Los libros de entrevistas, cuando estas están bien forjadas, resultan siempre atrayentes para el lector a partir de la comodidad que supone su lectura, incluso cuando son extensas.
Si además de esta cualidad, el volumen en cuestión reúne entrevistas entre amigos —en su mayoría—, los textos fluyen tal y como avanzan las conversaciones entre éstos: de manera natural y ratifican la raíz latina del término entrevista: «Los que van entre sí».
Este es el caso del volumen Apuntes para un baile inconcluso: Entrevistas a músicos cubanos y otros diretes, de Emir García Meralla (Cuba 1965); escritor, investigador y crítico de música, quien desde hace muchos años ha estado vivencialmente vinculado al panorama melódico cubano y es un estudioso de la música nacional de ayer y hoy, la que, por demás, lleva en sangre: nieto del inolvidable e internacionalmente conocido Joseíto Fernández.
El autor, en la nota inicial del libro, agradece a los primeros que confiaron en que pudiera escribir sobre la música cubana: Leonardo Padura y Ángel Tomás González, en Juventud Rebelde, y más tarde Amado Córdova y Norberto Codina en Salsa Cubana y La Gaceta de Cuba, respectivamente. Pero sobre todo, a los músicos cubanos que le han brindado, con su amistad, la posibilidad de «poder escucharles y hasta contradecirles»; con lo cual ha logrado conformar un inventario de entrevistas realizadas a muchos de los principales representantes de la música popular cubana contemporánea, una aproximación al universo personal y creativo de exponentes de diversas tendencias y generaciones, y a sus ideas, sueños y puntos de vista acerca de la tierra en que viven.
Apuntes para un baile inconcluso…, publicado por Ediciones Cubanas, de Artex, compendia entrevistas y artículos publicados durante varios años por García Meralla, fundamentalmente en las revistas La Gaceta de Cuba, Temas, Musicalia Dos, Salsa Cubana, y en otros medios, así como los realizados en su paso por Prensa Latina.
Puede considerarse el plato fuerte del volumen, las doce entrevistas que el autor hiciera a Adriano Rodríguez, Juan Formell, Frank Fernández, César Puy Pedroso, Joaquín Betancourt, Edesio Alejandro, Manolito Simonet, Rembert Egües, Radamés Giro, Germán Velazco, Demetrio Muñiz y Alain Daniel; en todos los casos son entrevistas de perfil o semblanza, pero que se fusionan con la entrevista de opinión a partir de los criterios, consideraciones y conceptos que estos músicos aportan en las conversaciones.
Remata este valiente intento por reunir importantes interpretaciones asociadas a la historia de la música cubana, la segunda parte del libro titulada «Para exorcizar mis pensamientos», que agrupa ocho artículos de García Meralla en los que reflexiona a propósito de importantes hechos vinculados a la música cubana en los últimos cincuenta años y donde, con mirada aguda y conocedora, abraza, desde sus consideraciones y posiciones personales, temas como la trascendencia de Pacho Alonso y de Irakere; un serio análisis que el autor llama «Discretos apuntes para entender la música cubana de fines del siglo XX»; la presencia de la Virgen de la Caridad del Cobre en la música popular bailable cubana; la importante etapa de los años 70 y el fenómeno de la timba, entre otros.
Este libro se disfruta mucho; las pláticas que alcanza a perfilar Emir adentran al lector en sucesos y detalles de común ignorados o silenciados en algunos casos por coyunturas específicas. De todo lo mundano y lo celestial en materia de música se habla en este libro que incluye los diretes que desde el título el autor deja aclarado y que resultan un inventario de sabidurías y experiencias acumuladas.
García Meralla supo en cada caso llegar a los puntos sensibles de cada entrevistado con el fin de hacerlo hablar; no es que las entrevistas sean interrogatorios violentos ni que en las mismas se deba manipular…, pero bueno, sí, todo eso se hace, se incita, se dicen mentirijillas para lograr escuchar esa idea que comparte el entrevistador pero que quiere que la diga una personalidad de la cultura porque así se oye «más alto y claro».
Para preguntar hay que saber o al menos dudar con base; Emir de manera cautamente beligerante en algunas de las entrevistas apunta misiles de largo alcance a asuntos como la migración de los músicos cubanos o la prohibición de la difusión de algunos.
Los testimoniantes regalaron sus íntimas visiones desde cada una de las generaciones y desde sus propias maneras de aproximarse a la música; algunos con una perspectiva dirigida a su alcance internacional, otros más centrados en su progreso y momento insular.
Es un texto generoso que hace varios tributos de manera intencionada; uno de ellos a Pedro Izquierdo, el reconocido Pello el Afrokán, figura que aparece, por su importancia, en diferentes trabajos.
Apuntes para un baile inconcluso: Entrevistas a músicos cubanos y otros diretes, viene a enriquecer la historia reciente de la cultura nacional y en especial la de la música popular. Es un libro crítico, que fustiga desde el deseo más profundo de requerir el respeto y la adecuada valoración y jerarquía que la música cubana toda, y sus más grandes exponentes, merecen; está concebido desde la admiración no solo a las figuras que en él se abordan sino hacia el universo todo de la música cubana, la de ayer y la de hoy, la misma, la embajadora per se de la cultura cubana.
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