Un panel formado por prestigiosos creadores del ámbito de las artes escénicas se reunió en la sala Villena de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba para dialogar acerca de los hilos que entretejen el mundo de las tablas en el contexto mundial contemporáneo.

El dramaturgo argentino Manuel Santos Iñurrieta, director de Los Internacionales Teatro Ensamble, fue el primero en intervenir en el encuentro. Santos Iñurrieta, quien se encuentra como invitado, se declaró un profundo amigo y admirador de Cuba y su arte. Mientras la actriz de teatro, cine y televisión Yailín Coppola, discursó acerca de su experiencia no solo como directora y actriz sino también como profesora de esa nueva ola de jóvenes que aman y hacen teatro y que han caracterizado, con su efervescencia actoral, esta nueva edición del Festival. “Hay en mí una vocación de enseñar (…) Soy discípula de Carlos Celdrán”.

Juan Luis Clavijo, director del andaluz grupo Búho Teatro, narró sus experiencias sobre la puesta en escena de su obra, El príncipe feliz, cuento original de Oscar Wilde y que resemantiza y adapta a los tiempos actuales. Pese al pequeño elenco con que cuenta, la calidad del baile y la música andaluza ha sido magistral y la dramaturgia se ha aclimatado a las nuevas condiciones.

Juan González Fiffe, director de Teatro Andante, de la ciudad de Bayamo y quien trajo a La Habana la propuesta Alicia en el país de las maravillas, relató sus vivencias sobre la voluntad del creador, no solo en Cuba, cuando faltan condiciones: “Cuando se ama el teatro, priman el arte y la voluntad”.

La vicepresidenta de la UNEAC, la actriz y profesora Corina Mestre, Premio Nacional de Teatro, enfatizó que existen muchos momentos en la historia y la cultura cubanas a las que el teatro puede darles luz. “Si algo ha marcado esta XX edición del Festival Internacional de Teatro de La Habana ha sido la presencia de nuevos jóvenes en las tablas del teatro cubano. Los muchachos que se están graduando, están trabajando. Eso permite que el teatro vaya adelante”. Resaltó, la labor que realizan grandes creadores del teatro al ponerse en función y brindar todos sus conocimientos a esa nueva generación de actores y actrices que está naciendo: “Esto significa una ganancia en el teatro y hace que uno se sienta esperanzado en el futuro”.

La reconocida teatróloga Marilyn Garbey reconoció por su parte que un día como el 14 de noviembre, hace noventa y ocho años, nació la actriz y profesora Raquel Revuelta. Recordar a quien fuera una de las figuras cimeras de las artes escénicas de nuestro país sirvió de motivo no solo para hablar de ella sino también para felicitar a todos los teatristas, gestores de instituciones y personal que forma parte del mundo de la escena y que siguen encontrando en el teatro su espacio.

Dentro de los disímiles cambios que vive hoy la sociedad cubana, el teatro ha demostrado su coherencia y ha servido como viaje a la semilla para, retornando a sus orígenes, volver desde él más fortalecido y comprometido con los tiempos actuales y con el futuro.

Con una breve explicación de los invitados internacionales acerca de las experiencias de gestión teatral foráneas y de la inevitable economía de recursos, el teatro, amén de todas las disminuciones inevitables, es incapaz de perder su belleza y artesanía. Esa búsqueda de lo bueno y lo estético dentro del arte escenográfico de la actualidad.

La sesión del Coloquio del XX Festival de Teatro de La Habana, en la que se encontraba Lillitsy Hernández Oliva, Presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE), concluyó este martes con la certeza de que el teatro está vivo y con el aplauso distintivo de una manifestación que se renueva en cada obra que representa.