Antonia Eiriz. El desgarramiento de la sinceridad es el título de la muestra antológica que quedó inaugurada el pasado 23 de diciembre, en el tercer piso del Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes, con sede en Trocadero, entre Zulueta y Monserrate, municipio Habana Vieja.

La muestra, compuesta por cuarenta obras, cuenta con la curaduría de Roberto Cobas Amate y pretende hacer un recorrido por la producción de Antonia Eiriz (La Habana, 1ro. de abril de 1929 – Miami, Florida, 9 de marzo de 1995), desde sus primeros momentos de definición en la década del cincuenta y hasta finales del sesenta, cuando ella se sumergió en el llamado “silencio pictórico”.

Con creaciones provenientes del tesauro de la mayor institución museística del país y de otras colecciones institucionales y privadas cubanas, el público podrá apreciar la variedad de materiales y soportes que fueron utilizados por la artista para expresarse. Entre ellos destacan sus óleos sobre lienzos, sus tempranas exploraciones con técnicas mixtas entre las cuales predominaron sus relieves sobre lonetas quemadas; así como sus tintas y temperas sobre papel. También se presentará una selección de grabados, reflejo de una técnica abundantemente intervenida por Antonia; unida a los connotados ensamblajes que fueron construidos con objetos de desecho y que la convirtieron en pionera del uso del arte de la instalación en el panorama plástico de su tiempo.

En cuanto a líneas discursivas, este proyecto hace un repaso por títulos paradigmáticos, que revelan las preocupaciones sobre las cuales la “Hija de Juanelo” dejó constancia. A partir de su personal sensibilidad y preclara visión, se revelan sus denuncias a las acciones terroristas acaecidas en los primeros años de la Revolución, además de la pervivencia de males y comportamientos sociales como la burocracia, la inercia y el acomodamiento. Consternan sus homenajes a relevantes intelectuales locales o a héroes sencillos latentes en el pueblo, entre los cuales El vendedor de periódicos de la calle Obispo ocupa espacio relevante.

Antonia Eiriz. El desgarramiento de la sinceridad se inscribe, con prominencia, dentro de los eventos que tienen lugar en el Museo Nacional de Bellas Artes en ocasión de la XIV Bienal de La Habana; al tiempo que es símbolo y paradigma del accionar de las artes visuales cubanas de los años sesenta, cuando se fueron imponiendo tendencias e influencias foráneas.