Viaje a la raíz de TROVA con TANGO


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Fotos: Mirna Carla Rodríguez

Evocar, asentir, traer al presente pasajes que, por muy personales, llevan consigo la impronta de lo universal, en tanto convergen en él historias de muchos yo, son algunas de las razones primordiales por las que el fonograma TROVA con TANGO adquiere la magia de pertenecer a muchos, casi, sin pedir permiso.

Esta propuesta discográfica, de manos de la intérprete cubana Susana Orta y el guitarrista argentino Horacio Burgos, llegó como invitada a la más reciente edición del Premio Cubadisco a través de la certera mirada de estos músicos que, en retrospectiva, decidieron andar, nota a nota, por letras que han acompañado a varias generaciones de enamorados, especialmente de nuestro continente.

Una delicada mesura al decir (ella) y un raport poco usual en estos “tiempos de cólera”, parafraseando al gran García Márquez, Burgos desde la técnica depurada y el sentimiento acompaña, secunda a la voz; no la fuerza, no la violenta, recrea ese íntimo dueto dialógico en que ningún artista suplanta al otro, sino lo complementa. En ese sentido, el disco adquiere un sinnúmero de valores, entre los cuales destaca su natural espontaneidad, esa pura libertad que parece convertirlo, simplemente, en una sencilla crónica sencilla de la vida. Una crónica que no necesita de altavoces; todo lo contrario, cual si fuera una literatura de viaje, narra secuencias emocionales, como si cada canción significara una parada segura para continuar la aventura sentimental que representa la canción per se.

Esa es la poética que distingue al disco, en el cual por primera vez en su carrera Orta asume la formación de dúo como expresión musical, y al respecto esta es una de las aristas por la cual versó esta conversación, tras mostrar el álbum en Cuba. Un disco que fue mostrado en espacios tan diversos como el Teatro Nacional o sitios bohemios como el Bar Longina, el club de jazz La zorra y el Cuervo y las salas teatrales Abelardo Estorino y Covarrubias. Sobre ello responde Orta:

¿Cómo ha sido la recepción del disco en Cuba?

“Ante todo siento y me hace muy feliz, ha sido mágico todo lo que ha sucedido con él, en Cuba. Ha tenido muy buena recepción, sobre todo, desde la sorpresa en el púbico, al ver un formato clásico que tiene como particularidad una sonoridad minimalista, digámoslo así.

Eso atrae otra atención, despierta en la gente curiosidad y es lo que ha sido, es un disco que ha movido en el público cubano otras emociones.

Resulta que la mezcla que hemos traído con TROVA con TANGO no es totalmente la unión pura de uno u otro género; sino se ha creado una especie de “producto 3”. Y ese resultado ha sido muy positivo, la gente ha quedado maravillada con nuestra música, en sus aplausos está la mejor respuesta de que les ha gustado. Hemos ganado en seguidores, buena crítica de personalidades y especialistas de la música que nos han comentado su buena impresión. Y es lo que me llevo al final para mí otra casa: muy buena reacción de todo el público de Cubadisco, que lo disfrutó.

De hecho hago un aparte en ello porque compartimos con púbico joven, incluso, y eso me ha impresionado más. Nos ocurrió en la primera actuación, el público joven presente— por demás músicos— se quedó sorprendido con nuestra sonoridad, incluso, muchos integraban una banda de pop rock (Christopher Simpson y su banda) y nosotros tocamos detrás de ellos, qué ocurrió al final, pues ellos nos propusieron terminar el concierto como nosotros. Tomaron nuestros instrumentos, nuestra guitarra — totalmente acústica— y un instrumento que portamos aunque aún no tiene nombre (lo tendrá) y culminaron al estilo de TROVA con TANGO. Solo con esa experiencia valió la pena el presentar el fonograma en Cuba. Porque fue un acto que, además de la satisfacción, significaba una mirada de atención sobre un fenómeno social que valida nuestra propuesta.

Ese día sucedió en el espacio Longina, pero cuando nos presentamos por ejemplo en la sala Covarrubias del Teatro Nacional había otro público melómano, asiduo a teatro y de igual manera tuvimos la misma recepción: muy buena escucha, aplausos y criterios positivos en cuanto a la presentación”.

¿Un álbum como este presentado en Cuba puede adquirir un sentido especial?  

“Sin dudas, definitivamente un disco como este adopta un especial valor sobre todo en estos tiempos en que hay tanto ruido (interno y externo desde lo musical) en el cual mientras más mejor. Nace en medio de un universo sonoro donde siguen prevaleciendo las grandes orquestas —que no van a dejar de estar, por supuesto—, y los pequeños formatos son minoría. Así llegamos a Cuba, que no es la excepción, y donde nació una música en pequeño formato, por tanto volver a la raíz en mi país es bastante especial. Hacer una música que vio la luz con una formación muy simple, guitarra y voz, y donde aparecieron letras que luego marcaron el desarrollo de movimientos como el filin y la nueva trova, constituye para mí un mensaje de verdad, de defensa de lo genuino y a la vez un compromiso con lo que siento y quiero mostrarles al público, por muy diferente que este sea.

La música en su sentido más extenso no conoce de barreras idiomáticas y culturales y todas las canciones que confluyen en TROVA con TANGO han pasado la ardua prueba del tiempo, así que con ellas seguiremos hasta donde más lleguen y a cuántos más sumen”.

¿Puede significar entonces TROVA con TANGO un antes y un después en tu carrera?

“Sí, creo que es un antes y un después en mi carrera artística que ya pasa sus dos primeras décadas. Desde mis inicios en Cuba la he desarrollado con grandes formatos: Novel Voz, un formato grande de ocho personas al principio, luego siete; después la orquesta Gala Mayor y llegando a Suiza la orquesta Siga volando. En ninguna de esas oportunidades hice dúo, no logré realizar el sueño que significaría hacer música más íntima, minimalista. Por tanto TROVA con TANGO, en primer lugar, me permite saldar una deuda personal y algo muy importante, me hace volver a una raíz familiar, a partir de lo que significaron Sara e Ilires Aguilera, el dúo las hermanas Aguilera (abuela y tías mías), quienes en la década del cuarenta hicieron furor en Santiago de Cuba y llegaron con éxito a Cadena Suaritos en la capital. Así que para mí volver a esa música, conocerla e investigarla un poquito más para poder presentar este álbum significa replantearme y asumir, desde lo auténtico, un repertorio que me acompaña, significa y define como cubana que soy.

Por otra parte, incursionar en el tango, tampoco lo había hecho y reconozco que me encanta. Creo que emocionalmente tiene mucho que ver conmigo, de modo que también en ese sentido el disco me permite dialogar con lo que soy, con lo que quiero y me propongo ser desde una visión cultural inclusiva e integradora”.

De esa manera TROVA con TANGO se marcha de la Isla dejando acordes que quedarán como ecos de Perla marina (Sindo Garay) o Nostalgias (Juan Carlos Cobián). Lo cierto es que mientras Hay todavía una canción, como dice un título de la reconocida Marta Valdés, renacen los deseos para escuchar este álbum, lo mismo desde el Club La Zorra y el Cuervo o la sala Abelardo Estorino del Ministerio de Cultura, tal y como ocurrió. Esas paredes, una tarde de mayo, también fueron testigos de la primera parada de un álbum que seguirá emprendiendo viaje por otros parajes del orbe. Este fue su estreno en la Isla que suena, ahora solo queda seguir regalando melodías de esa comunión perfecta que logró unir TROVA con TANGO.


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