Fotos: Estanislao Cordero

La agrupación Gala Mayor celebra sus primeros veinte años, y aun cuando mucho se recuerda la máxima de Carlos Gardel “de que veinte años no son nada”, la escena musical advierte un antes y un después en el empeño creativo de estos músicos liderados por el percusionista, compositor y productor musical, Alejandro Mayor.

Completamente renovada y con especial énfasis en la recreación del jazz, Gala Mayor privilegia un repertorio sostenido en la imbricación de la esencia caribeña, lo brasilero, sin que falten los siempre aplaudidos estándares norteamericanos que tantas fronteras han burlado, en completo maridaje con la sonoridad de casa. Tal y como dijera el Premio Nacional de la Música, Pancho Amat, viéndolos en un pequeñísimo formato “eso, sí, suena cubano, la clave no se le va.”

Y de eso se trata, cuando se escucha “Son de la loma”, al estilo de la agrupación Gala Mayor, las armonías juegan todo el tiempo con esa clave acompasada que de Matamoros regresa a la urbanidad de sus integrantes revolucionada y sumamente respetada por los virtuosos músicos que integran la agrupación.

Si bien el son resulta tocado por la varita del ingenio creador, también lo campesino y la música urbana encontraron en el ingenio de Alejandro Mayor, puerto seguro, de ahí que en la más reciente edición del Jazz Plaza, Alex Díaz, líder de Oralitura y Rubén Marín, integrante de la agrupación rapera “Primera base”, y al frente de la Asociación cubana de rap, ambos en sus roles de incansables versadores, cercaron un ruedo de exquisita entrega, al combinar estilos que confluyeron en un bien común: la música, y el buen quehacer aderezado con buen gusto.

Y es eso justamente lo que se propone la agrupación, fomentar un estilo distintivo donde confluyan saberes que respondan a referentes conocidos y reaprehendidos con las exigencias de las nuevas tendencias y sonoridades.

Sarbelio Barroso (bajo eléctrico), Dayron West Martinez (guitarra), Reinaldo Larrinaga Alfonso (saxo), Ramsés Campos (piano), el más joven de los integrantes; y en la voz Janet Mojena, han convertido en los últimos tiempos a esta agrupación en ese show de virtuosismo necesario creado y enaltecido con pocos integrantes; tal y como si no hiciera falta más, el songo, la guajira, pasando por el son tradicional, en sus modos interpretativos alcanzan una significación y magnitud otras.

Su tema “Pasaje Sur 118”, ya devenido en su opening de concierto despierta la primera nota de curiosidad, desde él, se abre un universo comunicativo-musical que logra congeniar rápidamente con el espectador. Estándares como “Nothing personal”, de la banda de rock All time Low alternan con un tema como “En apuros”, donde sin pausa y sin prisa cada instrumentista dialoga consigo y con sus colegas, sin altisonantes y sin permitir protagonismos inútiles, únicamente en aquellos solos perfectamente cuidados que Alejandro Mayor al mando ha concebido en los muchos ensayos de casa.

Y por si fuera poco, la agrupación aúna alianzas importantes, justo en la pasada edición de Jazz Plaza, artistas estadounidenses invitados como Iymaaai Abdul –Hassin —creadora del festival Oda al Violinista Negro en New York— y el bajista Chris Wright, además de compartir la magia del escenario con la agrupación, junto a Alejandro Mayor visitaron el conservatorio Amadeo Roldán, experiencia que mucho y bien habla de la posibilidad de este, de no separarse de sus potencialidades como docente.

 Continúa el tránsito de esta agrupación que rumbo a los 21 años recuerda a los seguidores de Gardel que veinte años han sido mucho; porque han constituido aprendizaje y muestra genuina de defensa de raíces nacionales que miran al mundo, enfocados en ofrecer, siempre, una Gala Mayor.