27 de febrero de 1961
«La Revolución Cubana ha entrado plenamente en el proceso de su industrialización, en el próximo quinquenio invertiremos en la industria unos mil millones de pesos, 600 de los cuales corresponden a importación de fábricas, maquinarias y equipos y 400 millones a bienes de producción construidos en nuestras propias fábricas. La mayor parte de esa importación de 600 millones la realizaremos con créditos de los países socialistas, aunque también adquiriremos industrias en otros países».
Pregunta: ¿La instalación de industrias este año será solamente de plantas del tipo «liviano» o incluirá también industrias mayores?
Respuesta: Hemos planteado dos escalones para el quinquenio que concluye en 1965, el primero corresponde a este año y el siguiente es un plan cuatrienal desde 1962 a 1965. Desde este mismo año —nos dice complacido el doctor Ernesto Guevara— comenzaremos a instalar industrias en dos grupos de ejecución simultánea, livianas y pesadas. La industria pesada la crearemos con créditos y compras a los países socialistas, adquiriéndola en menor escala en otros países. La industria liviana en su mayoría será el producto de nuestro propio esfuerzo y estará constituida por plantas construidas en nuestras «fábricas de fábricas» importadas de los países socialistas, principalmente de la URSS y Checoslovaquia. De la China Popular recibiremos fuertes cantidades de materias primas y bienes de consumo esenciales.
Pregunta: ¿Cómo y de qué producción serán las industrias pesadas?
Respuesta: De diversos tipos, principalmente de minería, siderúrgicas, petróleo (en cuyo campo se realizan grandes exploraciones) y también altos hornos. Los altos hornos trabajarán con energía proveniente de generadores de petróleo, adquiridos en la Unión Soviética. Para el fin del quinquenio, en 1965, nuestra industria pesada estará muy avanzada.
Pregunta: ¿Qué renglón industrial tendremos consolidado totalmente para el término de cada etapa de cinco años?
Respuesta: Varios, pero fundamentalmente el textil, en el que estaremos abasteciendo en forma absoluta nuestro consumo doméstico y comenzaremos a exportar en volumen considerable.
Comentario: El comandante Guevara nos habla con genuino entusiasmo de los planes del gobierno revolucionario en el campo industrial, refiriéndonos con absoluto dominio detalles de planificación —la planificación es la piedra angular del proceso económico de la revolución— que será de arriba abajo, comenzando por los lineamientos de política general del gobierno y de abajo hacia arriba en metas y procedimientos económicos, o sea, que saldrán del consejo de ministros los planes generales e irán pasando a los ministerios, los consolidados y las empresas industriales y en la segunda fase a la inversa, partirán de los centros de producción y trabajo y pasarán a los consolidados, los ministerios y el consejo de ministros.
«La Junta Central de Planificación —nos dice el entrevistado— trazará las metas, programas y proyectos generales y los departamentos sectoriales trabajarán a nivel del ministerio y los consolidados. Los programas de la JUCEPLAN una vez aprobados por el consejo de ministros, tendrán fuerza de ley».
Pregunta: ¿Cuál es el motivo de la transformación en ministerio del Departamento de Industrialización del INRA?
Respuesta: La razón básica está en que la industrialización es uno de los grandes objetivos del gobierno revolucionario y la cimentación del desarrollo económico. Actualmente, el organismo administrativo industrial no tenía suficiente jerarquía, poder ni independencia para desarrollar su vasta y compleja tarea. Se imponía su transformación en Ministerio de Industrias para unificar la planificación y ejecución del desarrollo industrial y la revolución procedió a la transformación como hace siempre: sin vacilaciones ni demoras. Es cierto que se negocia con el Japón la venta de otras 100 mil toneladas de azúcar, operación que se encuentra en trámites de fijación de precio. En cuanto a la RAU, hay concertada una operación de venta de 200 mil toneladas de azúcares cubanos, y se negocia la ampliación del convenio y la venta de mieles.
El doctor Guevara nos habla de la importancia de que los hombres que tienen una responsabilidad directa en el gobierno revolucionario trabajen en tareas manuales junto a los obreros, que esa idea le fue inspirada viendo cómo lo hacían en la República Popular China, donde «todo el mundo» hace labores manuales, donde los hombres del gobierno trabajan con entusiasmo en el mismo trabajo físico que los demás obreros. En realidad —nos dice con énfasis nuestro entrevistado— todos somos obreros y el poder está en manos de la clase obrera, así que lo natural es que por lo menos, una vez a la semana, trabajemos juntos, para compartiendo iguales tareas, integrarnos mejor y comprendernos mejor.
Para concluir nos dice que los próximos cinco años serán el quinquenio de la industrialización en Cuba, que invertiremos en bienes de producción —fábricas, maquinarias y equipos— mil millones de pesos aproximadamente. Los países socialistas —a diferencia del imperialismo yanqui— nos venden y nos dan créditos para adquirir fábricas y no solo plantas para elaborar bienes de consumo, sino tambien «fábricas para hacer fábricas» con las cuales haremos aquí nuestras propias industrias livianas. Para 1965 tendremos muy adelantada nuestras industrias pesadas y livianas.
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