55 años de la caída en combate del Comandante Pinares en Bolivia


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El 2 de junio de 1967, en Peñón Colorado, cerca del poblado de Bella Vista, en el Departamento de Santa Cruz, cae en una emboscada Antonio Sánchez Díaz, “Pinares o Marcos”, en compañía de Victor (Casildo Condorí), un guerrillero boliviano. De los 16 cubanos que participaron junto al Che en aquella gesta, Antonio Sánchez fue, después de Suarez Gayol y Eliseo Reyes, el tercer cubano en ofrendar su vida.

Antonio Sánchez Díaz nació el 7 de diciembre de 1927, en una finca denominada La Cantera, en el barrio de San José, ubicado en el kilómetro dos y medio de la carretera de Viñales, Pinar del Río. Al nacer recibió de sus padres, Narciso Sánchez y Eusebia Díaz, por nombre Antonio, por la coincidencia histórica de venir al mundo, el mismo día que cayó en combate, 31 años antes, en 1896, el Titán de Bronce Antonio Maceo y Grajales.

 

Siete años después, el 7 de diciembre de 1934, y esta vez en la provincia de Santiago de Cuba, nacía también otro titán de nuestra historia, Frank País García; muestras estas, de que en el pueblo de Cuba siempre han habido muchos Maceos, como también hay muchos Camilos y muchos Che.

 

Fue el quinto de los 11 hijos (6 varones y 5 hembras), de una familia campesina que tenía arrendado un pedazo de tierra para subsistir con lo que sembraban en una pequeña vega. Por la situación de los suyos, se ve precisado a trabajar con su padre y hermanos desde los siete años, fundamentalmente en las labores del tabaco.

Alternando con el trabajo en el campo, cursó sus primeros estudios, en una escuela pública de la localidad, distinguiéndose por su mente despierta, ágil y con facilidad para asimilar los conocimientos. Alcanzó el 7mo grado e inició estudios en la escuela de Comercio en horario nocturno.

 

A los 20 años, ya había aprendido los oficios de albañilería y carpintería de encofrado. Trabajó con una compañía constructora en la ciudad de Pinar del Rio y en La Habana, lo que le permitió ayudar con su salario al sustento de su familia. Por aquellos tiempos, sus familiares y amigos le llamaban cariñosamente Tite y le gustaba a menudo decir: “Me gustan las cosas en grande porque se ven desde muy lejos”.

 

A partir del golpe de Estado encabezado por el General Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952 aumentan sus inquietudes revolucionarias. A través de un amigo se interesó por la lectura de periódicos clandestinos, lo que contribuyó a su formación política, participando de forma activa en manifestaciones contra la dictadura, y en acciones de sabotaje y de propaganda.

 

Conoce del desembarco del yate Granma el 2 de diciembre de 1956, de la presencia de Fidel y sus compañeros en las montañas del Oriente cubano combatiendo por la liberación de la patria.

 

En una ocasión, al presenciar cómo los esbirros disolvían violentamente una manifestación en su localidad, expresó: esos abusos no podían continuar. “Yo soy un cobarde si no me voy para la Sierra”.

 

En enero de 1957 emprendió solo un viaje desde Pinar del Rio a la Sierra Maestra para unirse a los revolucionarios, durante un mes recorre las montañas en busca de los guerrilleros, lo que resultó inútil. Regresó a Pinar del Rio con el hambre de varios días reflejado en el rostro y decidido a lograr su objetivo, vendió sus herramientas de trabajo como albañil y realizó un segundo viaje también solo, que años después, lo recordó de la siguiente forma: ”Llegué a la Sierra Maestra, por donde más alto me parecieron las montañas”, y agregó, "permanecí trabajando, no muy lejos de Fidel, pero sin encontrarlo, al cabo de tres meses con la orientación, cálculos y estudios que había hecho de la zona, decidí buscarlo por mi cuenta, salí de donde estaba y justamente a la semana me encontré con él”. Al ser presentado a Fidel, en un inicio fue difícil creerle sobre su procedencia desde el otro extremo de la isla y llegar sin ninguna recomendación de los entonces Movimiento Revolucionario 26 de Julio, liderado por Fidel Castro, ni del Partido Socialista Popular (PSP) (Comunista), cuyo secretario general era Blas Roca; ni del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, dirigido por Faure Chomón. Cuando se percató de que podían dudar de que el fuera un posible espía batistiano, entonces según contaron testigos presenciales de aquel momento, le dijo a Fidel sin titubear “Vine hasta aquí para luchar por mi patria al igual que ustedes; y si tú te alzaste en esta loma, yo me alzaré en la del frente”. Ahí mismo se acabaron las dudas con un fuerte abrazo. Incorporado a la guerrilla del Ejército Rebelde en el pelotón del capitán Andrés Cuevas, Allí se le confió la responsabilidad de la única ametralladora calibre 30 que tenían por entonces los revolucionarios. Para ello se tuvo en cuenta su fuerte complexión física y la buena puntería que tenía, así comenzó a escribir una hermosa página de heroísmo en las montañas y llanos. Se distinguió en numerosos combates que le merecieron el respeto de sus compañeros que cariñosamente lo llamaban “Pinares” en honor a su provincia natal.

 

De los días de la Sierra Maestra, hay una anécdota que es suficiente para definir su firmeza de carácter y decisión de lucha; cierta vez bajo la incesante metralla enemiga, los 19 hombres que formaban el pelotón Rebelde al que pertenecía mantenían las posiciones del macizo montañoso conocido por el Purial, que junto con el combate del Jigüe, formaron las dos acciones bélicas combinadas, dirigidas por el Comandante en Jefe para impedir la penetración del enemigo a la Comandancia Rebelde. Era julio de 1958, en los momentos finales de la derrotada ofensiva de verano de la tiranía, en ese combate cae su jefe inmediato, el capitán Andrés Cuevas; algunos combatientes detienen la lucha y lloran por la pérdida del héroe, y en ese instante se oye la voz firme de Pinares: “suelten al capitán o todos serán muertos, aquí no se pelea con lágrimas, sino con tiros”. Se destacó durante los 11 días de combate, defendiendo la posición asignada, y fue ascendido al grado de Capitán, siendo hasta ese momento solo soldado.

 

Cuando el 21 de agosto de 1958, la Columna Invasora “Antonio Maceo”, al mando del inolvidable Comandante Camilo Cienfuegos emprende la invasión hacia Occidente, en ella marcha el Capitán del Ejército Rebelde Antonio Sánchez Díaz “Pinares”, como Jefe de la Retaguardia de dicha columna. En el territorio de la provincia de Las Villas, sobresalió por su valentía en 10 combates, entre ellos el de Yaguajay. También acompañó al Comandante Camilo Cienfuegos en la toma de la fortaleza del Cuartel Columbia a la entrada de su columna invasora en la capital del país, posteriormente junto a parte de esa tropa, seguiría camino a Pinar del Rio, su provincia natal, en la que el pueblo lo acompañó por las calles en medio de la alegría de haber reeditado la invasión realizada por Maceo un siglo antes y por la victoria definitiva ante la dictadura batistiana.

 

El 4 de enero de 1959, en una sencilla ceremonia, el Comandante Camilo Cienfuegos asciende al grado de Comandante del Ejército Rebelde a Pinares, como reconocimiento a sus extraordinarios méritos alcanzados durante la guerra de liberación.

 

A principio del año 1959 contrajo matrimonio con Lidia Caridad Gil Gil, con quien tuvo tres hijos: Antonio, Lidia Caridad y Camilo.

 

Con el triunfo de la Revolución comienzan para Pinares nuevas tareas en la construcción de la patria socialista, ocupando diferentes responsabilidades, entre las que se encuentran: Jefe del Regimiento No.1 de Infantería del nuevo ejército uniformado, en 1961 fue jefe de operaciones del Escambray destacándose en la lucha contra las bandas de alzados y grupos contrarrevolucionarios, en abril de ese mismo año pasó a ocupar el cargo de jefe de la Base aérea de San Julián y de la División de Guane, en Pinar del Rio, en 1962 pasó a jefe del Cuerpo de Ejército de Camagüey, en 1963 fue nombrado jefe de la Región Militar de Isla de Pinos; y en 1965 ingresó en la Escuela Básica de Guerra para oficiales en la provincia de Matanzas; y el 3 de octubre del propio año es elegido miembro del primer Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

 

Fue seleccionado por el Che, para integrar la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia, siendo responsable del entrenamiento previo en el terreno de los 16 oficiales cubanos que participaron en esa gesta, realizado en la zona montañosa de San Andrés en el municipio La Palma, en Pinar del Rio.

 

El 20 de noviembre de 1966, llegó con los compañeros del segundo grupo al campamento en tierra boliviana, a partir de ese momento deja de ser Pinares para convertirse en Marcos. Ese día el Che anotó en su diario: «A mediodía llegaron Marcos y Rolando. Ahora somos seis…». Allí fue designado inicialmente como segundo comandante de la guerrilla, y luego pasó a ser jefe de la retaguardia. En la guerrilla hacía gala de su extraordinaria capacidad para orientarse en el terreno y de una increíble habilidad para encontrar agua. Cuando el Che divide su tropa, Marcos integra el grupo de Joaquín (Vilo Acuña), los dos destacamentos no volvieron a encontrarse. En la encrespada zona de Ñacahuasu, el grupo de Joaquín fue perseguido por fuerzas superiores, escribieron páginas de heroísmo, burlaron al enemigo durante más de cuatro meses hasta que fueron traicionados y exterminada la aguerrida columna, el 31 de agosto de 1967 en un lugar conocido como el Vado del Yeso, próximo al Rio Grande.

 

Antonio Sánchez Díaz, “Pinares o Marcos”, cae en una emboscada el 2 de junio de 1967 en Peñón Colorado, cerca del poblado de Bella Vista, en el Departamento de Santa Cruz, en compañía de Victor (Casildo Condorí), un guerrillero boliviano cuando iban en busca de comida para la tropa de guerrilleros, siendo el tercero en ofrendar su vida (después de Suarez Gayol y Eliseo Reyes), de los 16 cubanos que participaron junto al Che en aquella gesta.

 

Sus cuerpos fueron hallados en las cercanías de Lagunillas el 11 de abril de 2000, y sus restos fueron trasladados posteriormente a Cuba, donde descansan en el Complejo Monumental «Ernesto Guevara», en Santa Clara. Pocas semanas después el 9 de octubre de 1967, el Che Guevara moriría asesinado en La Higuera.

 

Su ejemplo de guerrillero, jefe militar e internacionalista, es imperecedero para los revolucionarios que luchan por la construcción del socialismo, por la paz y por igualdad entre los hombres.

 

Gloria eterna a los héroes y mártires de la patria!

 

 


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