Hoy no hay un campo de la sociedad que esté vedado a las mujeres. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate.
“El siglo XXI debe ser el siglo de la igualdad de la mujer. Contribuyamos a que lo sea”.
António Guterres
El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, es una fecha destacada en múltiples partes del mundo, formalizada por las Naciones Unidas (NNUU) en 1975. Tiene sus raíces en el movimiento obrero de mediados del siglo XIX, en un momento de gran expansión y turbulencias en el mundo industrializado en el que la mujer comenzó a alzar cada vez más su voz. Clara Zetkin fue la impulsora de esta conmemoración mundial. Según las NNUU, la igualdad de género se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y los hombres, y las niñas y los niños. Por tanto, es un principio jurídico universal y constitucional.
Cada año se celebra esta fecha con el objetivo de reconocer la lucha plurisecular de la mujer por participar en la sociedad en pie de igualdad con el hombre, así como reivindicar que mujeres pertenecientes a todos los continentes luchan por la igualdad, la paz, la justicia, el respeto pleno a los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo sostenible.
Este año, el tema anunciado por @ONUMujeres es: “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19” y celebra los enormes esfuerzos que realizan mujeres y niñas en todo el mundo para forjar un futuro más igualitario y recuperarse del virus Sars-cov-2. Esta enfermedad ha golpeado las oportunidades del mercado laboral femenino en diversos países, según informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la organización benéfica Oxfam (Oxford Commite for Famine Relief), lo cual refuerza brechas y estereotipos sexistas.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que deben cumplirse en 2030, establecen en su objetivo cinco: “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Aun así, las mujeres siguen encontrando obstáculos en algunos ámbitos a nivel mundial. Uno de los desafíos de la Agenda 2030, con relación a la respuesta a la pandemia es, por ejemplo, transformar las desigualdades en el trabajo de cuidados no remunerado, debido al aumento de las necesidades de los ancianos y el cierre de las escuelas.
En el #MesDeLasMujeres, y todo el año, digámosle al mundo lo que realmente queremos:
— ONU Mujeres (@ONUMujeres) March 5, 2021
Igualdad.
Justicia.
Respeto.
Derechos Humanos.
Dignidad.
Paz.
Seguridad.
Inclusión.
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La nueva Constitución, aprobada en Cuba en 2019, ratifica el compromiso del Estado cubano con la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida y la no discriminación (artículos 41 al 44). El artículo 43 establece que “el Estado propicia el desarrollo integral de las mujeres y su plena participación social. Asegura el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos, las protege de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones y espacios, y crea los mecanismos institucionales y legales para ello”; mientras que el artículo 85 estipula que “la violencia familiar, en cualquiera de sus manifestaciones, se considera destructiva de las personas implicadas, de las familias y de la sociedad, y es sancionada por la ley”.
En saludo a esta fecha se resaltan algunos resultados de la Encuesta Nacional de Igualdad de Género (ENIG-2016), llevada a cabo por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) y el Centro de Estudios de la Mujer de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
El 96% de las personas entrevistadas, mujeres y hombres, señalaron no haberse sentido discriminados en los últimos cinco años por su sexo, edad, color de la piel, ocupación, lugar de nacimiento, apariencia física, orientación sexual o identidad de género.
Los resultados de la ENIG-2016 arrojaron que 51,9% de las personas considera que en Cuba la violencia contra la mujer es “poca”; 30% valora que es “mucha” y 8,9% piensa que “no existe”. Más del 80% estima que en el país se aplican leyes que protegen a las mujeres y existen lugares o servicios que dan atención a las víctimas de violencia y que existen organizaciones donde las mujeres pueden plantear sus necesidades y preocupaciones. No obstante lo anterior, la encuesta constató que el 26,7% de las mujeres aseguró haber sido víctima de violencia en su relación de pareja en los últimos doce meses medidos en la encuesta y otro 39,6%, en algún momento de su vida, prevaleciendo como tipo de violencia la psicológica y, en segundo lugar, la económica.
La ENIG-2016 además demostró que existe una responsabilidad doméstica asumida principalmente por las mujeres, quienes siguen siendo las principales responsables del cuidado, acompañamiento y atención temporal y permanente de personas dependientes dentro y fuera de los hogares. Las cubanas dedican más tiempo (14 horas más como promedio en una semana) que los hombres a las tareas domésticas en el hogar, asumiendo tareas que requieren un esfuerzo diario y mayor desgaste psicológico; mientras que ellos suelen asumir con mayor frecuencia aquellas que no requieren realización diaria. Esta división aparece en todas las edades, se mantiene en las mujeres con empleo y se intensifica en la población no ocupada: las mujeres sin empleo destinan alrededor de 18 horas semanales más a este tipo de trabajo, que los hombres en igual situación.
Pese a esta situación, las mujeres cubanas juegan un importante rol en los diversos niveles decisorios de la vida política, económica y pública del país: El 50,7% de los dirigentes en el Estado y el Gobierno son mujeres; representan el 53,2% de los parlamentarios y el 53,3% de los Gobernadores y Vicegobernadores.
Son, además, el 47,6% (10 de 21) de los miembros del Consejo de Estado; el 30% de los ministros (6) y el 48,5% de los viceministros (33). Además, en Cuba son mujeres la contralora de la República, la vice primera ministra y la Fiscal General de la República. En los gobiernos locales, se percibe una mayor presencia de las mujeres en responsabilidades de dirección.
No obstante, el país enfrenta otros retos asociados a la persistencia, tanto en el ámbito público como en el privado, de patrones sexistas y discriminatorios heredados y de productos comunicativos donde se aprecia el uso inadecuado de la imagen de la mujer.
Como parte del enfrentamiento y superación de las brechas y desafíos aún existentes, destaca el proceso de perfeccionamiento de la legislación nacional con el fin de ajustarla al mandato constitucional, reforzando la voluntad del Estado y del Gobierno de aprobar políticas acertadas y leyes aplicables, con el objetivo de promover la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y las niñas.
Para ello se elaboró un nuevo Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres (PAM) que incluye 44 medidas en siete áreas de especial atención: el empoderamiento económico de las mujeres; el trabajo con la comunicación pública; la educación, la prevención y el trabajo social; el acceso a espacios claves para la toma de decisiones; el escenario legislativo que incluye el análisis del marco normativo y los sistemas de protección contra todas las formas de discriminación y violencia; la salud sexual y reproductiva y la necesaria producción de estadísticas e investigaciones.
De este modo, el PAM legitima prácticas positivas ya existentes para el avance de las mujeres e institucionaliza las políticas de igualdad de género, posicionando este tema como parte de la agenda gubernamental.
* Colaboraron para este artículo Anays Montequín Jiménez y María del Carmen Franco Suárez, Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Vea además:
En video, mujeres cubanas y los nuevos tiempos
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