Invitada al recién finalizado Festival Jazz Plaza, la intérprete cubana radicada en Suiza, Susana Orta regresa al escenario nacional con una nueva propuesta titulada Heredad, que le acerca a la savia de la cultura afrocubana como inspiración.
¿Qué propone este regreso musical a la Isla?
“Regreso con una nueva propuesta discográfica, bajo el título de Heredad. Se trata de un EP concebido un tiempo antes de la pandemia, que no pudo ver la luz justo porque cuando lo lanzamos se produjo aquel terrible cierre global; luego salí embarazada, nació mi hijo Moreno y el disco, por tanto, quedó como congelado en el tiempo. Quiere decir que es un álbum que se asoma a la vida por primera vez en Cuba”.
¿Qué distingue a Heredad?
“Heredad” lo distingue las melodías yorubas; ellas fueron el punto de inspiración para componer la música que integra el material. Un trabajo que está signado por la herencia que me dejaron mis dos abuelas. Yo digo que soy un producto de lo que ellas fueron. Así lo siento, y es por ello que el disco es dedicado a ellas: mi abuela paterna, que fuera cantante y profesora —yo, como ella— y la materna, ama de casa, educadora de niños, muy alegre y madre de seis hijas. Por tanto Heredad es esta raíz mía, que principalmente fue expresada gracias a la ayuda de los músicos que grabaron el disco: el pianista Nicolas Gerber y el percusionista Jean Baptiste Baldazza. Ellos iniciaron la travesía del álbum; pero como decía, debido a la pandemia, ellos se vieron obligados a tomar otros rumbos para sus vidas, lo que me llevó a conocer a los músicos con los que me presenté en el Festival Jazz Plaza y que en estos momentos me acompañan. Ellos son José Braide Leyva Valdés (piano) y Alberto García Navarro (percusión).
Cierto es que desde hace muchísimos años estoy intentado crear un proyecto pequeño, íntimo e, indudablemente, Heredad ha sido la oportunidad de hacerse realidad. Estos músicos que hoy llegaron a mi casa en Cuba se han encargado de otorgarle un aire nuevo a esta música. El pianista también es cubano; el anterior suizo, y el percusionista, canario; el primero, francés. Quiere decir que la identidad insular de estos últimos se ha encargado de inundar a toda costa la esencia del álbum. Es una manera otra de apreciar, entender y asumir la música; y eso está volcado en este nuevo hacer.
Estamos interpretando, por tanto, Heredad con los nuevos aires de los integrantes que han llegado al proyecto”.
¿Cuánto te significa musicalmente?
“Para mí una buena melodía es algo que me inspira y reta. En este caso las melodías afrocubanas —con las que estoy profundamente identificada y comprometida— son simples, y yo he querido cambiar un poco eso, no por mejor o peor, simplemente porque me interesaba unir dos melodías de modo que ellas conformaran una canción. Y eso es lo que define musicalmente este disco. Y eso también es para mí Heredad: el punto de partida de conformación de un repertorio diverso y conmovedor”.
¿Qué expectativas tenías con esta presentación en Cuba?
“No llegué con expectativa alguna con el proyecto; solo quería interpretar esta música en mi país, y que la pudieran disfrutar en primera instancia quienes asistieran al Festival Jazz Plaza. Necesitaba que sonara en el lugar donde yacen sus esencias, y así fue. Lo demás salía solo, tal y como sucedió”.
¿Cómo ha sido la acogida de Heredad?
“He quedado sorprendida con la acogida del público que ha sido diverso porque al Festival internacional de jazz no solo asisten cubanos, y casi todas las personas que se me han acercado al terminar cada uno de mis conciertos me han dado su sentir y más de una ha coincidido en que es una sonoridad que emociona, que da la impresión de hacer coexistir mayor cantidad de músicos en escena de los que realmente somos, y que convergen los instrumentos de tal manera que resulta muy especial la sonoridad.
Y algo de eso hay realmente porque, en primer lugar, no tenemos bajo; este en ocasiones se suple con el cajón y la mano izquierda del pianista, y ese recurso ha gustado. Ahora mismo recuerdo un trabajador de la Casa de África—donde nos presentamos— y ese señor al escucharnos en el ensayo con el tema que sirve de opening en la presentación (canto a Eggun o muertos) nos confesó haber escuchado el tema muchas veces con un tono triste, y para su sorpresa, nuestra versión le resultaba muy alegre. Y eso nos dio otro punto de vista de cuanto estamos haciendo, y cómo hemos transgredido la mera escucha para ser parte de la interpretación de público… y eso representa un gran compromiso y una mayor felicidad para nosotros”.
Quedan los ecos del Jazz Plaza y con ello llegan los proyectos. ¿Qué me adelantas?
“Hay varios proyectos, con Susana O trio específicamente; ya estamos trabajando en nuevas composiciones y puede ser que el próximo álbum que hagamos este año ya no sea tan acústico; sino un poco más electrónico. Es la idea primaria que tenemos de estas nuevas composiciones.
De la misma manera puedo anunciar que estoy al lanzar un single bailable de la autoría de Luisito Aballe, otro músico cubano—percusionista, pianista, productor— que también vive en Suiza.
Continúo con mis presentaciones con la agrupación “Siga volando”, una orquesta charanga suiza y con ellos estoy preparando un homenaje a la gran compositora e intérprete Marta Valdés, por sus noventa años. Estos son los proyectos que posiblemente se susciten entre 2024 y 2025; esperemos que todos se puedan realizar, me daría muchísimo gusto, especialmente el homenaje a Marta”.
¿Qué sabor te deja este regreso?
“He quedado completamente satisfecha, ha sido más de lo esperado, se han unido a mis presentaciones artistas valiosos músicos como, Yasel Muñoz Álvarez, flautista, con quien compartí en la Casa del Alba, Yasek Manzano que asumió junto a nosotros una presentación hermosa en la Casa de África. Fue un concierto que yo procuré hacer porque quería presentarme allí, precisamente por las características del lugar y su vinculación con mi proyecto. Además de que en ocasión del Cubadisco 2023, la visité y me había impresionado mucho por la energía y ambiente del lugar, así como por el público que asiste a las presentaciones. Por eso insistí en hacer esta vez una presentación allí, gracias a su director, Alberto Granado que me abrió las puertas del museo. Y repito fue un concierto con el que quedé totalmente satisfecha; resultó mágico. Las personas que compartieron el escenario conmigo allí como Dania Oduardo, repito, Yasek Manzano, lograron un encanto tal que fue sorprendente lo bien que funcionaron; no imaginé que llegara a tanto.
Como cierre nos presentamos en La Pérgola del Pabellón Cuba junto a la maestra Robertina Morales y su proyecto Arte Joven, con los que interpreté “Ruego a Yemayá”, tema de Alina Torres y resultó muy conmovedor.
Con el paso de los días creo que aun estoy en el aire con las emociones vividas en el Jazz Plaza, entre los conciertos a lo que asistí como público y los propios, tengo un “ajiaco musical” en mi cabeza que tengo que acomodar porque es muchísima información tanto musical como personal, que me deja más que complacida con las presentaciones. No puedo dejar de mencionar en ese sentido las de Michel Herrera y el “Homenaje a Bola de Nieve”; el de clausura de Roberto Fonseca junto al Ballet Nacional de Cuba, y Estrellas del Buena Vista, hechos que, sin dudas, aportaron a mis presentaciones”.
¿Se abre posibilidades de colaboración para Susana O trio con músicos cubanos?
“Indudablemente creo que habrá porque se une a todo este universo de emociones vividas la posibilidad de compartir con artistas a los que no conocía en persona, como es el caso de Giselda Fuentes, productora del Grupo Canela, con quien conversé mucho y quedamos en contacto para colaborar, lo cual me ha encantado; compartí también con Belinda, líder de B´Jazz, agrupación joven muy talentosa.
He recibido por demás propuestas de trabajo; algunas las cederé a amistades artistas pues ya no estaré en Cuba; pero quedo pendiente de mi participación en la Feria Internacional del Libro que estará dedicada a Brasil, y estamos tratando de organizar algo para que Susana O trio también se presente o en una variación porque el pianista ya se marchó, no obstante queda el percusionista y tal vez el encuentro tenga músicos invitados.
Quedo muy contenta con los nuevos artistas que conocí y sigo organizando el tiempo para seguir haciendo esta música que tanto nos llena”
De esa manera ha sido el tránsito de Susana Orta por el Festival Jazz Plaza y prepara próximos proyectos asociados con sus más genuinas raíces, muchas de las cuales bajo el término de Heredad nos obsequió el legado de sus abuelas que es savia de vida.
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