Necesaria reflexión sobre Código Color. Memorias


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Cartel oficial del documental

Códigos, esquemas, relaciones humanas, son algunos de los conceptos que engloban importantes nociones culturales y que abarcan fenómenos sociales fundamentales. En esta ocasión abordaremos las encrucijadas etimológicas que brinda el término código. De acuerdo con las conceptualizaciones actuales este vocablo: “En la teoría comunicacional, comprende a lo enunciado a través de un mensaje. Los códigos están constituidos por símbolos, señales o signos, interconectados a través de ciertas reglas, que les dan sentido y coherencia, y que permiten la comunicación” (DeConceptos.com, 2021).

Mas, de eso se trata: de símbolos; las construcciones culturales que median las relaciones sociales representadas principalmente por el lenguaje. Sin embargo, “También hay códigos no escritos pero que son verdaderas reglas de conducta a seguir, como los códigos morales, de vigencia universal que compilan en el corazón de los hombres los valores compartidos por toda la humanidad, como el respeto a la vida, o a la libertad, y son fuente del Derecho Natural” (DeConceptos.com, 2021).

Y si de respeto a la vida se trata o de Derecho Natural del hombre, se debe referenciar el respeto a la otredad. En este caso para hacer el tema explícito es honrar la condición humana, más allá de cualquier diferencia física. Esta es la premisa del documental  Código color. Memorias, realizado en el año 2015 por el director William Sabourin O´reilly con el apoyo de la Fundación Caguayo a través de su presidente Alberto Lescay Merencio.

Este material indaga en el punzante tema de los prejuicios raciales a través de tramos históricos experimentados en la oriental provincia de Santiago de Cuba. Logra trasladar al espectador a los años cincuenta del pasado siglo a través de la estrategia narrativa de testimonios e imágenes de archivo. Estas últimas constituyen reseñas audiovisuales de una realidad que puede parecer bastante alejada en el tiempo, aunque muy cercana para personas que fueron testigos y en diversas ocasiones víctimas de la discriminación racial. 

Fotograma de Código color. Memorias

El audiovisual es una aproximación testimonial a esta arista. Utiliza el color como táctica conductiva. El rejuego visual constante con imágenes de elementos sugerentes como los mosaicos de las escenas iniciales suministra el sello distintivo para demarcar la pluralidad a la cual hace alusión en su premisa. Se suceden fotogramas sugestivos que dan la sensación de estar tocando texturas al igual que el repertorio de pieles humanas con diferentes matices, que transmiten rotundamente el mensaje de la obra. El refuerzo con secuencias donde se está realizando el proceso creativo es primordial para otorgar esa inyección dramática, lo que amplía la experiencia sensorial del espectador. Fragmento notable es la voz en off que revive las palabras del alcalde Desiderio Arnaz satanizando y discriminando las actividades desplazadas en los carnavales santiagueros como una manifestación de los negros y mestizos.

Código color. Memorias alude a una problemática real que ha existido y que se puede decir aún se encuentra arraigada en la nación cubana. Cabe resaltar que es una necesidad realizar acciones que permitan neutralizar cualquier proceso de amplificación de este fenómeno social. Por tanto, tiene sentido recordar la afirmación del investigador Alejandro de la Fuente cuando reflexiona:

Seamos francos. Si identificar a la gente de acuerdo con su “raza”, si hablar de negros, blancos y mulatos es, como dijo José Martí en Mi raza (1893), un pecado contra la humanidad, los cubanos merecemos ser excomulgados en masa. ¿Pero es realmente pecaminoso hablar de un tema tan central en el proceso de formación y representación de la cubanidad? ¿O debemos, por el contrario, reservar la excommunicatio para aquellos que se han empeñado en institucionalizar el silencio alrededor de este y otros temas? (Fuente, 2000)

Es decir, Código color. Memorias es una manera racional, humana y didáctica de romper ese silencio acerca de hechos que aún subyacen en la sociedad cubana y que deben ser resueltos. El camino, definitivamente, no es el silencio. La sociedad cubana dio, décadas atrás, el paso inicial para el rompimiento de una barrera acentuada pero es necesario seguir combatiendo una problemática que fue construida y reforzada por más de cuatro siglos. Debe ser recordado que la raza puntualizando lo planteado por Fuente (2000, pág. 43) también fue un factor determinante en la formulación de la idea de cubanidad. En este aspecto el audiovisual brinda relevantes datos que demuestran lo agudo del tema.

Sin lugar a dudas, Código color. Memorias constituye una construcción tangible y coherente de la lucha contra la segregación racial. Es la paráfrasis visual del enfrentamiento a este mal de la humanidad. Una gota más para librar esta batalla infinita de reivindicación de la conciencia del ser. Vale la pena repetir las palabras de Guillén que dan inicio a la obra: “Por lo pronto el espíritu cubano es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá un color definitivo. Algún día se dirá: “Color cubano”.

 

Trabajos citados

DeConceptos.com. (25 de marzo de 2021). Recuperado el 25 de marzo de 2021, de DeConceptos.com: https://deconceptos.com/ciencias-juridicas/codigo

Fuente, A. d. (2000). ¿Orden racial o democracia racial? La raza y las formulaciones de la cubanidad. En A. Fuente, Una nación para todos (págs. 43-86). Madrid: Ediciones Colibrí.

Fuente, A. d. (2000). Una nación para todos. Raza, desigualdad y política en Cuba. 1900-2000. Madrid : Editorial Colibrí.

 


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