A denunciar las diferentes manifestaciones que del neofascismo se aprecian actualmente en el planeta, ha dedicado su primera edición la Bienal Internacional de Humor Político que se estará desarrollando en La Habana del 14 al 28 del actual mes de junio.
Cerca de medio centenar de artistas de 24 países presentarán por esos días sus obras en distintos espacios de la capital cubana, destacando entre ellos la Galería 23 y 12, donde en la jornada inaugural quedará inaugurada la exposición central del evento, cuyos mejores trabajos serán premiados en la tarde del día 27.
Otras muestras dignas de ser destacadas son la colectivas sobre Fidel y Julian Assange, así como la bipersonal del mexicano Arturo Kemchs y el venezolano Iván Lira que quedarán abiertas al público en el Centro de Prensa Internacional.
De igual forma revestirá interés para cubanos y extranjeros la organizada por el Museo Nacional de Bellas en su sede, la cual posibilitará apreciar la evolución del humor político en nuestro país a través de los fondos de la prestigiosa institución.
Otras formas del arte se sumarán a esta denuncia del neofascismo que proporcionará la Bienal, entre ellas el teatro con puestas en escena de obras alusivas al tema en las salas Adolfo Llauradó y Tito Junco, al igual que el cine mediante una programación especial en el 23 y 12, el Yara, el Riviera y La Rampa; en tanto la música se hará presente en los conciertos del Pabellón Cuba.
Para el debate y la reflexión se han deparado varios espacios, como el evento teórico que tendrá lugar en el Centro de Prensa Internacional en la mañana del día 19; la videoconferencia “Humor Político y Comunicación” que se ofrecerá el martes 25 en la sede de la Unión de Periodistas de Cuba, UPEC y los conversatorios que tendrán lugar en la Universidad de las Artes, la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro y la Universidad de La Habana.
Presentaciones de libros, visitas a escuelas y hasta un guateque campesino forman parte del programa de la cita que ha sido auspiciada por el Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de las Artes Plásticas y la revista La Jiribilla.
Por su carácter irreverente, la fácil comprensión de sus contenidos y provocar en los individuos una reacción cuando menos cercana a la alegría, a la satisfacción, el humor político resulta una herramienta eficientísima para la denuncia, la advertencia y la sanción.
Enfocarlo en la condena a las peligrosas expresiones del neofascismo que se ponen de manifiesto en el planeta es, ya en principio, un acierto de esta primera edición. Lograr que regrese dentro de dos años, es un reto que ayudará a vencer la prevalencia de un ambiente de paz y justicia en el mundo.
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