Como resultado de mucho trabajo y dedicación, el nombre de Christopher Simpson no resulta indiferente dentro del panorama sonoro contemporáneo cubano. Sus múltiples lenguajes expresivos dentro de la música le permiten moverse con acierto por entre la interpretación del violín, la composición y la producción musical y, por si fuera poco, actúa y dirige sus propuestas audiovisuales.

Tras un sentido de exigencia-pertenencia con la fusión como expresión que unifica, cohesiona y engloba sus experiencias y búsquedas artísticas, este joven artista disfruta compartir junto a su grupo ”Elevación”, la magia de llegar con su música, no solo a los jóvenes, aunque son estos su principal destinatario.

Con Simpson que recién se estrena también como conductor de programas televisión, el Portal Cubarte se acercó para conocerle un poco más.

 Una carrera en ascenso… ¿Cómo defines tu propuesta musical?

“A propósito de mi propuesta musical debo decir, que lo siento más como mis propuestas musicales, pues considero que lo polifacético es premisa de mi proyección artística, y a partir de ese lugar es que puedo hablar de lo demás.

Mi carrera la llevo en paralelo desde varios escenarios como violinista, productor musical y líder, compositor y vocalista de mi propia banda. Cada escena tiene su lenguaje, su fin y, por supuesto, su preparación. En ocasiones, no es menos cierto, coinciden los géneros musicales en alguno de ellos, no me relaciono de la misma manera. Eso es algo que voy aprendiendo con el tiempo, conociendo la industria de la música, al público y mis búsquedas y necesidades personales también”.

Concedes a la par un marcado interés al audiovisual que tú mismo produces. ¿Cómo ser juez y parte de tu propia creación?

“Al componer mis canciones, llevarlas a la banda (Christopher Simpson & Elevación) y montarlas entre todos, a pesar de que hay un componente colectivo en ello, parte de una idea sólida desde el ejercicio compositivo en sí mismo.

Cuando me encuentro en esa fase suele pasar que ya me imagino como se ve el tema, incluso, variantes de su visualidad de acuerdo a las posibilidades de presupuesto para llevar a la pantalla la canción. No obstante, al igual que en el montaje de las canciones, me apoyo en el equipo, así mismo tengo personas en el staff de realización audiovisual con las que cuento como ojo crítico. Siempre me gusta cuestionarlo todo pues eso ayuda en el crecimiento y consolidación de la obra”.

Tienes la experiencia de asumir el tema de una telenovela. ¿Es tu primera experiencia, cómo la recuerdas y podría ser un camino otro dentro de tu trayectoria?

Tan lejos y tan cerca no es mi primer acercamiento a la música original y banda sonora de audiovisuales. Anteriormente, junto a Ray Fernández tuve la posibilidad de hacer la música para programas de televisión como Otto x Otto, La palangana, El motor de arranque y Al habla con los muertos, todo esto llevó a que Alberto Luberta y Loisys Inclán me contactaran para trabajar con ellos en la telenovela. Me reuní con el resto del grupo (Christopher Simpson & Elevación) y comenzamos a crear los incidentales a la par de que yo iba componiendo las canciones que después quedarían agrupadas en el álbum En la línea. Intermezzo.

Hacer música de audiovisuales siempre estuvo en la mira de mis aspiraciones profesionales y personales, me gustó mucho la primera  y gran experiencia, ahora solo queda dejarle a la vida que me ponga más oportunidades como estas en el camino”.

Proyectas un especial histrionismo en escena, te recuerdo especialmente dentro de la “Barbarie Semiótica”, cuando el Motor de arranque. ¿Qué hay detrás de ese chico siempre sonriente?

“Como te decía anteriormente, cada escena tiene su lenguaje y como violinista me encuentro siempre buscando la manera de conectar cada vez más con la audiencia que me escucha, adecuándome a las características del espacio en que me encuentro en cada ocasión.

Luego de tres años tocando con Pablo Menéndez y Mezcla, comienzo a interpretar el violín en la banda de Ray Fernández jueves tras jueves en la peña del Diablo Tun Tun. Representa una gran exigencia tocar en la “Barbarie Semiótica” que es el nivel de resolución inmediata a cualquier imprevisto en escena, demanda mucha improvisación y desenvolvimiento escénico.

En mis primeros años de graduado de nivel medio y superior fui parte de un grupo de música tradicional cubana llamado” Caracol de La Habana” que radicaba en la calle Obispo, tocaba en bares y “pasando el cepillo” para poder vender discos. Para ello había que dar el mejor show y tocar bien, por lo que fue muy necesario aprender a conectar con las personas a través del performance y lo participativo. Había que expresar con el cuerpo e, incluso, cantar mientras tocaba. Todo ello me sirvió para imprimirle mi sello personal al show de Ray  para luego ser parte del discurso de sátira y choteo que tanto lo caracteriza. Posteriormente, todo esto se refleja en el Motor de arranque, aunque por ser un programa de televisión hay muchos elementos que quedan fuera de cámara no obstante creo que se captó ese espíritu histriónico que comentas”.

Ahora llegas a Canal Habana como conductor. Cuéntame de ello…

“Esto realmente no me lo esperé, resultó una muy grata sorpresa cuando recibí la llamada para comenzar en el programa Música Sí que, además, voy siguiendo desde mi infancia y del que grandes amigos han sido parte de él, como Juan Carlos Rivero, Cristian Alejandro y Norberto Carbajal. Lo considero como una excelente oportunidad para compartir con el público desde una perspectiva más directa y conversacional sobre lo que más me gusta en esta vida: la música”.

Proyecciones futuras Simpson…

Definitivamente, seguir trabajando, produciendo, grabando y tocando; sobre todo con “Elevación”, tenemos muchas cosas lindas para compartir en este 2023. Esperemos que puedan ir recibiéndolas muy pronto”.

Así que muchas gracias por dejarme compartir contigo y con todos, un poco de mí y lo que hago”.

Así se despide Christopher Simpson que, entre otros proyectos, se prepara para enviar a Lucas su más reciente audiovisual “Contigo”. Ideado por el 14 de febrero, es el tema que inicia un ciclo de nuevas propuestas que seguirán dando de qué hablar de sus múltiples lenguajes junto a “Elevación.”