Hasta mediados de abril se encuentra abierta al público en Galería Servando Distancia, exposición que reúne la obra más reciente de Niels Reyes (Santa Clara, 1977), artista que da un gran peso a la tradición pictórica en su quehacer, imprimiéndole siempre un sello muy personal.
Concluida la XIII Bienal de La Habana, hace casi un año, comenzó a trabajar en estas obras –nueve óleos de pequeño y mediano formatos- dando rienda suelta a lo que constituye una constante en su trayectoria: la experimentación en el lenguaje, generalmente con el rostro humano como marco referencial.
Sobre su más reciente propuesta, este destacado representante del arte cubano contemporáneo, accedió a intercambiar con el Blog Cubarte.
¿Qué nos trae de nuevo en esta exposición?
“Un proceso al cual le llamé sobrescrito y que consiste en llevar a otro nivel el método de hacer muchas capas que yo trabajo; pues cada gesto y cada marca que hago tienen un sentido. Eso me condujo a una especie de redes, de mayas como de 3D. A crear estructuras de gestos, que es esencial y procesualmente lo que es nuevo en estas obras.
La titulé Distancia porque es como alejarme del rostro y tomar distancia. También es una metáfora del tiempo actual. Al mismo tiempo, sirvió para aproximarme a los cuerpos que van entrando en la escena; al paisaje. Otra vez regresando a narrar historias, como aquel que dice”.
En otras exposiciones suyas prevalece también el retrato, pero con un estilo un tanto más figurativo…
“He trabajado mucho el rostro y aquí lo hice como una transición. Es la idea de cómo distanciarse y mantener también, desde el punto de vista pictórico, cierta fuerza o cierta energía de los rostros que, sicológicamente, tienen un impacto en el espectador.
Ahora, al tomar distancia, comienzan a aparecer nuevos problemas pictóricos. Principalmente relacionados, no con el rostro, sino con el cuerpo y todo lo simbólico que tenga”.
¿Las obras fueron hechas específicamente para esta exposición?
“Sí. Es un proceso lento porque trabajaba en varias obras al mismo tiempo. Aquí hay muchos secretos; cosas que he ido aprendiendo. Me he especializado mucho en la pintura al óleo y ya domino mucho el material. Me he aproximado a muchas tradiciones y tiene sus complejidades. Los secados, los tiempos, son muy importantes.
Pero, más que para la exposición, estaba haciendo el proceso para probar, porque nace de un hallazgo. Yo trabajo por lo que llamo el método de Richter*, que es repetir un mismo gesto una y otra vez. Crear y destruir. Y cómo destruir lo que construyes se vuelve parte muy expresiva de la obra.
En estas obras eso lo llevé a muchos, muchos niveles. Muchas capas, durante mucho tiempo. Entonces empezó a salir como una especie de fantasma de esa misma historia y a coger una lógica, donde todos los gestos y todas las acciones modelaban esa misma figura.
Me convertí en un vehículo del proceso. Como si fuera un deportista, un pitcher que ya tiene la zona de strike incorporada. No tiene ni que mirar. Entonces, esa sensación, como hallazgo, la encontré haciendo los rostros y después dije: vamos a alejarnos a ver qué sucede cuando entran los cuerpos. Eso me llevó a una especie de radicalización de la acción. Es decir, sintetizar; que todo sea esencial. Estoy jugando mucho con los planos, con las profundidades. Es casi como una pintura 3D”.
Me decía que son como obras de transición.
“Sí. En mi caso siempre es un problema de lenguaje. Para mí la pintura tiene que ver con el conocimiento, el tema es algo que está de antemano. No me gusta hablar mucho o que hable la obra. Me gusta que el proceso, el cómo está construida la obra, exprese lo que quiero decir. Ese es, quizás, el sentido básico de lo que yo propongo como pintura. Es como resumirlo todo.
Y es raro porque cuando estaba en la Universidad hacía op art, arte óptico, y hacía muchas cosas con círculos, líneas. Estaba buscando la forma de que las cosas vibraran. Aquí llego a una especie de tridimensionalidad por esa misma vibración que es un up art nacido de lo figurativo y eso me gusta mucho. Hay mucha tela para cortar aquí”.
De esas perspectivas que se abren ante Niels Reyes en esta nueva etapa de su trabajo, tal vez tengamos evidencias en la exposición que anuncia en Galería Habana, para el próximo verano.
*Gerhard Richter (Desde, Alemania, 1932).
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