Volver a publicar estos cinco ensayos sobre diversas cuestiones de la danza, motiva la lectura de este libro con la certeza de la experiencia adquirida en la teoría y en la práctica por su autor.

El libro es también un reconocimiento al quehacer de Ramiro Guerra; quien además de desarrollar una amplia y fructífera carrera como bailarín y coreógrafo, también su obra ensayística o de corte investigativo posee relevancia en el ámbito cultural de la nación.

Recuerdo que hace unos años obtuve a través de un amigo el único texto que me faltaba para completar mi colección de los Premios Alejo Carpentier de Ensayo, precisamente era el libro de Ramiro Guerra Eros baila. Danza y sexualidad (Editorial Letras Cubanas, 2001). A partir de ese momento cobré conciencia de su desempeño como investigador, de la utilidad de sus ideas y el valor que sus ensayos poseían en el entramado literario insular.

De manera general el libro “provee de un método de análisis o decodificación de la obra coreográfica muy necesario para el coreógrafo, el crítico de danza y todo aquel interesado en las disciplinas de la teoría danzaria”.

Aunque las temáticas son específicas, una línea común atraviesa las páginas de estas Coordenadas…, el primero de los textos titulado “De la teatralidad en la danza”, escrito en 1989, aborda conceptos como energía, espacio y tiempo y su importancia en la utilización de la teatralidad para el desarrollo de cualquier acción danzaria.

Entre las ideas que sostiene el autor está la referida a lo híbrido en los tiempos actuales: “Si algo ha caracterizado la cultura de los últimos años, es la búsqueda en cuanto a romper las fronteras o compartimentos entre las diferentes especialidades artísticas, estableciéndose un intercambio de especificaciones que está dando por resultado un incremento interrelacionante de códigos significantes, que va camino de productos artísticos altamente eclécticos en cuanto a su proyección y recepción”.

A través de la exposición de ideas y la fundamentación de juicios el autor nos lleva hacia una definición de la danza-teatro y a partir de este momento engarza a su propuesta la ejemplificación con diferentes coreografías de Pina Bausch. Aunque no deja de reconocer el “fuerte pesimismo” que traspasa su obra, iluminado a veces por “las tormentas de la violencia, el desfasamiento y la alienación, por relámpagos de una esperanza vaga en los fuertes resortes del ser para la supervivencia en su instinto de conservación”.

El resto de los ensayos analizan otras temáticas de vital importancia para el investigador, para el crítico, el bailarín o el espectador interesado en descubrir algunas de las claves que se esconden en el andamiaje escénico. Desde su propio título está planteada la principal temática que abordará cada uno de ellos: “Del gesto y la gestualidad” (1990); “Del discurso coreográfico” (1990); “Del Decálogo del Apocalipsis” (1991) y “Del posmodernismo en la danza” (1993).

En las páginas finales Coordenadas… ofrece al lector algunos anexos que complementan los criterios defendidos a lo largo de sus páginas; también un conjunto de fotografías aportadas por su autor y por Tito Álvarez, nos permiten hacernos una idea de cómo se aplican los conceptos tratados en el trabajo coreográfico; igualmente se compila la bibliografía utilizada.

Aunque quizás a algunos les resultara innecesario, creo que un título como este debía incluir unas breves palabras de presentación donde se incitara a su lectura y a profundizar en estas coordenadas escritas por un protagonista fundamental para nuestra danza.