Premio de Musicología Casa de las Américas: celebración de la diversidad de miradas (+Palabras inaugurales)


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A María Luisa de la Garza, profesora-investigadora del Centro de Estudios Superiores de México y Centroamérica de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, le correspondió poner en marcha oficialmente las actividades de la edición decimoctava del Premio de Musicología Casa de las Américas y de su Coloquio Internacional.

En sus palabras, llegadas desde México virtualmente, reconoció el vasto cuerpo de los estudios musicológicos desarrollados en Cuba, y el papel de la Casa de las Américas como espacio de convergencia para que las y los creadores, investigadores y, en general, las y los académicos de América Latina puedan desarrollar y compartir su trabajo.

Llamó la atención sobre la importancia de mantener en el tiempo y no renunciar a la historia de un evento como el Premio de Musicología Casa de las Américas, que se convoca desde 1979, en “un contexto en el que se están desmantelando  ̶ a veces incluso con buenas intenciones ̶  instituciones con un peso histórico grande, queriendo comenzar de cero «nuevas eras»”.

Asimismo, comentó su satisfacción por encontrar en  las obras leídas desde que comenzara el trabajo del jurado del Premio, una mirada o escucha (proceso que es igualmente importante y revelador) a sujetos, saberes y prácticas que están por fuera del eje de lo canónico; que son miradas que discurren por dos vías distinguibles: la que se enfoca en lo local y subalterno, y la que indaga sobre fenómenos y procesos transnacionales, sobre los viajes de ida y retorno y vuelta a partir, en el sentido de las investigaciones multilocales.

Ante esta muestra evidente de diversidad, de reconocimiento de nuestras singularidades y de lo que como humanidad compartimos, como subrayó, también dijo que ello evidencia que “el Premio de Musicología  ̶ y Casa de las Américas, en general ̶  sigue siendo nodo fundamental de convergencia y conformación de redes creativas e intelectuales de la América nuestra”.

Palabras inaugurales del 18º Premio de Musicología Casa de las Américas, a cargo de María Luisa de la Garza Chávez

Buen día a todas y a todos.

Agradezco a mis colegas, integrantes de este Jurado, el haberme designado para dirigirme a ustedes en su nombre y en el mío propio para poner en marcha oficialmente las actividades del 18º Premio de Musicología y de su Coloquio Internacional.

Fue una alegría y es, por supuesto, un gran honor la invitación a colaborar en el desarrollo de este Premio, ¡con lo que ha sido, y es, la Casa de las Américas para los creadores, los investigadores y, en general, las y los académicos de América Latina!

Como investigadora formada primero en los estudios filológicos, aprendí a reconocer el valor de Casa de las Américas por su Premio Literario, que acaba de celebrar su 62ª edición, y a apreciar su carácter de espacio excepcional de convergencia y de debates apasionantes, y muy influyentes, en el desarrollo de las ideas.

Después, al incursionar en los estudios de música popular, supe que en Cuba la musicología era mucho más abarcadora que en México… Me costó creerlo porque ya sabemos lo que cuesta imaginar aquello que discrepa de lo que uno tiene bien conocido, pero es así, y en esta ocasión nuevamente lo estoy comprobando: en la diversidad de las obras presentadas, en la composición del jurado, en los temas de las mesas de trabajo del Coloquio. Hay que celebrar esta amplitud gnoseológica, pero sobre todo hay que celebrar que estemos iniciando las actividades de un premio más de musicología convocado por Casa de las Américas.

Porque en un contexto en el que se están desmantelando  ̶ a veces incluso con buenas intenciones ̶  instituciones con un peso histórico grande, queriendo comenzar de cero “nuevas eras”, es admirable, reconfortante y muy de agradecer que Casa de las Américas continúe sus trabajos y, en particular, que la Dirección de Música, con María Elena Vinueza al frente, haya podido convocar esta 18ª edición del Premio de Musicología, sin duda el premio más importante en su tipo en América Latina.

En la modalidad híbrida que por primera vez tiene el Premio, los trabajos de los integrantes del jurado comenzaron hace 14 días, de manera que algo hemos ya revisado, y me gustaría destacar que, además de algunos trabajos sobre figuras canónicas y otros que están escritos como en contraposición a estas figuras, se han postulado no pocas obras que dirigen su mirada (su escucha) a sujetos, saberes y prácticas que están, digamos, por fuera del eje de lo canónico, buscando, más que razones para el elogio o la reivindicación, la “simple” (tan “simple” como necesaria y valiosa) comprensión de entramados de saberes y prácticas otras, y esto por dos vías distinguibles: por un lado, la que se enfoca en lo local, en lo subalternizado, y por otro, la que mira fenómenos y procesos transnacionales, no sólo en el sentido de lo que va y regresa y vuelve a partir siendo lo mismo pero nunca igual, sino también en el sentido de las investigaciones multilocales.

Muy probablemente de esto ya ha habido antes, pero me interesa destacarlo por la relevancia que adquiere hoy el reconocimiento a la diversidad, no para conformar guetos o explotar “nichos de oportunidad” ̶ como se dice por ahí ̶ , sino para reconocer el carácter construido de nuestras singularidades y, a la vez, reconocer la humanidad que compartimos.

La empatía es necesaria e investigaciones que puedan propiciarla son urgentes. Como dicen los zapatistas precisamente desde estas tierras desde las cuales hoy les hablo, es preciso parar las guerras y construir un mundo donde quepan muchos mundos, pues si seguimos por donde vamos, “no habrá  ̶ como escribieron hace apenas unos días ̶  quien dé cuenta del paisaje después de la batalla”.

Da gusto, pues, atestiguar, entre los trabajos que estamos revisando, esfuerzos diversos en este sentido, y atestiguar también que no se renuncia a obras de profundo y largo aliento. Todo esto, lo que implica, es que el Premio de Musicología  ̶ y Casa de las Américas, en general ̶  sigue siendo nodo fundamental de convergencia y conformación de redes creativas e intelectuales de la América nuestra.

Así que, instalado aquí oficialmente el Jurado, en nombre de Mónica Vermes (de Brasil), Julio Mendívil (de Perú), Liliana González (de Cuba) y Leonardo Waisman (de Argentina), declaro inauguradas las actividades públicas del 18º Premio de Musicología Casa de las Américas y del 12º Coloquio Internacional.

Muchas gracias.


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