Foto: cortesía de la entrevistada
Por primera vez la intérprete y actriz Gretel Cazón se presentó en concierto en el legendario Teatro Martí. Con el espectáculo, “En persona”, así satisfaría el deseo de compartir con el público un repertorio que la llevó a presentarse en diferentes escenarios cubanos en internacionales.
Un escenario custodiado por el recuerdo de grandes de la escena, le vio asumir una travesía musical extensa que abarcó desde Los Andes, las siempre verdes cataratas del Iguazú, hasta perderse por el lago de Maracaiboahí, sin dejar de respirar el fresco de Michoacán y el aliento irrenunciable de la Ciudad Luz, así hasta desembocar en ese puerto seguro que es esta isla de música, a la que siempre se regresa desde lo filinero hasta el son.
En cualquier caso se trató de un espectáculo signado por el buen gusto que contó entre sus invitados con el sabio de la palabra, Miguel Barnet, los maestros Bobby Carcassés, Alina Torres, instrumentistas de la talla de Rolando Luna, entre otros valiosos cubanos que tanto nos distinguen.
A propósito de este concierto, Gretel comentó:
“Estamos muy felices de haber podido convocar a tantas personas y haber podido llenar la sala del Teatro Martí; fue muy calurosa la acogida de un público diverso, entre los que encontraban colegas artistas como Zaida del Río, Mirtha Ibarra, Diana Balboa, Néstor Jiménez, Alejandro Palomino, ellos junto a médicos, amas de casa, vecinos de amigos, de hecho contamos con personal diplomático, o sea, sea un público heterogéneo que me hizo sentir muy bien acogida.
Y si eso es maravilloso, la otra parte lo es igual de impresionante, la cantidad de aplausos, el cariño, los elogios al final, las emociones que sentimos fueron compartidos entre lágrimas, coros, risas, y sí todo ello se confabuló para que se cumplieran con creces las expectativas iniciales.
De hecho, ahora ante este recuento que me pides, me cuentan que fue sorprendente para el público, cuando se encendió la luz de platea y sintieron la voz de Miguel Barnet y el seguidor lo iluminó y lograron verlo diciendo su poema “Oriki para Bola de Nieve”, acompañado por la Orquesta, y luego el tema “Por el monte Karulé”, ese canto anónimo, arreglado e inmortalizado por nuestro Bola. Fue un momento muy emotivo, en tanto privilegia la cubanía, desde un arreglo maravilloso. Y el público sintió ese ritmo esa cadencia de la música cubana que no conoce del paso del tiempo. Realmente creo que fue un encuentro lleno de emociones”.
Termina el concierto, ¿qué comienza después para Gretel?
“Esto que te comentaré siempre me pasa cada vez que termino una presentación, cualquiera que esta sea, y es que inmediatamente me creo un compromiso con todas esas personas que asistieron, con las que te piden más, que sintieron que el concierto se les acabó y desearon seguir escuchando ese repertorio, que se identificaron con la puesta, y esa es la mayor motivación para seguir cantando y preparando y soñando con nuevos encuentros. Eso es lo que sigue”.
¿Podremos disfrutar del concierto?
“Sí, el concierto fue filmado por la televisión cubana, Roxana Duvergel, Héctor Galán, Yadel Peláez…y me hace muy feliz que la televisión se haya acercado allí, con su remoto, un equipo profesional de muchos técnicos; les agradezco su bondad de acompañarnos y grabar ese momento tan importante para todos nosotros, porque sabes que por muy emotivo que sea es efímero y solo la posibilidad de grabarlo lo eterniza, Entonces ya sabemos que va a llegar a muchas personas, especialmente porque será transmitido por Cuba visión .”
¿Definitivamente, cómo defines este concierto?
“Pues creo que es el más popular de los más recientes que hecho, debido a las canciones que se interpretaron.
Estoy muy feliz de haber contado con los invitados que tuve: Bobby Carcassés, Alina Torres, Rolando Luna, con el que compartí un momento, para mí sublime, con “La vie en rose”; muy agradecida por haber contado con Irving Frontela, excelente concertino, Ricardito otro valioso violinista. Las gracias a las cuerdas que nos acompañaron, excelentes maestros, a mis musas, mis diarias compañeras de quehacer: Gardenia Laborde y Marlén Martínez. Era un sueño haber podido tocar junto a ellas en Cuba, Carlos Ernesto Varona, en la guitarra con quien repetí la experiencia, y otros muy jóvenes con un futuro brillante, dada la grandeza que muestran; qué decir de René Arencibia, encargado de la puesta en escena, muy feliz también con el equipo del Teatro Martí, por su excelente equipo de trabajo; con el apoyo de la Oficina del Historiador, por la presencia del maestro Barnet, por la seguridad que ofrece el Centro Nacional de Música Popular, empresa a la que pertenezco—de ahí parten muchos de los sueños— a la eficiencia de Lucy Téllez, en la producción.
Creo que fue un trabajo muy grande y cohesionado que me dio la satisfacción de concebir este concierto como un bello sueño del que ya no voy a despertar.”
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