Tengo ante todo que pedirles disculpas porque estaba animado de las mejores intenciones de preparar algunos datos y cifras, que expresaran más claramente algunos análisis sobre Latinoamérica en general, sus relaciones con el imperialismo y las relaciones que tendrán con el Gobierno revolucionario cubano. Sin embargo, como siempre, las buenas intenciones en estos casos han quedado reducidas a eso y tengo que hablar de memoria, de modo que no citare cifras sino cuestiones de conceptos generales.
No pretendo hacer una historia larga del proceso de la penetración de imperialismo en América, pero sí es bueno saber que la parte del continente americano, que se llama la América Latina, ha vivido casi siempre bajo el yugo de grandes monopolios imperiales. Ustedes conocen que España dominó una gran cantidad del territorio americano, después hubo penetraciones de otros países europeos en la etapa de expansión capitalista, en el nacimiento del capitalismo y también Inglaterra y Francia adquirieron algunas colonias.
Después de la lucha por la independencia, varios países se disputaron el territorio americano y con el nacimiento del imperialismo económico a fines del siglo pasado y principios de este siglo, Estados Unidos dominó rápidamente toda la parte norte del continente, Sur América y todo Centroamérica. En el sur todavía persistieron otros imperialismos. En el extremo sur en Argentina y Uruguay, fue fuerte Inglaterra hasta fines de la última guerra.
A veces nuestros países han sido campos de guerra provocados por monopolios de diferentes nacionalidades que se disputaban esferas de influencia; la guerra del Chaco es uno de los ejemplos de lucha por el petróleo entre la Shell de los grupos ingleses y alemanes y la Standard Oil. Fue una guerra muy cruenta donde Bolivia y Paraguay estuvieron durante cuatro años perdiendo lo mejor de su juventud en la selva del Chaco.
Hay otros ejemplos de ese tipo, el despojo mediante el cual Perú, representando a la Standard Oil, arrebató una parte del territorio ecuatoriano donde tenía influencia la Shell. También ha habido guerras por otro tipo de productos. La United Fruit ha provocado guerras en Centroamérica por dominar territorios bananeros; ha habido guerras también en el sur, entre Chile, Bolivia y Perú, por la posesión de los yacimientos de nitratos que eran muy importantes antes de descubrirse la forma sintética de hacerlo, es decir, nosotros cuando más, hemos sido actores inconscientes en una lucha entre imperios.
Sin embargo, después de la guerra, los últimos reductos del imperialismo británico -ya el alemán había sido desplazado anteriormente- cedieron su paso al imperialismo norteamericano.
El hecho de que haya sucedido una unificación total del dominio económico de América, ha provocado una tendencia a la unidad entre las fuerzas que luchan contra el imperialismo. Cada vez tenemos que estar más hermanados en la lucha, porque es una lucha común, lucha que se expresa por ejemplo ahora, en la solidaridad de todos los pueblos con respecto a Cuba, porque se está aprendiendo aceleradamente que hay un solo enemigo que es el imperialismo y aquí en América tiene un nombre: es el imperialismo norteamericano.
La penetración ha variado mucho de acuerdo con circunstancias históricas, políticas, económicas y también quizás de acuerdo con la cercanía o la lejanía con la metrópoli imperialista. Hay países que son totalmente colonias como puede ser Panamá, lo que condiciona también su sistema de vida. Hay países que conservan mucho más sus características nacionales y todavía están en una etapa de lucha cultural contra el imperialismo; sin embargo, en todos ellos, el denominador común es el dominio de las grandes reservas de materiales estratégicos para sus industrias, no solamente estratégicos para la guerra sino también para todas sus industrias y el dominio de la banca y casi el monopolio del comercio exterior.
A nosotros nos interesa mucho América por varias causas: porque somos parte de este continente culturalmente, históricamente, porque somos parte de un conglomerado que lucha por su libertad, y además porque la actitud de Latinoamérica está muy cerca a nuestro destino futuro y al destino de nuestra Revolución en sus afanes de expansión ideológica, porque las revoluciones tienen esa característica, se expanden ideológicamente, no quedan circunscritas a un país, sino que van tomando zonas, digamos, para utilizar un termino económico, aunque no es el caso, zonas de influencia.
La Revolución cubana ha tenido una influencia enorme en América; pero esa influencia no se ha ejercido en la misma medida en cada uno de los pueblos y a nosotros nos corresponde analizar el por qué de la influencia de la Revolución cubana y el por qué en algunos países ha habido una influencia mayor que en otros. Para eso tendremos que analizar también la vida política de cada uno de los países y la actitud de los partidos progresistas en cada uno de ellos, naturalmente con todo el respeto debido y sin meternos en los asuntos internos de cada partido; pero sí puntualizando, porque es muy importante esta actitud para analizar la situación actual. Hay países que han alcanzado un extraordinario grado de agudización en sus luchas populares; hay países en los cuales la lucha popular se ha frenado, y hay países en los cuales Cuba es un símbolo sagrado para todo el pueblo, y otros en los cuales Cuba es el símbolo de un movimiento liberador que se mira un poquito desde afuera. Los orígenes son complejos pero están relacionados siempre con una actitud frente a la forma de tomar el poder y están muy influenciados por las soluciones que se han dado a estos problemas; en algunos casos también están relacionados con el mayor o menor predominio de la clase obrera y su influencia, y en otros por la proximidad a nuestra Revolución. Podemos analizar en grupos estos países.
En el sur de América hay dos países de mucha importancia en cuanto a su influencia ideológica sobre todo, y uno de ellos es la Argentina, una de las relativamente fuertes potencias que hay en América. Además en el extremo sur esta el Uruguay presentando características muy parecidas: ambos países son ganaderos con oligarquías muy fuertes, que asentadas en el dominio latifundista de la tierra y en la posesión del ganado, controlaban el comercio exterior pero que ahora lo tienen que repartir con los Estados Unidos.
Son países con predominio de la población urbana muy acentuada, no podemos decir en el caso de Uruguay que haya predominio de la clase obrera, pues Uruguay es un país muy poco desarrollado. En la Argentina hay predominio de la clase obrera; pero de una clase obrera que está en situación muy difícil porque está solamente empleada en industrias de transformación, depende de materias primas extranjeras, no hay una base sólida industrial en el país, todavía. Tiene un núcleo urbano de enorme preponderancia que es Buenos Aires, que tiene cerca del 30% del total de los habitantes, y es un país con cerca de tres millones de kilómetros cuadrados de territorio habitable, más otra parte antártica que esta en disputa y que no tiene valor demográfico.
Este inmenso país tiene más de seis millones de habitantes en un área un poco mayor que La Habana y es la cabeza de toda una enorme extensión de tierra sin cultivar, donde hay una clase campesina que tiene tierras relativamente en gran cantidad y un pequeño grupo de obreros agrícolas que vagan de un lugar a otro de acuerdo con las cosechas, parecido a como hacían aquí los cortadores de caña, que podían recoger café en otra época o ir a la zafra del tabaco y alternarla con otros cultivos periódicos.
En la Argentina y en Uruguay que tienen esas características, y en Chile donde sí hay un gran predominio de la clase obrera, se ha tomado hasta ahora la filosofía de las luchas civiles contra los poderes despóticos y se ha planteado más o menos directa y explícitamente la toma del poder en un futuro mediante elecciones o en una forma pacífica.
Más o menos todos conocen los últimos acontecimientos en Argentina, cuando se planteó una situación más o menos ya real de dominio, de algunos grupos relativamente de izquierda, grupos que representan al sector progresista de la clase obrera argentina; pero que están tergiversando muchas de las aspiraciones del pueblo, a través de una camarilla del partido peronista que está totalmente alejada del pueblo. Sin embargo, cuando se planteó la situación de las elecciones, intervinieron los gorilas, como se llama a los grupos ultrarreaccionarios del ejército argentino, y liquidaron la situación.
En Uruguay sucede algo parecido, aunque el ejército no tiene fuerza ninguna y también se ha dado una especie de golpe de estado por parte del ultrarreaccionario de turno que se llama Nardone. La situación creada por los golpes derechistas y la filosofía de la toma del poder mediante frentes populares y elecciones, provoca cierta apatía frente a la Revolución cubana.
La Revolución cubana ha mostrado una experiencia que no quiere ser única para América pero que es reflejo de una forma de llegar al poder. Naturalmente no es una forma simpática para las aspiraciones de las masas populares que están muy presionadas, muy ahogadas y oprimidas por los grupos internos de opresión y por el imperialismo. Hay entonces que hacer algunas explicaciones en cuanto a la Revolución cubana, y estas explicaciones de tipo teórico condicionan una actitud también frente a la Revolución. Por ello nosotros podemos decir que hay más simpatía en los países en que abiertamente se ha tomado la decisión proclamada de tomar el poder mediante las armas. Naturalmente que esta es una posición muy difícil de adoptar y muy controvertida, donde nosotros no tenemos que tener una participación directa. Cada país y cada partido dentro de su país, debe buscar las fórmulas de lucha que la experiencia histórica le aconseje; lo que sucede es que la Revolución cubana es un hecho, y es un hecho de una magnitud continental. Por lo menos, pesa la realidad cubana en cada momento de la vida de los países.
En todos estos países han surgido lo que se llaman alas de ultraizquierda o a veces se llaman provocadores que tratan de implantar la experiencia cubana sin ponerse a razonar mucho si es o no el lugar adecuado, simplemente toman una experiencia que se ha realizado en América y tratan de llevarla hacia cada uno de los países. Naturalmente esto provoca mas fricciones entre los grupos de izquierda. La historia de la defensa de Cuba en estos países por parte de todos los grupos populares, ha sido también una historia interna, y es bueno decirlo aquí para que ustedes comprendan un poquito algunos problemas, historia de pequeñeces, de lucha por pequeños avances dentro del dominio de organizaciones. Cuba por eso se ha visto mezclada, digamos, sin pretenderlo, en el medio de la polémica. Digo sin pretenderlo porque a nosotros nos basta con esta experiencia y con la proyección que tiene no podemos aspirar nunca a dirigir en cada país la política y la forma de realizar las revoluciones, la forma de llegar al poder. Sin embargo, volvemos a caer en que somos el centro de la polémica.
En Chile, donde los partidos de izquierda tienen una ascendencia mayor, una trayectoria muy vigorosa y una firmeza ideológica quizás como no hay en otro partido en América, la situación ha sido parecida con la salvedad de que el partido chileno y los partidos de izquierda han planteado ya el dilema: o se produce la toma del poder por vía pacífica o debe producirse por una vía violenta y consecuentemente todo el mundo se prepara para una lucha futura, lucha que en mi manera de pensar se producirá porque no hay una experiencia histórica y todavía menos la puede haber aquí en América, en las condiciones actuales del desarrollo de la lucha entre las grandes potencias y la agudización de la lucha entre el imperialismo y el campo de la paz, demuestran que no puede haber aquí, en nuestro concepto, un acto de entrega de una posición por parte del imperialismo. Desde el punto de vista de la estrategia seria ridículo cuando todavía tienen las armas; para eso las fuerzas de izquierda tienen que ser muy poderosas y obligar a capitular a la reacción, y Chile no esta todavía en esas condiciones por lo menos. Eso es la parte de Sur América, donde la Revolución cubana presenta para el pueblo unas características diferentes.
Subiendo, llegando más al norte, entramos en los países donde la Revolución cubana es realmente un faro para los pueblos. Podemos dejar de lado Bolivia, por el hecho de que en Bolivia se ha producido hace años una revolución burguesa muy tímida, muy debilitada por las concesiones que debió hacer su economía totalmente ligada a la economía imperialista y totalmente monoproductora, pues son exportadores de estaño, burguesía que ha debido ser en parte mantenida por el imperialismo. Naturalmente que el imperialismo saca sus riquezas con una mano y mantiene al gobierno con otra y con la cuarta parte de lo que saca, pero ha creado una situación de dependencia que a pesar de los esfuerzos, en muchos casos se ve que esfuerzos sinceros, hechos por el gobierno boliviano, no pueden deshacerse del yugo imperialista; sin embargo, mantienen una cierta actitud correcta frente a algunos planteamientos cubanos, una actitud lo más amigablemente posible en las conferencias internacionales, y han realizado la reforma agraria, una reforma agraria que esta muy mediatizada, donde no se le ha quitado al clero sus posesiones, donde las cooperativas realmente no tienen un desarrollo grande y más que todo son cooperativas de tipo tradicional basadas en las anteriores experiencias del comunismo primitivo de los indios de la región, que han mantenido a través de la tradición y les han permitido hacer sus tipos de cooperativas basadas en estos principios del comunismo primitivo. Sin embargo, es un país en el cual la lucha no se manifiesta tan arduamente porque cambian un poco los términos, ya no se trata de la lucha directa de las masas oprimidas de campesinos y obreros contra el imperialismo, sino contra una burguesía nacional la cual ha hecho una serie de concesiones sobre todo derrotando a los feudales, a los latifundistas criollos, de modo que no es tan agudizada la lucha de clases. Sin embargo, cerca esta su anterior rival en la guerra de Chaco, el Paraguay.
Paraguay es un país donde ahora hay guerrillas, es un país muy pobre, tiene un millón y medio de habitantes más o menos, con un territorio mucho más grande que Cuba, con selvas muy grandes, que tiene apenas algún ganado y algunos productos agrícolas. Es un país de enfermedades endémicas terribles como la lepra, que está extendida en proporciones enormes, donde no hay prácticamente sanidad, donde la civilización está apenas ceñida a tres o cuatro ciudades relativamente grandes. En aquellos montes ha habido varias experiencias guerrilleras, las más importantes y las más serias desde el punto de vista ideológico, han sido orientadas por un frente popular revolucionario con la participación en algunos casos importantes, del Partido Comunista paraguayo. Sus guerrillas han sido derrotadas sistemáticamente, nosotros creemos que han habido errores tácticos en la conducción de la lucha revolucionaria, que tiene una serie de leyes que no se pueden violar, pero sin embargo se siguen produciendo alzamientos. Actualmente hay gentes que están, por imperio de las circunstancias, alzadas en los montes, debido a que si se entregaran serían muertos y están lejos de las fronteras. Paraguay es un país ideal para la guerra de guerrillas, muy rico en cuanto a la agricultura, de grandes condiciones naturales, no hay elevaciones pronunciadas, pero hay montes y ríos muy grandes y zonas de operaciones muy difíciles para los ejércitos regulares y zonas muy fáciles para la lucha con la ayuda de la población campesina. Hay allí una dictadura de extrema derecha que anteriormente estaba muy influenciada por la oligarquía argentina, era una semicolonia de la Argentina pero que hoy ha pasado a la dependencia directa de los Estados Unidos con las últimas penetraciones de capital norteamericano; mantiene una dictadura bestial donde están todos los gérmenes de una lucha popular que puede realizarse intensamente a corto plazo.
Un poco más arriba está el Perú. Perú es uno de los países que hay que mirar atentamente en el futuro, presenta características muy especiales, tiene un 80% de su población indígena o mestiza con una separación racial muy grande. Allí el blanco es el dueño de la tierra y de los capitales; el mestizo o cholo es en general el mayoral del blanco, y el indio es el siervo de la gleba.
En el Perú se venden todavía fincas con indios de estos, las fincas se anuncian en los periódicos con tantos trabajadores o tantos indígenas que tienen obligación de trabajar para el señor feudal; es una situación tan miserable como nadie que no haya estado en esa zona se puede imaginar.
En el Perú se presenta el único caso en la América de una gran región agrícola donde los partidos de izquierda tienen una influencia decisiva y una preponderancia absoluta. En el Perú y en la región indígena del Cuzco, es la única zona de influencia del Partido Comunista peruano fuerte y la única zona de influencia fuerte de cualquier partido marxista en el campo en toda América. Hace años tomó la ciudad del Cuzco por las armas, pero no estaban dada las condiciones revolucionarias y hubo una especie de tregua tácita, los alzados entregaron la ciudad y los opresores, las tropas del gobierno, no tomaron represalias. Ha seguido esa situación de tensión y es una de las zonas donde amenaza una revolución o mejor dicho, más que amenaza, donde hay esperanzas de una revolución en América; pero todo el Perú está en una situación parecida, esta situación que les digo de extrema miseria y de extrema opresión, que es la característica esencial de los Andes, intensamente poblada por seres humanos, es también un factor de conducción de la revolución. En esta zona no se habla castellano, se habla el quechua y el aimará, que son las lenguas más comunes y que tienen un fondo común también entre ellas. El que quiera comunicarse con los indígenas tiene que saber hablar estas lenguas, si no es imposible la comunicación y las nacionalidades traspasan la frontera en que se han delimitado los países. El aimará de Bolivia se entiende mucho mejor con el aimara del Perú que con el blanco de Bolivia o del Perú y los propios colonizadores y después los imperialistas se han preocupado de mantener esta situación, de tal manera que hay una natural afinidad entre estos dos países y asimismo en el norte, entre las zonas peruanas de los collas y de los quechuas y la zona ecuatoriana, y en algunos casos llega hasta Colombia. En todos estos países se hablan lenguas vernáculas como las lenguas dominantes. Son países de una geografía extraordinariamente cambiante. El Perú tiene tres cadenas montañosas cruzadas por valles y su mitad oriental va a dar a la gran hoya amazónica donde se forma lo que se llama la montaña en el Perú, que son las zonas de cordilleras de mediana altura con clima subtropical semejante a los climas de nuestras montañas, pero con más difíciles condiciones naturales.
La burguesía muy poco desarrollada que hay en el Perú está toda en la costa y la costa es una pequeña faja desértica, a la cual corre paralela una zona montañosa muy alta. Entre el punto más alto de la cordillera occidental en el Perú y el nivel del mar hay 5 000 metros de altura y apenas en línea recta hay 100 kilómetros, es decir, que es un verdadero caracol lo que hay que subir. Allí se han producido también levantamientos que ustedes deben haber escuchado, hace un mes o dos meses, en la zona minera del centro del país. En Perú hay una minería desarrollada y ustedes saben que el minero es un individuo de alta combatividad en general, no siempre de alta conciencia política por las condiciones en que está el país, pero sí de alta combatividad. El ejercito peruano está formado por una clase, una casta de oficiales y después por glebas de indios; de producirse un levantamiento serio, no hay forma de reprimirlo.
Las condiciones en el Ecuador son las mismas, con una diferencia, y es que la burguesía o una parte de la burguesía ecuatoriana y en general los partidarios de la izquierda, tienen mucha más influencia en las ciudades y están mucho más claros en cuanto a la necesidad del levantamiento. Hay varios lideres de estos grupos de izquierda ecuatorianos que han estado en Cuba y que han sido muy influenciados por los efectos y los resultados de la Revolución cubana. Ellos mantienen allí abiertamente la bandera de una revolución agraria inmediata; naturalmente hay también un fuerte ejercito represivo y los norteamericanos tienen unidades de sus tropas directamente estacionadas en Ecuador. Creo que también es uno de los países donde se verán pronto luchas revolucionarias intensas. Siguiendo por el espinazo de la Sierra Maestra del continente, que es la cordillera de los Andes, hay un país, Colombia, que lleva doce años en guerra continua, con temporadas de mayor o menor incremento de esta guerra pero lleva doce años así. Las guerrillas colombianas han tenido algunos errores que les han impedido cristalizar en un triunfo popular, como ocurrió con nuestra Revolución. Uno de los problemas que han tenido es la falta de conducción ideológica. Las guerrillas dispersas, sin un mando central como ocurrió en Cuba, sujetas a la dirección personal de caudillos salidos de la tierra, empezaron a cometer los mismos robos y asesinatos que sus rivales para sobrevivir y, naturalmente, fueron cayendo poco a poco en el bandolerismo. Hubo una serie de grupos guerrilleros que adoptaron la actitud de la autodefensa y se limitaban solamente a defenderse cuando eran atacados por el gobierno; pero toda esta situación de lucha y de guerra a muerte, condujo a que las guerrillas que adoptaron la actitud de la autodefensa fueran poco a poco debilitadas y algunas de ellas exterminadas totalmente.
Actualmente el movimiento guerrillero ha vuelto a surgir en Colombia y ha surgido bajo la influencia absoluta de la Revolución cubana. Hubo un grupo de jóvenes que hicieron algo similar a lo que fue el 26 de Julio en el primer momento, y que se llama el MOE, con una serie de tendencias anárquicas de derecha, a veces matizadas con ideas anticomunistas, pero que reflejan el germen de una decisión de lucha. Algunos de sus lideres estuvieron en Cuba y quizás el más decidido y entusiasta de sus lideres fue el compañero Larrota, que estuvo incluso con nosotros durante la invasión de abril y un tiempo antes, y que fue asesinado al volver a Colombia. El MOE probablemente no tenga importancia como movimiento político y pudiera ser peligroso en algunos casos, pero es una demostración de lo que pasa. Colombia es un caso claro de los partidos de izquierda, tratando de frenar el movimiento insurreccional para llevarlo a la puja electoral en una situación tan absurda como es aquella en la cual hay solamente dos partidos legales y uno y otro tienen que alternarse en el poder. En condiciones tan absurdas ir a unas elecciones, es para el concepto de los revolucionarios colombianos más impetuosos, simplemente una forma de perder el tiempo y por ello se está desarrollando de todas maneras y a pesar de los frenos impuestos, una lucha que ya ha dejado de ser un estado latente para convertirse en lucha abierta en varios lugares del país. Puede tener o no importancia la lucha en Colombia, es difícil predecirlo, porque precisamente no hay un movimiento de izquierda bien estructurado que dirija esa lucha; es simplemente, impulsos de una serie de grupos sociales y de elementos de distintas clases que están tratando de hacer algo, pero no hay una conducción ideológica y eso es muy peligroso. De manera que no se puede saber a donde va a llegar, lo que sí es que naturalmente crea las condiciones para un futuro desarrollo de una lucha revolucionaria bien estructurada en Colombia.
En Venezuela la situación es mucho más activa, el Partido Comunista y el Movimiento de Izquierda Revolucionario, están a la cabeza de un movimiento de liberación por las armas y prácticamente la guerra civil está establecida en Venezuela. A nosotros nos debe interesar mucho este movimiento venezolano, debemos verlo con mucha atención, además de verlo con mucha simpatía. Incluso se ha planteado cierta divergencia, digamos de tipo táctico, en la forma de encarar la lucha. Nosotros, influenciados por nuestra experiencia, prácticamente nacidos como nación de una experiencia unilateral, preconizamos siempre una lucha guerrillera asentada en los núcleos campesinos e ir tomando las ciudades desde el campo; basada en la gran hambre de tierra de nuestras masas, en la extrema debilidad de los ejércitos mercenarios para moverse en los grandes territorios de América, falta de eficacia del imperialismo para atacar a las fuerzas populares en las zonas favorables para la guerrilla, es decir, en la incapacidad del gobierno de moverse mas allá de los núcleos poblados. Algunos compañeros venezolanos varias veces han dado su opinión de que se puede hacer algo violento en Venezuela porque hay condiciones especiales, porque hay núcleos militares que están por una insurrección, por un movimiento violento; los resultados parciales se han visto en el último intento de Carúpano. Allí se ha demostrado una vez más una cosa, y es que los militares profesionales de América no sirven para otra cosa en revolución que para dar armas para que el pueblo se arme. La única misión que puede tener un grupo del ejército es dejarse desarmar y de allí para adelante hay que dejarlo tranquilamente y en todo caso sacar gente aislada. La infantería de marina que se alzó no fue capaz de dar un paso en el interior del país. Esa es una zona, yo no la conozco exactamente, pero conozco zonas cercanas y es zona donde las montañas y los bosques están cerca y son impenetrables, donde una guerrilla crea una situación enormemente difícil, donde están cerca de puertos exportadores de petróleo, como es Caripito y amenaza una de las zonas básicas de la economía imperialista en Venezuela. Sin embargo, la infantería de marina no dio un paso fuera del cuartel, del reducto y se rindió en cuanto tuvo la evidencia de que las tropas leales eran superiores en número. En esas condiciones no se puede hacer una revolución. La lucha guerrillera, ustedes lo saben, es una lucha lenta, donde las batallas se suceden con una secuencia también muy lenta, donde las dificultades mayores no son la acción directa del enemigo si no la lucha contra la inclemencia del clima, contra la falta de provisiones, contra la falta de medicamentos, la lucha por perforar ideológicamente a las masas campesinas, la lucha política por incorporar esas masas al movimiento popular, el avance gradual de la revolución y seguramente en el caso de Venezuela la intervención americana para defender sus posesiones petroleras; todas estas cosas son las que condicionan la lucha de guerrillas. El camino adoptado esta vez, nada más que esta vez, no se puede decir otra cosa, en Venezuela fue el tratar de dar el golpe violento mediante algunas unidades del ejército. En el caso de haber triunfado hubiera triunfado una parte del ejército contra otra. ¿Qué hubiera hecho el ejército? Algo muy sencillo: perdonar a la facción perdedora, mantener sus condiciones de casta, todas sus prebendas de casta y, además, su dominio de clase en el país, porque es la clase explotadora que tiene las armas que mantiene ese ejército de explotación. Al triunfar una parte sobre otra, la constitucional sobre la anticonstitucional (si quieren llamarle) no hay nada más que una pequeña distorsión o un pequeño choque entre el grupo de los explotadores, una contradicción que en los momentos actuales de América no llega nunca a ser decisiva y el imperialismo mantiene sus instrumentos de explotación; por eso una de las premisas de la Revolución cubana es destruir el ejército, pero inmediatamente como condición indispensable para tomar el poder seriamente.
Hay otro gran país de América del Sur que está también en una situación extraña y en una situación de equilibrio inestable que es el Brasil. Como ustedes saben, Brasil es el país más grande de América Latina; es el tercer país del mundo en extensión y la más grande reserva de materias primas de los norteamericanos; tiene además 60 millones de habitantes; es una verdadera potencia. Ya está desarrollando sus materias primas, todas ellas dominadas por los capitales norteamericanos y allí se han visto todas las contradicciones de América. También se notan dos tendencias entre las fuerzas de izquierda: las fuerzas partidarias de una revolución o de un camino más pacifico o institucional hacia la toma del poder y las fuerzas de izquierda representadas por las masas campesinas del nordeste, sobre todo, están claramente dispuestas a tomar el poder contra la oposición de la burguesía (la burguesía casi no se opone; del imperialismo que es el gran enemigo) Realmente, este país está constituido por varios países, el nordeste es un país, es una zona muy pobre, bastante densamente poblada donde hay sequías tremendas, donde hay un campesinado combativo y muy numeroso. Hay una zona desértica ocupada por selvas y por pequeñas extensiones agrícolas en todo el centro del país y al sur está la zona industrial, cuya capital real es San Pablo y está también Río de Janeiro, que son las ciudades más importantes del Brasil. La zona del norte es la zona insurrecta por excelencia, es la zona donde la explotación ha llegado a tal extremo que los campesinos no aguantan más; todos los días llegan noticias de la muerte de algunos compañeros del Brasil, en su lucha contra los terratenientes. Después de la renuncia de Quadros, del intento de golpe de los militares, se llegó a una situación de transacción y este gobierno actual es un gobierno que está en el poder por una transacción entre los grupos explotadores, entre la burguesía nacional brasileña y el imperialismo. Naturalmente, es una transacción que será rota en cuanto los enemigos puedan ponerse a pelear entre ellos y si no lo han hecho hasta ahora abiertamente, es porque está un gran enemigo, que es el pueblo brasileño.
Cuando la renuncia de Quadros, ustedes recuerdan que Fidel hablo aquí y explicó más o menos lo que debía hacer el pueblo brasileño. Esas palabras que llegaron a través del éter al pueblo brasileño, provocaron muchas inquietudes y algunos entendieron una intromisión de nuestro gobierno, de nuestro Primer Ministro, en los asuntos internos del Brasil. Nosotros creemos ciertamente, que ese tipo de opinión es la opinión que debe dar un revolucionario en momentos de tanto peligro y de tanta necesidad de decisión como este. Si en Brasil se hubiera ganado una batalla decisiva, el panorama de América cambiaría rápidamente. Brasil tiene fronteras con todos los países de América del Sur, menos con Chile y Ecuador; con todos los demás países Brasil tiene fronteras. Tiene una enorme influencia, realmente es un lugar para dar una batalla y nosotros debemos considerar siempre en nuestras relaciones con los países americanos, que somos parte de una sola familia, familia con características más o menos especiales; pero no podemos olvidar nuestro deber de solidaridad y nuestro deber de dar nuestra opinión en algunos momentos específicos. No se trata de meterse a cada momento ni estar cansonamente dando nuestro ejemplo, ejemplo que no en todos los países puede seguirse, pero sí en momentos como aquel en que en Brasil se estaba debatiendo, no digamos la suerte del continente americano, no llega a tanto; se podía perder como en efecto se perdió, parte de la batalla brasileña, y no ha pasado nada, pero sí era un momento de extraordinaria tensión. Si se hubiera ganado esa batalla, hubiéramos ganado mucho y no fue realmente un triunfo de las fuerzas populares lo que ocurrió en Brasil, fue simplemente una transacción, transacción en la cual el grupo que tiene el poder, las armas, la decisión de tomarlas y además una gran claridad sobre lo que hay que hacer, cedió parte de sus prerrogativas alcanzadas en aquel momento, pero para tratar de tomarlas en otros, y allí también tendrá que venir un choque. Este año se ha visto ya como un año de choques violentos entre las fuerzas populares y las fuerzas de opresión; los años venideros serán también por el estilo.
Nadie puede ser profeta para vaticinar que año y en qué momento en cada país de América se va a producir un encontronazo entre las fuerzas; pero sí es claro que las contradicciones se van agudizando cada vez más y que se están dando las condiciones subjetivas tan importantes para el desarrollo de la revolución. Esas condiciones subjetivas son dos fundamentales: la conciencia de la necesidad de realizar un cambio social, urgente, para liquidar la situación de injusticia, y la certeza de la posibilidad de realizar ese cambio. Todo el pueblo de América se está entrenando para realizarlo. El entrenamiento es de alzamiento de grupos, la lucha diaria, a veces por medios legales, a veces ilegales, a veces en lucha abierta, a veces en lucha clandestina; pero es un entrenamiento constante del pueblo que se ejerce a través de todas las vías posibles, pero que va madurando en calidad y en intensidad y que anuncia batallas muy grandes en América.
Centroamérica es un solo país que tiene las mismas características, un gran dominio imperialista y es uno de los lugares donde la lucha popular ha alcanzado ya un clímax; pero donde los resultados son difíciles de precisar y no creo que sean muy halagüeños a corto plazo, por el dominio tan grande que tienen los norteamericanos. En Guatemala se ha visto un relativo fracaso de las fuerzas progresistas, y México está cayendo a pasos agigantados en una colonia yanqui. Hay una cierta burguesía mexicana, pero ya pactó con el imperialismo. Es un país difícil que ha sido profundamente maleado por la llamada Revolución mexicana y en el cual no se puede prever acciones importantes contra su Gobierno.
Nosotros hemos centrado nuestra atención sobre los países que han entrado en contradicciones con nosotros más abruptamente y en los cuales se han creado condiciones especiales para la lucha. Hemos respondido a la agresión con nuestros medios de difusión, hemos explicado a las masas lo que pudimos con nuestro lenguaje, lo que se podía hacer y estamos esperando. Nosotros no estamos esperando como quien simplemente ha tornado una platea y se pone a ver la lucha, nosotros no somos espectadores de esa lucha sino que somos parte de la lucha y parte importante. El destino de las revoluciones populares en América está íntimamente ligado al desarrollo de nuestra Revolución. Naturalmente, nosotros tenemos amigos más poderosos que todas las fuerzas de América, y los norteamericanos saben que atacarnos directamente es poner en serio peligro su territorio; sin embargo, han elegido y han seguido con bastante meticulosidad la política de ir aislándonos de toda América. Primero los vínculos económicos que son débiles con América; solamente con Chile tienen alguna importancia. Después la ruptura de relaciones con la mayoría de los países y sigue, no crean que acaba donde está.
Agresiones como esta que parece que van a hacer en Jamaica impidiéndonos competir, es decir, liquidar la influencia de la Revolución cubana, liquidando el contacto. Lo mismo que hacen los jesuitas, se ponen una sotana larga y entonces los deseos quedan todos escondidos debajo de la sotana, eso mismo pretenden hacer con nosotros, ponernos un capuchón para que nadie nos vea y nuestra maléfica influencia no se ejerza.
Es muy importante luchar contra eso, porque nuestro contacto con América depende también de la forma en que el pueblo de América reaccione frente a los ataques del imperialismo, y de esta forma de reaccionar depende una buena parte de nuestra seguridad. No nos olvidemos que el imperialismo se equivoca muchas veces, el imperialismo sabe o no sabe lo que es capaz de hacer la Unión Soviética por defendernos; yo creo que lo sabe, porque si no, ya nos hubiera atacado. Pero puede equivocarse, y lo que nosotros no debemos dejar es que el imperialismo se equivoque esta vez, porque si se equivoca van a destruir al imperialismo hasta las raíces; pero de nosotros va a quedar muy poco también y de ahí que nosotros tenemos que ser luchadores por la paz y defensores convencidos de la paz, convencidos porque nos va a doler en nuestro propio pellejo si se rompe la paz y es que al mismo tiempo estamos hablando con tanta libertad de las revoluciones populares.
Es que las revoluciones, la lucha popular es, aunque parezca paradójico, la forma de defender la paz. El imperialismo no puede luchar con todo un pueblo armado, tiene que llegar en definitiva a algún tipo de transacción; no le conviene, además, probar su guerra contra algo que no existe, trata de crear la guerra entre naciones. Donde el imperialismo gana es en las guerras locales, entre naciones, donde sí puede vencer su material de guerra, hipotecar los países, venderle a los dos países, o a uno; en fin, depende de las circunstancias, probar su maquinaria bélica, probar su táctica, probar los nuevos inventos, eso le conviene.
Ahora, una guerra popular con ejércitos que aparecen y desaparecen en las primeras etapas, con frentes de lucha que no existen, una guerra como la que hay en Indochina, ahora en la parte sur, donde en Saigón, a 40 kilómetros de la capital, han declarado zona de muerte, es decir, a 40 kilómetros de la capital ya es territorio de las guerrillas, esa es la guerra que los imperialistas no pueden sostener, que no les enseña nada porque ellos en definitiva si aspiran a luchar con las armas para defender sus privilegios, no pueden aprender luchando contra unidades fraccionadas en lugares donde no hay un enemigo visible. Ellos tendrían que hacer una guerra contra la Unión Soviética, luchando con cohetes atómicos y en otro tipo de estrategia totalmente diferente.
El imperialismo, aunque no se desangre en realidad, porque pierde poco, va perdiendo puntos de apoyo; no hay que olvidarse de una cosa importante; los norteamericanos son bastante previsores, no son tan estúpidos como parecen, se equivocan, es verdad, pero no son tan estúpidos como parecen. Hace años se han dado cuenta de que sus reservas están mermando; Estados Unidos es realmente un país riquísimo, pero sus reservas están mermando y han empezado a buscar reservas por todo el mundo; ahí cerca de Indochina están las reservas de estaño, por ejemplo; en la Malasia, en el Perú tiene una serie de reservas; en Bolivia también hay estaño; en el Perú hay cobre en grandes cantidades; en Chile también hay cobre; en el Perú también hay hierro; en la Argentina, entre otras cosas, hay uranio, que yo creo que se lo están llevando también; en México hay azufre; en Venezuela hay petróleo, y esa es la base que mueve toda la máquina imperialista. Ellos necesitan de todo el continente americano para mantenerse y además de las partes de Asia y de África que están dominando. ¿Por qué la lucha en el Congo? En el Congo hay uranio, en el Congo hay cobre, en el Congo hay diamantes, hay toda una serie de riquezas naturales. Lucharon duramente en el Congo y desalojaron al imperialismo belga y se quedaron ellos; esa es la política que están siguiendo en el mundo entero los Estados Unidos, preparándose en bloques para mantenerse los años que vienen.
De modo que quitarle el sustento, quitarle la base económica al imperialismo, es debilitarlo y debilitarlo en su mismo corazón. Porque no hay que olvidarse que el imperialismo funciona extraterritorialmente, ya no es los Estados Unidos una potencia que trabaja solamente allí en los Estados Unidos; sus capitales están por todo el mundo, juegan con ellos, los quitan y los ponen de tal manera que ese debilitamiento de la base económica del imperialismo ayuda a romper su fortaleza y ayuda a la paz, a la paz mundial, a la paz global, que es lo que nos interesa a nosotros. Por eso nosotros tenemos que tratar que no se equivoque el imperialismo; hasta ahora nosotros hemos avisado una serie de pasos que íbamos a dar en contragolpe de los que ellos dieron y los dimos y les ha dolido. Se los hemos avisado varias veces, ellos sienten la radio que esta aquí en La Habana, por ejemplo, la sienten en el corazón de verdad porque esa radio se mete por toda la América, los campesinos de toda la América están oyendo la radio, y lo que larga la radio para allí es de película. De modo que nosotros les hemos enseñado nuestra fortaleza, nuestra modesta fortaleza, y tenemos que hacer que se mantenga la idea de ellos de nuestra fuerza. Claro que también a pesar de que tratan de aislarnos, también tratan de golpearnos aquí. ¿Cómo?; presumiblemente entre actos de sabotaje como los que se han producido en los últimos días y tratando de influir mucho sobre la gente, para crear el clima; el clima es una cosa muy especial. Ustedes conocen el caso de Hungría, que es un caso interesante sobre unos errores del gobierno popular. De pronto se desató una contrarrevolución que fue pagada, preparada y desatada por los yanquis.
Aquí en América sucedió un caso que tiene mucha similitud, aunque no era un gobierno de las características del Gobierno popular húngaro, fue en Bolivia.
En Bolivia había un gobierno burgués, antinorteamericano por lo menos, que encabezaba el mayor Villarroel, abogaba por la nacionalización de las minas, por una serie de medidas y aspiraciones del pueblo boliviano. Ese gobierno acabó en la forma más terrible, el mayor Villarroel acabó colgado de un farol, en la plaza, por el pueblo y era un gobierno popular. ¿Por qué? Porque los especialistas norteamericanos saben manejar ciertas debilidades que suceden en el seno de los gobiernos, por más progresistas que sean y nosotros hemos andado por el camino de las debilidades un buen rato, y todos ustedes tienen su parte de culpa en ese camino; parte mínima naturalmente, nosotros somos mucho más culpables, dirigentes del Gobierno con la obligación de ser perspicaces, pero anduvimos por ese camino que se ha llamado sectario, que es mucho más que sectario, estúpido; el camino de la separación de las masas, el camino de la ligación rígida a veces, de medidas correctas a medidas absurdas, el camino de la supresión de la crítica, no solamente de la supresión de la crítica por quien tiene legítimo derecho de hacerlo, que es el pueblo, sino la supresión de la vigilancia crítica por parte del aparato del Partido que se convirtió en ejecutor y al convertirse en ejecutor perdió sus características de vigilancia, de inspección. Eso nos llevó a errores serios económicos, recuérdense que sobre la base de todos los movimientos políticos está la economía, y nosotros cometimos errores económicos, es decir, fuimos por el camino que al imperialismo le interesaba. Ellos ahora quieren destruir nuestra base económica mediante el bloqueo; mediante todas estas cosas nosotros lo íbamos ayudando. (...)
Contrarrevolucionario es todo aquel que contraviene la moral revolucionaria, no se olviden de eso. Contrarrevolucionario es aquel que lucha contra la Revolución, pero también es contrarrevolucionario el señor que valido de su influencia consigue una casa, que después consigue dos carros, que después viola el racionamiento, que después tiene todo lo que no tiene el pueblo, y que lo ostenta o no lo ostenta, pero lo tiene. Ese es un contrarrevolucionario, a ese sí hay que denunciarlo enseguida, y al que utiliza sus influencias buenas o malas para su provecho personal o de sus amistades, ese es contrarrevolucionario y hay que perseguirlo, pero con saña, perseguirlo y aniquilarlo.
El oportunismo es un enemigo de la Revolución y florece en todos los lugares donde no hay control popular, por eso es que es tan importante controlarlo en los cuerpos de seguridad. En los cuerpos en donde el control se ejerce desde muy arriba, donde no puede haber por el mismo trabajo del cuerpo, un control de cada uno de los pasos, de cada uno de los miembros, allí sí hay que ser inflexibles por las mismas dos razones: porque es de justicia y nosotros hemos hecho una Revolución contra la injusticia y porque es de política, el hacerlo, porque todos aquellos que, hablando de revolución violan la moral revolucionaria, no solamente son traidores potenciales a la Revolución, sino que además son los peores detractores de la Revolución, porque la gente los ve y conoce lo que se hace, aun cuando nosotros mismos no conociéramos las cosas o no quisiéramos conocerlas, las gentes las conocían y así nuestra Revolución, caminando por ese sendero erróneo, por el que caminó unos cuantos meses, fue dilapidando la cosa más sagrada que tiene, que es la fe que tiene en ella, y ahora tendremos que volver a trabajar todos juntos con mas entusiasmo que nunca, con mas austeridad que nunca, para recuperar lo que dilapidamos.
Es una tarea dura, uno lo percibe, no es el mismo entusiasmo el de este año que el del año pasado; hay una cosita que se ha perdido, que se recupera, que cuesta recuperarla, porque crear la fe en los hombres y en la Revolución en los momentos que vivía Cuba era fácil. Ahora después que esa fe en algún momento es traicionada o se debilita, hacer que se recupere ya no es tan fácil; ahora ustedes tienen que trabajar para ello, al mismo tiempo ser inflexibles con la contrarrevolución; al mismo tiempo ser herméticos en todo lo que sean asuntos del Estado y siempre vigilar y considerar a Cuba como una parte de América para hacer cualquier análisis, el que ustedes tengan que hacer. En cualquier momento para ustedes Cuba debe ser una parte de América, una parte directamente ligada a América. Aquí se ha hecho una experiencia que tiene una trascendencia histórica y que aún cuando nosotros no lo quisiéramos, se va a trasladar al Continente. En algunos pueblos ya se ha hecho carne, pero en todos ya se hará carne. La Segunda Declaración de La Habana tendrá una importancia grande en el desarrollo de los movimientos revolucionarios en América. Es un documento que llamará a las masas a la lucha, es así, guardando el respeto que se debe guardar a los grandes documentos, es como un manifiesto comunista de este Continente y en ésta época. Está basada en nuestra realidad y en el análisis marxista de toda la realidad de América.
Por eso me pareció correcto charlar con ustedes un poco esta noche sobre América. Ustedes me perdonaran que no haya sido más convincente por falta de datos, en que no haya abundado en el aspecto económico de la lucha, que es tan importante. Hubiera sido muy interesante, por lo menos para mí, no sé si para ustedes, poder traerles toda una serie de datos que explican la penetración imperialista que explican diáfanamente la relación que hay entre los movimientos políticos y la situación económica de nuestros países, como a tal penetración corresponde tal reacción y como tal penetración se produce también por tales antecedentes históricos o económicos. El desarrollo de las luchas entre el imperialismo en la América por penetrar la burguesía en algunos lugares, o de un imperio contra otro, el resultado de la monopolización absoluta por parte de los Estados Unidos de las economías y de que toda la economía de América depende de los lugares comunes. Como Colgate, por ejemplo, es una palabra que se repite en casi todos los países de América, o Mejoral, o Palmolive, o miles de esos artículos que uno consume aquí todos los días. El imperialismo ha utilizado nuestro Continente como fuente de materias primas y de expansión para sus monopolios. Eso ha creado también nuestra unión, unión que tiene que ser sagrada, unión que tenemos que defender y que alimentar.
Como moraleja, digamos de esta charla, queda el que ustedes deben estudiar más a Latinoamérica; yo he notado en general que hoy por hoy conocemos en Cuba más de cualquier lugar del mundo quizás que de Latinoamérica, y eso es falso. Estudiando a Latinoamérica aprendemos también un poquito a conocernos, a acercarnos más, y conocemos mejor nuestras relaciones y nuestra historia. Estudiar Latinoamérica significa estudiar la penetración imperialista, es decir, estudiar su economía; allí verán los gérmenes de todo lo que está ocurriendo hoy, y nada más.
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