Este miércoles sesionó el consejo de la Asociación Nacional de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. El encuentro, ocurrido en la sala Rubén Martínez Villena, debatió el destino y las preocupaciones de una membresía de 1794 creadores con que cuenta la Asociación.

El espacio permitió una mirada retrospectiva al papel de la UNEAC y sus artistas en el periodo de enfrentamiento a la pandemia. Medios y aportes de la COVID-19, derechos de autor, decreto 373, patrimonio y desarrollo de las relaciones con el MINCULT y el ICRT marcaron las pautas del debate interno y externo.

La cineasta y presidenta de la Asociación, Lourdes de los Santos, comentó sobre los encuentros online de Moviendo los Caracoles y el abordaje de temáticas que incluyen los programas de participación radial y televisiva, el humor en Cuba, la política musical en la radio y el patrimonio audiovisual.

A esta lista de actividades se sumaron los talleres de superación de especialistas, la creación de un archivo digital de los Premios Caracol y la realización de los espacios teóricos del Evento Caracol 2020, trasmitidos por la televisión cubana y en el canal de YouTube de la asociación.

Luis Morlote Rivas, presidente de la UNEAC, enfatizó en la necesidad de hacer más partícipes a los miembros de la organización en sus procesos de trasformación. Asimismo, hizo hincapié en una promoción efectiva y una estrategia de comunicación que visibilice la labor que esta ha realizado y realiza actualmente.

Es importante establecer una comunicación directa entre los jóvenes y las instituciones. Profundizar en las polémicas artísticas se hace necesario en el contexto actual/Foto de la autora

Próxima a cumplir sus 60 años de existencia, la UNEAC continúa buscando maneras de reinventarse en la realidad cubana actual e insertarse en las nuevas lógicas de producción y consumo que exige la era digital. Los creadores de la Asociación de Cine, Radio y TV, buscan estos caminos y muchos de ellos manifestaron sus opiniones e inquietudes sobre el panorama artístico actual.

El crítico Rolando Pérez Betancourt recalcó las preocupaciones de muchos jóvenes con respecto a los conceptos de libertad de expresión y creación. Establecer una comunicación directa entre estos y las instituciones, profundizar en estas polémicas — como apuntó— se hace necesario en el contexto actual.

«La UNEAC como institución debe dar una perspectiva desde el punto de vista de la creación artística de lo que es la libertad de expresión. No podemos seguir aferrados a viejos moldes de interpretación de las obras. Nosotros podemos ayudar a terminar con la censura, a partir de la libertad revolucionaria y no de los encasillamientos que nos siguen haciendo daño», expresó.

Por su parte Marilyn Solaya, productora y directora, abordó la necesidad de diversificar las parrillas con temáticas de género, racialidad, la mujer y cómo se trata el cuerpo de estas en los productos televisivos y cinematográficos. La realizadora destacó el cómo se va logrando una mayor equidad en el panorama de autores del audiovisual cubano.

«Es muy importante el asunto de cómo nosotros llegamos a desarrollar nuestros productos con belleza. La belleza es algo que en el socialismo no hemos alcanzado, un asunto pendiente. A veces se cree que está relacionada con cierta banalidad, pero esta tiene que ver con el sentido exacto de la combinación, algo esencial para comunicar», comentó el director Alejandro Gil.

Para este realizador, aun cuando hay una estructura económica que atenta contra el proceso creativo, es importante alcanzar una estética en los productos nacionales en cuanto a guion, fotografía, armonía, control de la luz y puestas en escena. De esta manera se crearán contenidos que sean atractivos para el público y, a su vez, los enriquezcan intelectualmente.

El productor musical Joseph Ross profundizó en las lógicas que han marcado la evolución del videoclip cubano. «En este ámbito es más fácil observar un desarrollo porque en nuestro contexto existe un mercado que funciona a partir de oferta y demanda. Si el producto no tiene una factura no se te contrata. Esto conlleva a un rigor profesional a la hora de trabajar».

En este ámbito una de las oportunidades que ha emergido, es el Fondo de Fomento del Cine Cubano, una forma de generar oportunidades de producción para los realizadores nacionales. Ramón Samada, presidente del ICAIC, comentó sobre el proceso de reparación de los cines cubanos y la circulación de la Revista Cine Cubano en formato digital.

«La primera convocatoria del fondo incluyó escritura, co-producción y desarrollo. Un mes después salimos con ópera prima, producción y cortometraje. Lo cierto es que dentro de un año vamos a tener 7 películas, cine documental y ficción, cosa que es muy difícil de alcanzar en el ICAIC. Hay que construir la industria cinematográfica y audiovisual cubana, insertarla en el proceso económico que va a ocurrir en el país».