Velazco, Emir Santa Cruz (saxofones), Adel González (congas); Ruly Herrera (batería); Eduardo Sandoval y Yoandry Argudín (trombones); entre otros.

Interesante también, el trabajo vocal del tema en cuestión, donde se disfrutan los timbres de las jazzistas Zule Guerra y Brenda Navarrete (quien además ejecuta los tambores batá); pero sin dudas la más fehaciente muestra de la amplitud del Jazz está en la inserción de la soprano Bárbara LLanes, quien con su personalidad y singular estilo aporta matices diferentes.

Varias serán las sedes habaneras escogidas para mostrar al público la brillantez de un evento que regresará a la normalidad luego del azote de la pandemia: el Teatro Nacional de Cuba con sus dos salas (Avellaneda y Covarrubias); los teatros América, Martí y del Museo Nacional de Bellas Artes; la Sala Tito Junco del Centro Cultural Bertolt Brecht, La Fábrica de Arte Cubano y el Pabellón Cuba.

No puede faltar la Casa de Cultura de Calzada y 8, sede emblemática donde nació esta fiesta musical que tiene al Jazz como motivo, de la mano de dos grandes símbolos nacionales: Chucho Valdés y Bobby Carcassés, este último presidente del evento y merecedor de varios homenajes durante la venidera edición.

Por supuesto se mantiene el espacio para el acercamiento académico al fenómeno cultural de este género en el país con el Coloquio Leonardo Acosta in Memoriam.

En Santiago de Cuba, por su parte, las acciones de la cercana edición llegarán al Iris Jazz Club, el Patio de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), el Teatro Martí, la Sala Teatro Macubá y la popular Plaza Dolores.

Presencia internacional y Rumba pa'que flujazz

Con el slogan Pa'que flujazz con tono cubano los organizadores de la 38 fiesta del Jazz en Cuba han diseñado un programa que tendrá de todo y para todos, con especial interés en extender su alcance y despertar el interés de un número aún mayor de público ávido de reencontrarse con muchos de los más avezados cultores del género en el mundo. Por ello llegarán a Cuba exponentes de Estados Unidos, Puerto Rico, España, Alemania y Colombia, entre otras naciones.

Punto y aparte tendrá la presencia de la legendaria agrupación folclórica Los Muñequitos de Matanzas, fenómeno musical liderado por el bailarín Diosdado Ramos que está celebrando siete décadas de existencia.

Ellos con su elegancia y particular manera de defender la cultura cubana, se han convertido en bandera de cubanía y forman parte del programa pensado para el día inicial de la fiesta, cuando llegarán a la Sala Avellaneda del Teatro Nacional para celebrar la vida y cumplir con su encargo social de hacer crecer al género reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.