Noel Guzmán Boffill Rojas. Foto: Internet
La COVID-19, la misma a la que le dedicó más de 40 de sus últimas pinturas y dibujos, los que hizo con la misma colorida y audaz imaginación con que trazó la mayor parte de su obra pictórica desde los años ochenta del siglo anterior, nos arrebató la vida del artista de la plástica villaclareño, Noel Guzmán Boffill Rojas, este 3 de agosto, un día antes de cumplir 67 años.
Según reseñó el sitio digital de la Uneac, Boffill Rojas, nació en San Juan de los Remedios, ciudad patrimonial del norte de Villa Clara, pero llevaba varios años residiendo y creando en Santo Domingo, aunque su comunidad natal continuó como el tema más recurrente en sus obras que bien pueden calificarlo como un pintor o dibujante Naif o Popular, sin duda, uno de los más relevantes de Cuba.
Roberto Ávalos, crítico de arte y uno de los especialistas que más conoció y estudio la obra de Boffill, asegura que entre el segundo lustro de los ochenta y en el último decenio del siglo XX el artista alcanzó el reconocimiento de la crítica especializada e integró importantes proyectos curatoriales dedicados a la promoción del arte popular cubano, entre ellos Pintores primitivos cubanos (1989), I Bienal Centroamericana Rubén Darío, Managua, Nicaragua; Inventario de cosas naturales (1990), Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, La Habana y Pintura y orfebrería cubana (1998), Feria de arteBA, Buenos Aires, Argentina.
Las profecías de Ezequiel, obra en Museo Nacional de Bellas Artes. Foto: Internet
En 1996, el Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana, adquirió obras suyas, una de las cuales se exhibe en la colección permanente de esta institución. Se trata de la pieza titulada Las Profecías de Ezequiel, la que data de 1987.
Según el propio Ávalos, Boffill recorrió de manera ingenua y hasta cierto punto con una sugestiva genialidad, las vanguardias de la plástica con su pincel naif o primitivista. Entre sus recursos pictóricos se destacó por el uso del color con una paleta parrandera, impregnada de la religiosidad popular, donde el panteón católico y el afrocubano se dan la mano en inefable abrazo.
Sus visiones remedianas, dijo, de sus parrandas en particular, se inscriben en una larga tradición del arte popular de la antigua provincia de Las Villas, que ya podemos advertir en las pinturas de los techos de la parroquial de la octava villa. Su impulso creador alcanzó a su esposa Maritza Atanes y al hijo de ambos, Darién.
Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, Boffill, realizó múltiples exposiciones personales y colectivas, tanto en Cuba como en el extranjero. Sus cuadros integran importantes colecciones permanentes sobre todo de instituciones nacionales como el Museo de Bellas Artes, el Centro Wifredo Lam, la Colección Haydée Santamaría, de la Casa de las Américas y el Consejo provincial de las Artes Visuales de Villa Clara.
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