A cargo Grupo La Salamandra.

Dirige Ederlys Rodríguez.

MI CASA Y MI CORAZÓN

(sueño de libertad)

Si salgo un día a la vida

mi casa no tendrá llaves:

siempre abierta, como el mar,

el sol y el aire.

Que entren la noche y el día,

y la lluvia azul, la tarde,

el rojo pan de la aurora;

La luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga

sus pasos en mis umbrales,

ni la golondrina el vuelo,

ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón

nunca cerrados: que pasen

los pájaros, los amigos,

 el sol y el aire.

El encuentro, una invitación a la reflexión; construcción teatral cuya base está ligada a hechos históricos. Va en busca de puntos coincidentes entre realidad y ficción, el ser humano, sus posibilidades, la necesidad de viajar a la Memoria y el aprovechamiento de episodios de la historia para traer a nuestros días, la vida de Fernando Macarro Castillo (Marcos Ana). Poeta español, preso político que pasó 23 años en las cárceles de la dictadura franquista. La poesía le sirvió de puente hacia la libertad, le hizo no desvanecerse en el rencor, lo sostuvo en pie, ileso y esperanzado. Fue liberado en 1962 y murió el 24 de noviembre de 2016. Tras su salida de prisión, dedicó su vida a la defensa de la democracia y de la memoria histórica.

La obra realiza un viaje en el que el punto de encuentro se establece entre el pasado y el presente. Ahondando desde la dramaturgia, la lucha contra el olvido, el arraigo emocional, y en la necesidad de tener presente el pasado.

Un ejercicio del recuerdo basado en la palabra y en la expresión corporal, para transitar por diferentes tiempos y espacios rodeados de contradicciones, posibilidades e historia. Un reencuentro pretérito, partiendo de la existencia actual, pues propone recordar para no repetir errores y ser conscientes de la identidad, de lo que se ha construido como personas y como sociedad.

Tres personajes, en los que Marcos Ana está explícito de alguna manera en cada uno de ellos, en tanto utilizan elementos del atuendo del poeta. Se trata de un teatro que salta continuamente entre lo imaginario y lo real, narración que no se detiene en el estudio profundo de los personajes; a pesar de hacer énfasis en ciertas descripciones de espacios y objetos, que van más hacia la construcción de una estética del lenguaje para lograr un equilibrio.

La estructura narrativa que se emplea, irrumpe con la oscura dialéctica de vida y muerte del personaje en cuestión. Una solución efectiva y original que proporciona el juego necesario al proceso de supuesta experimentación teatral, y a la ausencia física que deja la figura de Marcos Ana en nuestras vidas, pero con la imagen y el recuerdo de su labor y aporte a la conciencia que solo aquellos que se enfrentaron a una dictadura, pueden aportar a estos tiempos.

Una propuesta que destaca por su honestidad, frescura, planteamiento social, su afán por mantener viva la llama del recuerdo y su apuesta por la búsqueda de nuevos lenguajes teatrales.