El Acto en la Bertolt Brecht


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Evocando el legado teatral de Vicente Revuelta, El Acto es una abertura o un puente en el discurso dramático de una obra que nos remite a sucesos y vivencias de la existencialidad, y una forma de ahondar en la esencia del oficio teatral.

Estimular nuevamente la necesidad de la experimentación, retomando las tablas como laboratorio de comunicación, en la que búsqueda y contacto con el público haga que el actor hable de sí mismo en uso de la palabra y los gestos, pero, sobre todo, en desafío con la sociedad de hoy.

La pieza que transita entre lo que entiende sobre teatro José Antonio Alonso, protagonista y director de la pieza, y el legado de quien fuera su maestro, el dramaturgo Vicente Revuelta; es una mezcla de personajes de piezas como - La noche de los asesinos, La muerte de un viajante, Cuento del zoológico y Galileo Galilei, entonces, El Acto es esencialmente un homenaje a este inmenso hombre de teatro, y a la necesidad de volver sobre los espacios creativos, para que continuen siendo un lugar útil y una fuente de confrontación de todo y cuanto acontece. Una platea donde se lleven problemáticas sociales, políticas, religiosas y punto de encuentro para la crítica recurrente e inteligente de la sociedad contemporánea.  Donde, además, las máscaras depongan la rebeldía innecesaria, las zonas desiertas, la invariabilidad y los estereotipos banales del sin sentido. Pero también, un espectáculo interactivo, aludiendo a ¿qué pasa y qué necesita el mundo y la Cuba de hoy?

Desde y por un desafío de la obra de Revuelta, a la que se suma nuestros tiempos como heredero de una labor de muchos años, El Acto convoca a la reflexión y al debate sobre el objeto artístico, aunque no todos lo que asistan a este acto, concuerden con los planteamientos y la forma de abordarlo.

Refiere el programa de la función:

Un acto de confesión, de fe y entrega, donde el actor, evocando el legado teatral del famoso director y actor cubano, nos remite una y otra vez al rescate de la esencia del oficio, no importa cuál. Es una fiesta del espíritu que termina siendo no solo una cura personal para el intérprete, sino también para los que participan de su circunstancia.

El Acto “trata de una relación muy íntima con algo que es intangible, que pudiera ser una persona del público, pero esa persona no es tal, sino que depositamos en ella una ilusión, o una frustración, o la idea del amor, una cosa infinita, tu idea de Dios, y a eso dedicas tu acto, el acto único que hay que realizarlo e ir al límite sin pensarlo, hay que transfigurarse; cada noche tú entregas una ofrenda, que es la función de esa noche.”


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