Rafael Guedes: «Ayudar a que la música popular cubana esté en los grandes salones»


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Fotos del concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional en la sala Covarrubias del Teatro Nacional en La Habana. Tomadas de los perfiles de Miguel Kosta y Oni Acosta Llerena.

Recientemente la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (OSN) concluyó en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, la gira por la Isla «Rafael Guedes, 45 años de música», que se inició el pasado año, con un concierto que homenajeó al reconocido creador en su aniversario.

Luego de las presentaciones de las orquestas sinfónicas de Santiago de Cuba, Holguín, Las Tunas, Camagüey, Villa Clara, Matanzas, y de algunas de estas en otras provincias como Sancti Spíritus, Granma y Cienfuegos, todas exitosas, el colofón fue un espectáculo excelente con la obra de Guedes «Concierto de las Islas» y versiones sinfónicas suyas de temas populares y emblemáticos cubanos.

La formación sinfónica en cada territorio estuvo dirigida por el violinista y director de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Granma Javier Millet, quien es también director Titular de la Orquesta de Cámara San Salvador de Bayamo y director adjunto de la Orquesta Sinfónica de Las Tunas.

Igualmente contó con la interpretación, como invitada de la agrupación, de la versada guitarrista y profesora Ariadna Cuéllar, compositora de importantes obras para su instrumento y para el cine.

Rafael Guedes (Cienfuegos, 1956), es licenciado en Música por el Instituto Superior de Arte de Cuba, y profesor de armonía y guitarra; durante más de 30 años dirigió el popular Grupo Mayohuacán y actualmente lidera la Camerata del Son.

Ha sido productor, en ocasiones, compositor, arreglista e instrumentista, de cerca de treinta discos y ganador del Premio de Honor Cubadisco, en 2017.

Junto a Adolfo Costales, quien también dirigiera Mayohuacán, de 1977 a 1987, produjo el proyecto Popularmente Sinfónico, que resultó en siete discos, de estos dos publicados, que han recogido las interpretaciones de todas las orquestas sinfónicas del país.

Las versiones incluidas en el programa pertenecen a este colosal proyecto, que ojalá sea publicado en su totalidad algún día.

La Asociación Hermanos Saíz, organización de la que Rafael Guedes es fundador, le entregó un reconocimiento, en medio de la presentación, que fue respaldado por una ovación agradecida por su obra, de enorme compromiso y aporte a la cultura nacional.

Pasado el momento de las fuertes emociones, el Portal Cubarte conversó con Guedes, siempre amable y afectuoso, un trabajador incansable si de promocionar la música cubana se trata.

 ¿Cómo surge la idea de la gira?

Bueno, para responderte esta pregunta tengo que hacer un poco de historia.

Como tú conoces, Adolfo Costales y yo hicimos un proyecto hace años que se llamó Popularmente Sinfónico, que consistió en hacer versiones de canciones muy populares o muy importantes dentro de la música popular cubana, y llevarlas a formato sinfónico, un trabajo que no se había hecho en Cuba, pero sí hay muchos ejemplos de esto en otros países, pero aquí siempre se ha sido un poco reacio, creo que por un problema de prejuicios, a mezclar la música popular con la de concierto.

Entonces hicimos este proyecto con muchas ganas, y resultó en siete discos en total, con todas las orquestas sinfónicas de las provincias que tienen estas agrupaciones, pero estas versiones no se han tocado tanto como nosotros pensamos; siguen los prejuicios de los directores de las orquestas, de los músicos y de los dirigentes de la Cultura en cuanto a llevar la música popular, la más genuina, a las salas de concierto.

Sin embargo, el público asiduo a la Sinfónica asimila muy bien estas versiones, lo hemos comprobado en todas las provincias a donde hemos llegado con la gira.

Un poco con la idea de ayudar a promocionar este trabajo nuestro, y aprovechando que yo cumplía 45 años de vida profesional en la música, presenté este proyecto; también quería darle promoción a mis conciertos para guitarra y orquesta, que tampoco se interpretan mucho, porque son muy difíciles de tocar, porque no es fácil encontrarse un guitarrista que lo asuma y una orquesta que lo toque.

Por eso me di a la tarea de buscar una guitarrista que tuviera las condiciones técnicas y que quisiera hacer este trabajo, y encontré a la maestra Ariadna Cuéllar, y a su vez le presenté el proyecto a la directora del Centro de la Música de Concierto, quien increíblemente lo aprobó, y le gustó la idea, porque ella dirige el movimiento sinfónico a nivel nacional.

Así empezamos a trabajar, con muchas dificultades, porque estamos en momentos muy complicados económicamente, muchos problemas con el transporte, con el hospedaje, pero lo logramos hacer, aunque no todo el mundo apoyó en las provincias y en La Habana, porque yo creo que el principal problema que tenemos es humano, cuando la gente tiene ganas de trabajar, y nos pasó en varias provincias, las cosas se resuelven y de maravilla.

¿A cuántas provincias llegó?

La gira llegó a diez provincias: Santiago de Cuba, Las Tunas, Holguín, Granma, que aunque no tiene Sinfónica nos presentamos con la agrupación de Las Tunas; Camagüey, Villa Clara, y con la formación sinfónica de aquí fuimos a Sancti Spíritus y a Cienfuegos, porque nací en Cienfuegos, y Ariadna Cuéllar la guitarrista, es cienfueguera, y pasé mi Servicio Social en Sancti Spíritus; igualmente a Matanzas y terminamos con el concierto de la Orquesta Sinfónica Nacional en la sala Covarrubias del Teatro Nacional en La Habana.

Todas las presentaciones incluyeron el «Concierto de las Islas» para guitarra y orquesta, y arreglos míos de cinco piezas importantes de la música cubana, pertenecientes a la serie Popularmente Sinfónico.

«Concierto de las Islas» es un homenaje a sus abuelos canarios y a su familia cubana, ¿podría hablarnos de esta composición, de esta inspiración?

Sí, con esta composición yo quise hacer un homenaje a mis abuelos canarios y a mi familia cubana; siempre he querido tributar de alguna manera a los padres fundadores de mi familia, porque mis abuelos, tanto por parte de madre como por parte de mi padre, son canarios; ellos fundaron mi familia, por los dos lados, y creo que se lo merecen.

Además, la similitud de las músicas, sobre todo la campesina, cubana y canaria, siempre me ha llamado la atención. El primer movimiento de la composición es una Guajira, que como sabes, se cuenta que nació en Cuba y los españoles que regresaron a su tierra la llevaron y se asentó en Canarias, donde incluso existe un festival importantísimo de música campesina y se parece mucho a todo lo que se hace en Cuba.

El segundo movimiento es un Bolero, que según algunos estudiosos, nació en España, pero siendo completamente distinto, que no tiene nada que ver como género con el que se hace en Cuba, y el tercero es un Danzón, que viene de la Contradanza que muchos dicen también que llegó de Francia, pero esta y España en definitiva son países de la comunidad europea, y todo esto lo ajusté para hacer este concierto.

Y por supuesto es un homenaje a mi familia cubana, que nació aquí, «se aplatanó» aquí y a la que también debía ese homenaje.

Este concierto además está dedicado al reconocido internacionalmente guitarrista cubano Aldo Rodríguez, principal promotor de mi obra.

Gracias a Aldo yo escribí ese concierto, a su tesón, porque yo siempre estoy enredado en muchas cosas y Aldo siempre me insistía en que lo terminara para él tocarlo y así fue, lo estrenó el 22 de diciembre del año 2011 en el Cine Teatro Velazco de Matanzas, con la orquesta sinfónica de esa ciudad, bajo la batuta de la maestra Ariadna Benítez.

¿Las versiones suyas de temas antológicos de la música tradicional cubana que se interpretaron este domingo en el cierre de la gira son las mismas que se presentaron en los territorios?

El resto del repertorio, o sea, las versiones de temas antológicos de la música tradicional cubana pertenecientes a Popularmente Sinfónico, lo seleccioné yo y le di la opción al director, Javier Millet, de que entre varias escogiera las cinco que se interpretarían en la gira, pero en algunas ciudades cambiamos temas para incluir otros que tuvieran relación con el lugar.

Por ejemplo, en Sancti Spíritus hicimos una pieza que se llama «Pasacalle», y que se asocia a los carnavales de ese territorio; en Cienfuegos hicimos un popurrí de Benny Moré que se llama «Las ciudades de Moré», con composiciones con las que el Benny le cantó a algunas urbes.

¿Cuántos discos han sido publicados del proyecto Popularmente Sinfónico? ¿Qué pasará con el resto?

De los siete discos, se han sacado al mercado dos solamente, los dos primeros; ¿qué va a pasar con el resto?, buena pregunta, me parece que se van a quedar ahí donde están, porque, con los problemas de presupuesto que tiene Colibrí, que es la disquera que patrocinó el proyecto, y además con el desuso en que ha caído el CD como tal, no sé qué pueda pasar. Han pasado muchos años, más de diez incluso, y todavía están en las gavetas.

Háblenos de los públicos de cada concierto, la composición, la reacción...

En general, el público estuvo muy bien, fue muy receptivo en todas las provincias, por supuesto con diferencias de acuerdo a las características de cada localidad.

Recuerdo, por ejemplo, un público muy efusivo que fue el de Las Tunas, que colmó el teatro, sobre todo jóvenes y muchos estudiantes de música, que bailaron, corearon, palmearon, gritaron e hicieron que la orquesta tocara otro número más.

En Santiago de Cuba, los músicos se motivaron mucho con la música popular cubana y como la mayoría de los músicos santiagueros sí llevan en la sangre el son y otros géneros populares le dieron un gran swing a las interpretaciones.

El público y los músicos camagüeyanos fueron los más fríos; en Bayamo fue muy bonito también.

El concierto que más me gustó a mí fue el que hicimos con la orquesta de Santa Clara en Cienfuegos; fue donde mejor quedó técnicamente y el público fue muy respetuoso, y en Matanzas también se llenó la sala.

En La Habana me hubiera gustado que fuera un poco más de público, y que las autoridades de Cultura del municipio, la provincia y del país, porque aquí están los centros nacionales, nos hubieran acompañado o pasado al menos un mensaje de felicitación; se notó la ausencia de todo el mundo, no fue nadie, solamente el presidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) sacó la cara, pero esa no es una institución de la Cultura precisamente; ni la Unión de Escritores y Artistas de Cuba fue, de la cual soy miembro, por eso valoro tanto que la AHS se hubiera acordado de mí, que fui fundador como tú conoces, y que aposté mucho por esa organización y todavía la sigo, y ese pequeño gesto de ellos me dio mucho orgullo y muchos deseos de seguir adelante.

¿Cómo se sintió en Sancti Spíritus?

En Sancti Spíritus me dio mucho gusto estar porque sobre todo reencontré a muchas amistades, a la gente que conocí en la época en que trabajé en la Escuela de Música, siendo un jovencito todavía.

Me hubiera gustado que fuera más gente pero afectó mucho que hicieron el concierto por la tarde, con mucho sol y calor, y con los problemas de transporte que tienen todos los territorios, no fue toda la gente que yo esperaba, pero fueron los principales: mis amigos y me sentí muy bien, yo quería mucho ese concierto.

¿Cuáles fueron las mayores emociones?

Emociones hubo muchas durante el recorrido. A varios compañeros de la escuela, que hacía más de cuarenta años que no veía, me los encontré por las provincias porque asistieron a los conciertos…

También en muchas ciudades, en unas más y en otras menos, me hicieron muchos agasajos, me entregaron varias órdenes y condecoraciones de esos territorios; por ejemplo recuerdo la Distinción Espejo de Paciencia, máximo reconocimiento que confiere la Dirección Provincial de Cultura de Camagüey y su similar la Roseta de Cienfuegos, y diplomas y regalos recibí en todas partes. Donde hubo mucho menos fue en La Habana, «En casa del herrero, cuchillo de palo».

Ahora que culminó la gira ¿qué sentimiento lo embarga?

Bueno ahora que culminó la gira, que ha sido muy agotadora porque muchas cosas las hemos tenido que hacer a puro pulmón, el director y la guitarrista, tuvimos que pagar pasajes, resolver problemas con los hospedajes, problemas de entendimiento y de falta de apoyo, pero siento que nos portamos bien, vencimos las dificultades y al final hicimos la gira nacional que es una cosa casi impensable en estos momentos.

Proyectos futuros...

Proyectos… todavía tengo muchos: seguir trabajando con la disquera Colibrí, con Adolfo Costales, pues somos amigos desde hace mucho tiempo, y tenemos una relación de trabajo bastante fuerte también; ahora en agosto vamos a hacer un disco, a una trovadora pinareña, Yamira Díaz, un disco de Nanas, con muy lindas canciones para dormir a los niños.

Estoy preparando con Ivette Cepeda un concierto para el 19 de septiembre en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes; cada vez que Ivette hace una presentación con orquesta me llama para que haga la dirección musical y la de la agrupación y también los arreglos.

Para un disco que se va a hacer en Santiago de Cuba, de Paula, una cantante guantanamera de boleros, estoy haciendo un par de arreglos, y tengo pendiente terminar los discos de la Sinfónica de Oriente y de un cuarteto vocal de Santiago.

¿Qué sueño le queda por cumplir?

Tú sabes que dirijo la Camerata del son, que es una orquesta como de Cámara, que hacemos música popular y también instrumental, pues mi mayor sueño sería lograr algún día apoyo para formar una pequeña orquesta sinfónica para dedicarme a tocar la música de Popularmente Sinfónico y de otros arreglos que aparezcan por el camino, para seguir tratando de ayudar a que la música popular cubana esté en los grandes salones, como ocurre en Europa, en Venezuela, en Colombia, en México… pero para este sueño me falta bastante, pues necesito a los músicos, apoyo económico y logístico, local, sede… es un sueño que está bastante lejos pero creo que algún día pueda ser, por lo menos es mi sueño.

 

 


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