El Premio Nacional de Teatro (2006) y Premio Nacional de Cine 2021, Mario Balmaseda ha fallecido, esta noticia que, por posible, no deja de conmocionarme.

Y es que Balmaseda forma parte del sentir cubano. Su personaje de Reinier en la serie “En silencio ha tenido que ser” marcó a varias generaciones de casa, así como su apropiación con absoluta humildad de la entereza del Titán de Bronce. Por su parte en la telenovela “Un bolero para Eduardo” su natural prestancia, unió el rigor de una actuación que siempre le distinguió.

Mario Balmaseda en De cierta manera

Reinier en la serie “En silencio ha tenido que ser”

Lo dramático con algunas pinceladas de humor le hicieron moverse en el filme “Se permuta”, por entonces como pareja de Isabel Santos, flme donde ambos crearon una atmósfera de credibilidad tal, de aquello que, con juventud y experiencia, se enrumbaron hacia un seguro éxito.

Personajes negativos en filmes como: “El hombre de Maisinicú”; “La última cena” y “El Brigadista” afirmaron, tras su actuación, como estos roles son capaces de engrandecer las historias. El actor en cada uno de estos personajes encarnó conflictos, contradicciones, rudeza, criminalidad, pero sobre todo mostró al hombre en su contexto, aun cuando el camino de ellos fuese el equivocado.

Su manera de hablar pausada, como si cada frase llevase consigo una explicación, además de esa sonrisa que lograba iluminar su rostro y parecía atrapar el alma, se extrañarán en la escena cubana, aun cuando nunca falte la oportunidad de referirlo una y otra vez, cuando de excelencia actoral se trate. Estos son algunos ejemplos de la grandeza histriónica y como ser humano de Mario Balmaseda, quien es indudablemente de los imprescindibles en la historia de las artes escénicas cubanas.