Salvaguardia del Patrimonio Cultural Vivo prioridad Sistema de Casas de Cultura


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Es la salvaguardia del Patrimonio Cultural Vivo de las prioridades por la que ha apostado el Sistema de Casa de Cultura desde su surgimiento hace ya más de cuarenta años,  creando así sus bases, fundamentos y proyecciones, atemperadas con las realidades y contextos socio-históricos en cada una de las etapas correspondientes hasta éste entonces, teniendo al instructor de arte, promotor cultural y especialista de cultura popular tradicional existente en cada Casa y Centros Provincial de Casas de Cultura en los territorios como los principales gestores de dicho propósito. Mientras, primeramente el arduo trabajo en los resultados antropológicos obtenidos a través del Atlas Etnográfico de Cuba: Cultura Popular Tradicional por los años 80 y después la llegada de la Convención de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO en el 2003; han sido, sin duda, los hitos esenciales como referentes en el desempeño de nuestras instituciones, ubicando al cultor o portador desde sus diferentes dimensiones (individuo, familia, agrupación y comunidad portadora de tradiciones) en el centro y único protagonista en éstos procesos identitarios y comunitarios, hacedores y herederos de un patrimonio del que solo ellos son parte, por lo que nuestro rol principal es de acompañar y servir como facilitadores del proceso a cada una de las prácticas tradicionales que encontramos en la geografía nacional, sin importar el polvo y el fango del camino, ha sido nuestra premisa y seguirá siéndolo para siempre.   

Al culminar cada año de trabajo relacionado con la gestión de los valores identitarios en el sistema de Casas de Cultura como parte de nuestra misión y encargo social, realizamos un resumen para valorar nuestro desempeño con vista a perfeccionar y fortalecer la labor de salvaguardia de las expresiones tradicionales y sus procesos creativos desde la gestión comunitaria.

Este 2020 ha sido peculiar en las pretensiones que se trazaron para cumplimentar éste importante rubro que tanto aporta a la identidad cultural y Nacional, sufriendo también los efectos e impactos de la Covid-19; sobre todo, en el orden socio económico, pero aun así no se detuvo en ningún instante el de cursar de nuestra labor.

Si de principales logros hay que hablar, los procesos devenidos en la promulgación se lleva las palmas en éste sentido, el experimento de la modalidad de trabajo a distancia propició un incremento en la gestión por una mayor visibilidad de los elementos identitarios, se aprovechó las posibilidades de socialización y sistematización que nos brinda las redes sociales donde se pudo conocer los ejemplos más significativos en el desarrollo de los talleres de sensibilización y de formación de capacidades con el objetivo de superación de aquellos territorios con menos resultados, las provincias éxitosas en éste indicador, son: Guantánamo, Santiago de Cuba, Mayabeque y Ciego de Ávila, mientras se pudo contar con un significado impacto a través del espacio fijo en la TV Cubana, con el objetivo de promover y estimular los elementos del Patrimonio Cultural Vivo y sus portadores de tradiciones, con salida al aire de la sección “Cultura y Tradición” 2 veces semanal y de un programa integro mensual donde se abordan temáticas relacionadas con nuestra labor en la gestión de los valores tradicionales; ambos en la Revista “De tarde en Casa”, perteneciente al Canal Educativo.

Varios fueron los eventos caracterizados con sus respectivos espacios científicos y académicos de envergadura  que celebramos de forma on-line, donde los conocimientos de nuestros expertos y especialistas en el tema perteneciente al sistema de Casas de Cultura fueron determinantes, dentro de ellos destacamos; la Fiesta de la Danza en Villa Clara, la Jornada Cucalambeana en Las Tunas, el Festival del Caribe en Santiago de Cuba, la Fiesta de los Orígenes en Matanzas, la Fiesta Iberoamericana de Holguín, la Fiesta de la Cubanía en Granma, la Feria Nacional de Arte Popular en Ciego de Ávila, el evento de rumba Timbalaye, entre otros.

Una mención aparte fue la acogida en las redes sociales de los talleres de apreciación sobre Patrimonio Cultural Vivo, donde el posicionamiento de forma estable a través de reseñas y testimonios dedicadas a las agrupaciones portadoras que cumplieron aniversario cerrado durante el año, así como las principales y más significativas festividades tradicionales, también las principales jornadas que se celebraron, como: el “Día de la Diversidad Cultural” y “Día de África”, “Día de la mujer afrodescendiente”, entre otras, además, de vital importancia la colación de imágenes y textos inéditos logrados como parte de los procesos de acompañamiento y visitas in-situ a éstas prácticas del sistema de Casas de Cultura durante décadas.

Diversas fueron las acciones que en conjunto con el sistema de Patrimonio Cultural se ejercieron en la etapa, se confeccionó el plan de salvaguardia para aquellos elementos del Patrimonio Cultural Inmaterial declarados Patrimonio Cultural de la Nación y de la Humanidad (UNESCO) por parte de los territorios donde se generan dichas prácticas, mientras no es menos cierto que se  ha quedado limitada la posibilidad de realizar el ejercicio in-situ de la confección de inventarios en contextos comunitarios según marco modelo que nos brinda la Convención de la UNESCO (2003) a consecuencia de la epidemia global COVID 19 y las medidas implementadas en el país para mitigar su impacto. Por tal motivo dicha actividad está pospuesta para cuando las condiciones epidemiológicas lo permitan, no obstante se aprovechó para perfeccionar lo referido a la documentación del proceso de identificación de cada elemento tradicional.

Muestra de ello fueron los cientos de talleres de Patrimonio Cultural Inmaterial celebrados in-situ en el propio contexto donde se ubica cada expresión tradicional, tanto en la modalidad de talleres de sensibilización como de fortalecimiento de capacidades, favoreciendo así la participación de 2 324 integrantes, entre portadores, académicos, gestores y decisores, lo cual evidencia la fortaleza y conciencia de quienes facilitan éstos procesos. Es importante mencionar los resultados satisfactorios por parte de las provincias de Guantánamo, Santiago de Cuba, Matanzas y Holguín.

Otras de las alianzas significativas y como de costumbre que hizo posible el cumplimiento de nuestras metas fue sin duda la colaboración planificada con el Centro Nacional de Superación para la Cultura, muy específicamente en cuanto a contenidos relacionados con la gestión de los valores tradicionales, al impartir de forma satisfactoria el tema: “Nuevas miradas al Patrimonio Cultural Vivo y sus portadores en Cuba”, durante el Diplomado de Cultura Cubana, se filmaron además programas Punto de Partida donde el Consejo Nacional de Casas de Cultura tuvo la posibilidad de ser parte transmitir y compartir saberes y conocimientos como pate de los procesos de superación a docentes y especialistas; tanto de instituciones culturales como docentes del país.

Otro de los logros significativos fue el hecho que se ganó mucho en profesionalidad y cientificidad, al elaborarse obras únicas y de gran valor e impacto documental como referentes necesarios e indispensables para el fortalecimiento de la política cultural del país, deuda que durante años fue demandada por el Ministerio de Cultura; ambos en procesos editorial para ser publicadas en el 2021; nos referimos al “Catálogo de las expresiones portadoras de tradiciones”, el cual posee una información e imágenes inéditas relacionadas con cada una de las manifestaciones tradicionales y sus prácticas, enmarcadas con una clasificación de tipología etnodemográfica sin precedentes en la cultura cubana, mientras se culminó también el proyecto “Rutas tradicionales” con fines turísticos, tanto para el llamado turismo nacional como internacional,  en el cual se propone el desarrollo de tres rutas zonales con visitas, encuentros e intercambios en comunidades tradicionales y sus portadores, evidenciando también un aporte significativo en la economía y la sociedad cubana.

 Como parte de los procesos de estimulación que durante varios años ha creado el Sistema de Casas de Cultura se entregaron las Becas de la Cultura Popular Tradicional, con el objetivo de la sustentabilidad económica de las mismas, sobre todo, en vestuario, calzado e instrumentos musicales, cumpliendo con la premisa de reconocer mucho más a las expresiones declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, se decidió que fuera entonces a las tres Tumbas Francesas existentes en Cuba, primeras que cumplen con tal distinción (2003), el hecho fue promulgado por todos los medios de comunicación del país, incluyendo la TV Cubana y la prensa escrita a través de Periódico Granma, Trabajadores y Juventud Rebelde. Se realizó un artículo por parte del Consejo Nacional de Casas de Cultura, el cual fue publicado en el Periódico del portal de la cultura cubana “Cubarte”.  

Alegría y emoción ocasionó el Premio Nacional de Cultura Comunitaria en esta edición 2020, donde la expresión de estirpe bantú “Cabildo Kunalungo” de Sagua la Grande en Villa Clara obtuvo el galardón en el apartado de  agrupación – institución, mientras Alberto Vega Falcón, promotor natural de la cultura campesina, poeta, improvisador y locutor cienfueguero, se alzó con el Premio en la categoría de personalidades, hasta allá fueron los máximos dirigentes del Consejo Nacional de Casas de Cultura para entregarle los respectivos reconocimientos en medio de un fervor comunitario.

Otros de los espacios aprovechados para la estimulación de los sellos identitarios que se generan en las comunidades cubanas lo constituye el Premio Nacional Memoria Viva que auspicia el Instituto Cubano de Investigaciones de la Cultura Cubana Juan Marinello del MINCULT, acudiendo a la convocatoria para no desaprovechar la oportunidad se entregaron por parte del sistema de Casas de Cultura un total de 37 propuestas para optar por dicho premio, mientras se obtuvo finalmente un total de 18 galardonados de 22 entregados, para un 81,8% de los laureados, lo cual muestra el potencial científico y el alto grado de sensibilidad hacia la viabilidad de los elementos del Patrimonio Cultural Vivo y sus portadores. Las provincias de Villa Clara con 9, Santiago de Cuba con 7 y Matanzas con 4, fueron las de mayor número de laureados.

Como de costumbre muchos de nuestros especialistas no dejaron de publicar en revistas especializadas y páginas web existentes, de gran impacto la presentación de la Revista “A la raíces” del Consejo Nacional de Casas de Cultura donde aparecen varios artículos referidos a estudios investigativos relacionados con experiencias y vivencias obtenidas en el ejercicio in-situ con estas manifestaciones tradicionales y sus respectivas prácticas. La presentación tuvo como sede la Sociedad Cultural José Martí, realizada por Helmo Hernández; Presidente de la Fundación Ludwing de Cuba y del Consejo Técnico Asesor del Ministerio de Cultura, en dicho espacio el destacado intelectual cubano atesora valiosos artículos; “Pensar el arte desde el sistema de Casas de Cultura” por Ariadna Padrón García, propuestas para un debate, es un trabajo que, en valoración del expositor certifica cómo se debe pensar la programación de esas instituciones desde la contemporaneidad, mientras calificó de excelente los textos sobre “la artesanía popular tradicional en la salvaguardia del patrimonio cultural vivo de las casas de cultura”, autoría de Rafael Lara González y los derechos y “protección a la propiedad intelectual en el patrimonio inmaterial” de Ángel Michel Áleaga Hung, todos pertenecientes al Consejo Nacional de Casas de Cultura. Otra de las publicaciones relevantes en la etapa lo fue el artículo Manifestaciones, formatos e instrumentos musicales de los grupos portadores de Las Villas, expresión del patrimonio cultural vivo de Rafael Lara González en la Revista “El eco de Las Villas”.

No quisiera culminar sin antes felicitar a las Parrandas de la Región Central de Cuba; declaradas como sabemos en el 2018 como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, muy especialmente a las remedianas por cumplir el pasado 24 de Diciembre sus doscientos años de existencia, agradecidos a sus parranderos y a su pueblo por mantener viva una tradición por 2 siglos, como parte de las celebraciones del bicentenario de la festividad parrandil realizamos una vista de cortesía al Museo de la Parrandas, además realizamos un intenso recorrido por territorios donde también celebran la fiesta popular tradicional en la provincia de Villa Clara.

Se aprovecharon los meses de Enero y Febrero sin la presencia del Covid-19 para  participar como conferencista en los espacios académicos celebrados; el Taller Internacional de Antropología Cultural que auspicia La Casa de África en coordinación con la Oficina del Historiador de La Habana y en el Taller Nacional Cultura-Identidad, celebrado en Lajas, provincia de Cienfuegos, aprovechando también la visita in-situ a las agrupaciones portadoras de tradiciones “Cabildo Congo de Lajas” y “Alborada Tropical”, de estipe bantú y campesina; respectivamente.

En el orden académico y científico sobresale también las asesorías de 4 tesis de maestrías (3 Universidad de la Habana, 1 Universidad de Santiago de Cuba), además de 1 de Doctorado (Universidad de La Habana), en cada caso se obtuvo un reconocimiento por las respectivas rectorías de los Centros Universitarios.

En estos momentos estamos inmensos en cambios de algunos preceptos y acepciones en el orden técnico- metodológico con el objetivo de propiciar una mirada mucho más integral y antropológica a nuestra labor, donde se incluye elementos de la historia local, nos dimos cuenta que la propia visión del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO no reconoce varios de los elementos que históricamente atendemos,  la perspectiva con que se trabajó por años en el sistema de Casas de Cultura con la cultura popular tradicional es mucho más extensa en cuanto a dimensiones y alcances de elementos identitarios. Es nuestro sistema quien cuenta con la fuerza técnica especializada y con la experiencia suficiente de más de cuatro décadas en el trabajo de acompañamiento a las prácticas tradicionales y sus portadores, teniendo como base  los procesos creativos en las comunidades para enfrentar con mayor énfasis tales pretensiones, aunque no descartamos las alianzas con otros sistemas de la cultura, sobre todo, con el de Patrimonio Cultural, donde ha sido una fortaleza indiscutible el ejercicio de los inventarios en contextos comunitarios como parte de los procesos de identificación, no obstante estamos reformulando nuestra visión para hacer de las próximas etapas un baluarte perecedero de cultura e identidad.

Gracias a todos los instructores de arte, promotores culturales, especialistas de cultura popular tradicional y decisores del Sistema  de Casas de Cultura por mantener bien en alto el prestigio y reconocimiento social e institucional de nuestro desempeño!


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