¿Cuáles términos y condiciones?


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Me siento feliz, pues regreso con el espacio “De computación y otros Demonios”, ahora convertido en blog, donde seguiremos intercambiando sobre las tecnologías que día a día, incluso sin consentimiento, conforman nuestro entorno o se introducen en el cómo somos, vivimos y actuamos.

Y ya que estoy en función de regreso, deseo retomar un tema que hace tiempo traté, pero que no se hace obsoleto pues, cada cierto tiempo, alguien ingenuamente, es víctima del desconocimiento o de la aceptación tácita de los Términos y condiciones que nos imponen cada uno de los sistemas que instalamos en nuestro equipos o las plataformas “gratuitas” que visitamos o de las que formamos parte.

Recientemente se destapó el problema de Cambridge Analitycs y Facebook, donde se acusaba a esta red social, por haber utilizado los datos de poco más de un cuarto de millón de sus usuarios, para conformar una base de datos de CINCUENTA MILLONES de personas. En simple aritmética, se multiplicó por 200 la extrapolación de información desde lo que se tomó como materia prima “facebooksiana”, hasta lo que se obtuvo como beneficio.

La gigantesca red social ha sido acusada; incluso su creador, Mark Zuckerberg, tuvo que salir a realizar control de daños, incluidas las disculpas y las medidas de trasladar algunos centros de datos hacia “paraísos informáticos” más amigables. Pero, a fin de cuentas, pasada la primera parte de la tormenta, comienzan a aparecer las voces señalando la poca lectura o conocimiento de los Términos y Condiciones, en los que incurrimos casi todos, cuando nos llega la correspondiente pregunta.

¿Cuántos hemos instalado sistemas en computadoras o aplicaciones en móviles y ante el cuestionamiento de aceptar los Términos y Condiciones, sólo marcamos la correspondiente casilla y seguimos hacia adelante?

Como se dice en las películas del sábado por la noche y los otros muchos seriales que colman nuestros canales televisivos: ¿Alguien lee las letras pequeñas (yo incluiría también a las grandes) de los contratos?

Siguiendo con el ejemplo de Cambridge Analytics y Facebook. El Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica, publicado en: PCWorld. Explica que en la referida sección de la citada red social, se hace explícito: “nos otorgas una licencia no exclusiva, transferible, con posibilidad de ser subotorgada, exenta de derechos de autor y aplicable globalmente para utilizar cualquier contenido de propiedad intelectual que publiques en Facebook…”

En pocas palabras: Facebook puede hacer lo que desee con nuestros datos, incluso cuando creemos que los hemos borrado.

Siempre me gusta citar a la informática de la serie Mentes Criminales, que muchas veces repetía: “Si estuvo en Internet, yo lo encuentro”. Lo único real es que así mismo es.

Tiempo atrás, Purple, un proveedor gratuito de WIFI en el Reino Unido, intercaló entre sus Términos y Condiciones, una cláusula en la que los usuarios aceptaban comprometerse a dedicar 1.000 horas de trabajos comunitarios, donde se incluían:

- limpiar retretes públicos portátiles en festivales y conciertos

- despegar chicles del suelo

- recoger los excrementos de perros de los parques locales

- desatascar manualmente tuberías obstruidas

Más de veinte mil personas cayeron en la trampa al aceptar sin leer.

En todas partes cuecen habas y tampoco tenemos que ir muy lejos. Relacionados con las publicaciones y ventas digitales, por estos lares caribeños, no hace mucho, apareció una editorial, ofreciendo villas y castillas y no pocos cedieron sus derechos intelectuales para cobrar unos dividendos que se necesitan como 75 años para llegar al monto de 100 euros.

Buscando por Internet, le dejo algunos de estos condicionamientos legales, a los cuales nos comprometemos sólo con marcar el escaño de ACEPTAR, cada vez que se nos aparece en la pantalla o, lo peor de todos los casos, metiéndonos en lugares cuyas reales características tecnológicas desconocemos.

Al lanzar Chrome, el navegador de Internet que se ha hecho muy popular, Google establecía estos parámetros: “Al enviar, publicar o mostrar Contenido, estará concediendo a Google una licencia permanente, internacional, irrevocable, no exclusiva y que no está sujeta a derechos de autor para reproducir, adaptar, modificar, traducir, publicar, representar y mostrar públicamente, así como para distribuir cualquier Contenido que envíe, publique o muestre en los Servicios o a través de ellos

Como muchas personas protestaron, algunos directivos de Google, salieron a dar respuesta sobre los cambios necesarios y las disculpas por los malentendidos. Ofrecieron, incluso, que los cambios se aplicarían de forma retroactiva. Viene lo interesante: Según algunas publicaciones de protección a los usuarios de Internet, se descubrió que lo explicado sólo sufrió cambios, para las versiones dirigidas a los angloparlantes, pero los pobres que hablamos español, no fuimos incluidos en las correcciones.

La lista puede ser larga, incluyendo la entrega de nuestros datos a las autoridades competentes, cuando sean solicitados.

Por favor. Sólo un poquito de cuidado. La mar se encuentra llena de anzuelos, no sea Usted uno de los ingenuos peces.


2 comentarios

Víctor Angel Fernandez
1 de Mayo de 2018 a las 11:36

Gracias a Cubarte por retornar la Columna


Lorenzo
1 de Mayo de 2018 a las 15:03

Muy interesante e instructiva tu nota Felicidades !!!!!!

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