Eliel Gómez: La UNEAC debe contribuir a satisfacer esa “sed de belleza” de que hablara Martí


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El presidente del Comité Provincial de la UNEAC en Holguín, Eliel Gómez Martínez, en el espacio Con olor a Tinta./Fotos: Cortesía del Entrevistado.

Eliel Gómez Martínez preside el Comité Provincial de la UNEAC en Holguín. Estudió Educación, con la especialidad en Español y Literatura, y como la docencia ha sido una vocación, realizó un Máster en Ciencias Sociales y Axiología. Es profesor Auxiliar de la Universidad de Holguín y Adjunto en la Filial de la Universidad de las Artes-ISA, donde imparte, respectivamente, clases en las carreras de Ciencias de la Información y en Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual. Además se desempeña como editor-corrector en la Editorial Conciencia Ediciones, perteneciente a la propia Casa de Altos Estudios de la provincia.

Por su currículo conocemos que fue asesor en la Dirección Provincial de Cultura, Jefe de su Departamento de Comunicación Cultural, Director del Centro Provincial del Libro y la Literatura, y Secretario Ejecutivo y Presidente, hasta hace muy poco, de la filial de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM). Allí realizó un amplio trabajo, siendo frecuente encontrarlo como conferencista y jurado de eventos, talleres y simposios relacionado con la vida y obra del Apóstol.  

La Dirección Nacional del Movimiento Juvenil Martiano le otorgó el reconocimiento Patria; se le entregó en la Fragua Martiana el sello 25 aniversario por la Oficina del Programa Martiano; recibió la Medalla 55 aniversario de la UJC y de la SCJM su distinción más alta: Por la utilidad de la virtud, porque Eliel es un martiano raigal, en el pensamiento y el accionar.

¿Cómo asumes la responsabilidad de presidir la UNEAC holguinera y cuáles son tus proyecciones de trabajo?

Dirigir el Comité Provincial no es algo que tuviera planificado. Jamás pensé en ello, pero transcurridas las votaciones y la asamblea, comprendí el enorme reto que tenía por delante: más allá de los problemas económicos que enfrenta el país, se trata de superar un tanto la inercia que nos dejó el impacto de la Covid-19 y entre todos levantar el ánimo, recuperar la vitalidad y crear las bases que impulsen y garanticen el funcionamiento ordinario, la articulación armónica de las filiales y el desarrollo desde bases estables y duraderas.

En panel sobre Cintio Vitier

¿Qué acciones realizan camino al X Congreso en noviembre próximo?

Creo que camino al X Congreso hay que dirigir la mirada y aguzar el oído hacia las diferentes opiniones y planteamientos nacidos al calor del proceso asambleario que, previo a este cónclave, desarrollaron las diferentes filiales, y coadyuvar a resolver los problemas, dar respuesta a las inquietudes manifestadas y contribuir a crear un clima de pensamiento e intercambio constructivo y dialéctico, de cara al futuro.

La UNEAC ha debido irradiar los espacios creativos de sus miembros y reflejar esos procesos socializando las bondades del buen arte. No todo el mundo advierte ni se interesa por lo bello, pero es otro de los deberes de la UNEAC contribuir a satisfacer —sin exclusiones— esa “sed de belleza” de que hablara Martí.

Es deber de sus miembros develar y revelar todo lo que de hermoso encierra el entorno, el hallazgo creacional y la convivencia, porque se trata de una “unión”, susceptible de ganar en fraternidad, en integración, en cofradía, y desde esa unidad exigirse y velar por la excelencia artística, por el desarrollo y promoción de una cultura que preserve lo mejor, lo más auténtico, lo verdaderamente identitario y elevado por su rigor estético; en aras de incidir en la calidad de vida de los pobladores de cada territorio en una suerte de aprendizaje mutuo, destacando el capital simbólico que ha generado la conformación del tejido espiritual de la nación.

Dos cosas dijo el Maestro que apuntan a estas esencias: “Solo hay dicha verdadera en la amistad y en la cultura” y “La cultura, por lo que el talento brilla, tampoco es nuestra por entero, ni podemos disponer de ella para nuestro bien, sino es principalmente de nuestra patria, que nos la dio, y de la humanidad, a quien heredamos”.

¿Cómo llega la vanguardia artística e intelectual holguinera al año del X Congreso?

Llega consciente del reclamo social que le imponen los nuevos tiempos; con insatisfacciones, pero también con logros innegables y con una sistemática y activa participación en la vorágine de eventos que se originan y desarrollan cada año en el territorio holguinero. Llega con numerosos premios y conquistas locales, nacionales e internacionales que destacan a Holguín, por sus indiscutibles méritos y la ubican como una importante plaza cultural, orgullo de sus pobladores.

Algunas ideas para reflexionar: Artistas e intelectuales ante las estrategias de dominación cultural

Sin dudas, la nota más sobresaliente en ese sentido, desligado de todo etnocentrismo, nos viene de la pluma de un intelectual nuestro, de un artista nuestro: José Martí. La publicación de su ensayo Nuestra América diseña una manera de luchar que parte del reconocimiento y valía de nuestros caracteres y valores de identidad, originados y desarrollados en un contexto propio, ajeno a las particularidades del mundo anglosajón.

Martí identifica sabiamente los peligros del aldeanismo y la desunión, refuta los complejos de inferioridad contemplados en la tesis sarmentiana de “civilización contra barbarie” e indica la verdadera naturaleza de ese enfrentamiento ideológico: “No hay batalla entre la civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la naturaleza”.

Aquí comienza el desmonte conceptual de un tipo de erudición que asume la superioridad de lo foráneo en detrimento de lo propio, y no cae en la idea pueril del enclaustramiento, del aislamiento, sino que da mayor peso a la gestión autóctona: “Injértese en nuestras repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras repúblicas.” De manera que el pensamiento cubano, siguiendo a Martí, no debe desorientarse hacia prospectos que obnubilen, debiliten el nervio nacional, desalienten o desarmen.

Con toda claridad El Maestro dijo:

“Imitemos ¡No! Copiemos ¡No! Es bueno, nos dicen. Es americano, decimos. Creemos, porque tenemos necesidad de creer. Nuestra vida no se asemeja a la suya, ni debe en muchos puntos asemejarse. La sensibilidad entre nosotros es muy vehemente. La inteligencia es menos positiva, las costumbres son más puras ¿cómo con leyes iguales vamos a regir dos pueblos diferentes? Las leyes americanas han dado al Norte alto grado de prosperidad, y lo han llevado también al más alto grado de corrupción. Lo han metalificado para hacerlo próspero. ¡Maldita sea la prosperidad a tanta costa!”.

Durante la Feria Internacional del Libro 2017 en Holguín

La Cultura es la Patria… ¿Qué nos puede decir de esta esencia de la nación?

Esta idea cenital de Don Fernando Ortiz parte de considerar, básicamente, el concepto Patria como una construcción cultural que reconoce tácitamente la importancia de lo subjetivo, el enorme valor de lo espiritual como sostén indispensable de la nación. Martí lo resumió magistralmente: “Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”. Esa esencia es nuestro talismán.

¿De ahí también que sean fundamentales las enseñanzas de la historia y la cultura en procesos de soberanía y autodeterminación?

“Nada es nuevo bajo el sol”, reza el Eclesiastés. Desde el surgimiento de los antiguos imperios y su intención manifiesta de sojuzgar a comunidades y pueblos, la imposición de modelos culturales fue una práctica recurrente que encontró distintas maneras de enfrentamiento. Afortunadamente, las tradiciones y esencias socioculturales auténticas contienen una recia fortaleza interior que las defiende “a capa y espada”.

Ahí está el caso de las armas romanas conquistando a Grecia. El portento y vigor de la cultura helénica no solo pudo sobrevivir entonces, sino que el imperio romano terminó asimilando, adaptando y adoptando aquellos valores mitológicos, que incluyeron al mismísimo panteón con todas sus deidades. Siempre hubo, hay y posiblemente habrá pretensiones de dominación desde los centros de poder y estadios hegemónicos.

Junto a Nemesia en la Ciénaga de Zapata

De ahí la extraordinaria importancia de beber en la historia, de fomentar y promover la cultura afincados en la defensa de la identidad y los valores propios, destacando entre ellos, en el mejor legado del pensamiento cubano la búsqueda incesante de la justicia, recordando a Luz y Caballero: “Antes quisiera ver yo desplomadas, no digo las instituciones de los hombres, sino las estrellas todas del firmamento, que ver caer del pecho humano el sentimiento de la justicia, ese sol del mundo moral”.

Entre los peores enemigos de la soberanía y la autodeterminación, está la incultura. Por esta razón, el vigor y la fuerza de las decisiones políticas, le viene de la robustez cultural que las alienta.


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