La ecuación vivir en lejano municipio + lluvia + guaguas, impidió que pudiera hacer la proyectada crónica del estreno del largometraje documental Sueño de Isla, que bajo la dirección de Rolando Almirante toma como tema la vida y obra del trovador cubano Gerardo Alfonso Morejón.
La premier tuvo lugar el pasado 9 de julio en la sala Chaplin de La Habana, y el filme tuvo una gran recepción, pero esto no es noticia; Gerardo Alfonso (La Habana, 1958), es uno de los más entrañables y populares cantautores cubanos, y por lo que cuentan algunos de los asistentes, Almirante logró conmover con este tributo merecido al artista, desde la inteligencia y la buena factura.
El director, que también fue el guionista del documental de Gerardo, como de seguro se comenzará a conocer esta producción, se atrevió a plasmar más de cuarenta años de creación artística de un hombre, de muy variadas facetas intelectuales, de criterios sólidos y que ha marchado siempre con su tiempo.
Con el infortunio a cuestas por no haber presenciado el estreno y el concierto que Alfonso ofreció después junto a Tobías y Diego, sus hijos «que cazan ratones», le solicité tener una conversación para conocer sus sentimientos hacia el documental y la experiencia primera de compartir el escenario con sus vástagos.
Dice Almirante que Sueño de Isla no es un filme biográfico. ¿Qué es entonces?
Es como una reseña de mi vida, hay algunos rasgos biográficos pero no abundan en detalles, como las escuelas que estudié, las influencias que me llevaron por los caminos que transité, etc. Los momentos significativos de mi trayectoria artística, desafíos, fracasos y éxitos. Pero todo esto también pudo hacer del material un documental denso, extenso y más crítico o quejoso. Cómo está me parece ameno, como para introducir a un Gerardo no muy conocido.
Gerardo Alfonso junto al realizador Rolando Almirante.
¿Cuáles son algunas de esas características de «Gerardo no muy conocido»?
Muchas, no soy académico, toco el piano desde niño y lo empecé a explotar a partir de los noventa. Los filmes realizados, mis grandes y pequeños eventos. Mi visión del mundo por propia experiencia; mis glorias y derrumbes, y así, muchas cositas…
¿Tuvo la libertad de proponer temas que le interesaba destacar?
Sí, yo le di mi autobiografía para que él escogiera diversos temas de interés. Y el seleccionó trillo por donde tomar que fuera perfilando una determinada imagen dentro de un contexto específico.
Cuénteme, por favor, de esa escena en la que explica lo que está pasando con el rodaje, pandemia mediante, y confiesa sus expectativas con el documental.
Yo pensaba ahondar en el asunto musical mis estilos, los pro y los contra de la carrera, en fin…, mi arsenal y vino la pandemia; no sabíamos que hacer, yo tenía pánico a salir a la calle, toda la humanidad estaba desconcertada, pero cuando pudimos enrumbar la brújula salimos y ya Almirante tenía un plan trazado.
Yo solo sabía que sería original por realizarse en un parte aguas que fue la pandemia, es como hacer un documental antes, durante y fin de una guerra.
En esa escena a la que refieres, yo dije directamente que ese no era el documental que pretendíamos antes de la pandemia, y lo dije en el mismo lugar donde comenzamos el documental más o menos, la misma ciudad desértica y yo con barba del enclaustramiento.
En el tráiler usted dice que el audiovisual es « profundo, que se adentra en lo más honesto y sincero de mí al hurgar en la relación con mi entorno»; ¿podría ampliar esta valoración?
Ese fue el punto de partida. De esa premisa, quisimos lanzarnos y aunque fue honesto y sincero, hay preguntas que no se tocaron, por infinidades de razones, pero lo dicho fue sincero, honesto y hasta cierto punto profundo
¿Le satisface la manera en que el realizador abordó su perenne relación crítica con la realidad?
Sí, esta correcto. Si nos dejaran, pudiéramos haber hecho un discurso incendiario y largo, pero las imágenes, las fotos, se encargan de complementar lo que digo. Son como signos, como telones de fondo que anuncian algo ahí, detrás.
¿Qué inconformidad le quedó con el documental? ¿Hasta dónde no pudo llegar?
Bueno…, ya te dije. Yo soy para el público un artista, cantautor. Me hubiera gustado profundizar en ese campo desde el punto de vista artístico, donde la poética me define, la singularidad de mis géneros que fueron tocados, pero me hubiera gustado dejar plasmado la novedad de dos géneros musicales como esos en el país de la rumba y el son como lo más sublime, es decir todo mi universo artístico más ampliado…
¿Qué sentimiento primaba en usted al final de la proyección de Sueño de Isla?
Que se hizo un poco de justicia, que he recuperado algo de un Gerardo Alfonso que se hubiera tragado el ninguneo y la mala onda que pulula en nuestro sector, que hace que el tiempo te destiña hasta que desaparezcas.
Yo se quién soy, pero el público en general no me conoce en correspondencia con la obra acumulada e interpretada por los numerosos artistas de Cuba y del mundo. En correspondencia con la influencia de mis canciones en la cultura cubana y el servicio que han brindado, incluyéndome a mí como sujeto artístico.
Se hizo justicia en alguna medida.
Ahora hablemos del concierto con Diego y Tobías. ¿Era un viejo sueño? ¿Lo diseñaron entre los tres?
Bueno, no estaba premeditado. Yo he querido que ellos sean lo que deben ser por sus esfuerzos. Esto es una convicción que tengo. Yo no tuve padrinos y tuve que forjarme una fortaleza para sobrevivir con la canción a cuestas, conclusiones muy personales y carácter que sirven de pedestal para pararte de acuerdo a tu altura y nada, ni nadie, puede bajarte de ahí.
Eso quise y quiero para mis hijos, y ya, al nivel que han alcanzado los dos estaban listos para presentarse en cualquier escenario. El documental los incorporó como parte de mi familia y yo los sumé al concierto que apoyaría la presentación del mismo.
Ellos estuvieron de acuerdo y preparamos ese programa original donde papá se asocia con sus hijos para hacer uno de los conciertos más amado por mí en toda mi carrera. Un concierto de tú a tú con mis hijos, dónde se pone de manifiesto una ley de Darwin y el mejoramiento de las especies.
Fotos: @joel_reyes_96. Tomadas del perfil de Tobias Alfonso.
¿Piensas que el real mejoramiento de la especie humana es que los hijos superen a los padres? Logro con el cual también los padres progresan en lo personal…
Sí, absolutamente, les veo crecer y me maravillan los caminos por donde ascienden, como los alpinistas y aprendo que todo está por aprenderse y aprendo de ellos. De algún modo ellos son también mis padres.
¿Qué fue lo mejor del ensamble, en su opinión?
La parte en que ellos expusieron sus propuestas individualmente. En segundo lugar esa mezcla de música clásica y popular como un todo único. En tercer lugar cuando me acompañan como un trío en mis canciones.
Volvemos a los sentimientos ¿Creció con este concierto su orgullo de padre?
¡Claro! Ellos sostienen, embellecen y le dan altura al hogar. Sus actitudes, sus resultados, sus principios y voluntades son un tesoro « en los tiempos del cólera».
¿Qué provocó en usted que el público, cuasi en pleno, acompañara con palmadas Sábanas blancas?
Corroboró una idea que tengo de esa canción, y me perdonas la inmodestia; es un himno de amor y un patrimonio. La gente reacciona a su propia esperanza, es un acto de defensa de lo que somos y yo estoy orgullosísimo de dar algo que ayude donde quiera que estén a mantenerse firmes, en pie y orgullosos de lo que son.
¿Sería usted el mismo hombre si no hubiera compuesto esta canción? ¿Esto se aprecia en el documental?
Sí, hubiera sido el mismo, no sólo eso, soy el mismo niño de sexto grado que tú conociste, el mismo adolescente y el mismo hombre a los que Dios, el éter, la naturaleza, y las circunstancias le dictan qué canciones escribir y a veces son trascendentes, a veces son un golazo.
Creo que se nota algo, y la gente lo percibe y lo agradece con sus aplausos.
Deje un comentario